Mi padre y yo nos encontramos por un instante. 

—¿De qué se trata? —habló mi madre.

—Una subasta benéfica, pero... —dijo— no una cualquiera.

Todos quedamos intrigados.

—¿A qué te refieres? —habló mi padre.

—En esta se subasta gente para servicios. Evidentemente todo es voluntario. 

Sentí curiosidad, por lo que me incliné ligeramente hacia él en mi asiento.

—¿Qué tipo de servicio?

—Citas, colaboraciones en algo, seguros... Hay mil ideas. 

—Citas —dije y miré a todos—. Ha de ser eso. Todos sabemos con qué tipo de cliente tratamos. Lo que más atrae son caras y cuerpos bonitos con los que tener una cita, incluso si resultan ser de los más honestas o platónicas. Podría podría funcionar...

Mi madre me miró durante uno segundos, analizando lo que acababa de explicar.

—Imagen para conseguir dinero... —pensó en alto—. Básico, pero efectivo.

—Mirad —habló de nuevo el representante—, lo peor que puede ocurrir es que cubramos gastos, por lo que tampoco se pierde nada. Pero eligiendo bien a los invitados podemos lograr una buena subasta. Y la persuasión se os da bastante bien. Haréis que participe cualquiera que os propongáis. Todo después va a la ONG, pero con ello captáis clientes buenos. Además de los que estarán tan absortos en esa ideal cita que han logrado, gracias a vosotros, y no dudarán en acercarse. Porque os verán como algo beneficioso.

—Y ahí entro yo —dije.

Me señaló.

—Precisamente —afirmó Sam—. Tú les comes la oreja. Y luego proseguimos con el mismo plan que siempre. Son inversores asegurados mientras obtengan la cita que desean y su copa se mantenga llena. 

—Me gusta —opinó mi madre—. Pero quiero que quede buena constancia de que nada de esto nos beneficia a nosotros monetariamente.

—Señora Harris —dijo él—, no se preocupe. No hay ninguna triquiñuela con el dinero y quedará claro en la subasta. Ya os dije que sería como una inversión a largo plazo, digamos. Pero que si bien jugáis desde el principio ayudará hasta finalmente lograr los beneficios. Para vosotros y los clientes, por supuesto. Porque la empresa tan sólo necesita un empujón, que dando al cliente sus deseos... se logrará fácilmente.

—¿Cuándo sería la fecha? —saltó Jack.

—Podríamos en... ¿Dos semanas, desde hoy? Revisando agenda creo que es lo mejor ahora. Quizá un día atrás, uno adelante. Os dejo hoy para decidir y me confirmáis antes de que termine el día y así envío las invitaciones que tan sólo hay que revisar y enviar a todos. 

No hizo falta verles a ninguno de ellos para saber que todos sonreímos ligeramente, aprobándolo.


***



Al ver su nombre en la pantalla descolgué.

—¿Qué ocurre? 

—¿Cómo que «qué ocurre»? Llevo todo el día mandándote mensajes, no has respondido a ninguno. Y me estaba preocupando.

—He tenido un día de locos. No me he acordado de ello.

—No pasa nada —la escuché tras el teléfono. Se formó un pequeño silencio—. ¿Al menos ha terminado bien?

UN TRATO Y POCO AMOR ✔ [ ¡¡EN PAPEL!!]Where stories live. Discover now