𝐭𝐚𝐥𝐤 𝐭𝐨 𝐦𝐞 𝐢𝐧 𝐲𝐨𝐮𝐫 𝐥𝐨𝐯𝐞 𝐥𝐚𝐧𝐠𝐮𝐚𝐠𝐞.

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Si él viera a su jefe desparramado sobre su silla, carente de una buena ducha, ojeroso y rodeado de millones de papeles, muy distante de su habitual imagen, era probable que tuviera la misma reacción. Y es que ya no podía más. Había estado dos días y una noche seguidos allí, pegado a su oficina, moviendo la mano papel tras papel y tenía hambre. Al menos, el omitirse las comidas logró que cumpliera con la fecha límite, el mensaje de "enviado" en las pantallas de su ordenador y portátil no pudiendo lucir más glamoroso. Debía tomarse un receso.

Fue un milagro que llegara al intercomunicador entre el desorden que era su escritorio.

—Chaeyoung, ¿podrías decirle a Namjoon-hyung que venga? Ah, y pide algo para almorzar, por favor.

—¿Alguna preferencia?

—Lo que sea estará bien. Gracias.

Luego de hacerse un espacio con el antebrazo y cerrar la laptop con cuidado, se dejó caer contra la madera, sintiendo el cuerpo agotado, a pesar de haber estado sentado la mayor parte del tiempo, una junta tras otra, subiendo y bajando en el ascensor. En un trabajo como ese donde los horarios eran fáciles de romper, era cosa de acostumbrarse a ello; sin embargo, Taehyung no creía que pudiera hacerlo algún día. Era un ser nocturno de por sí, pero nunca podría aprender a usar su tiempo de descanso en correcciones de guion o supervisiones de última hora, menos a tolerar a escritores que se desvivían por su arte, a veces literalmente.

El sonido imprevisto de la puerta lo despabiló, notando por el rabillo del ojo a Namjoon, o lo que había quedado de él, entrar. La verdad es que si Taehyung estaba destrozado, no quería imaginar cómo estaba su equipo de edición, y sólo bastó divisar a Namjoon para darse una idea. Kim Namjoon siempre se dejó ver como un alfa de alta costura y buenos modales, de zapatos bien lustrados y trajes impecables, lo contrario a como se exhibía ahora, el cuello de su camisa desarreglado y mangas con unas cuantas manchas de kétchup de su cena de ayer de la tienda de conveniencia; sus ojos lucían inflamados y sus labios resecos, sus lentes empañados de suciedad en la punta de su nariz a la par de un cabello corto y gris hecho un lío.

Lo vio soltar un suspiro y, tras sacarse el abrigo junto a la corbata, se sentó en el sillón, cruzando una pierna sobre la otra.

—Luces como un desastre. ¿Qué tal la trasnochada? —dijo Namjoon.

—Muchas gracias, hyung —respondió—, es lo que todo hombre quiere escuchar cada vez que le miran a la cara. Respecto a la larga jornada, no creo que la pasara mejor que ustedes, por lo que veo.

Sin muchos ánimos, Taehyung se levantó de su silla e imitó a Namjoon, sentándose frente a él, no perdiendo la correcta postura. Con un ademán, le cuestionó si quería té helado y, cuando se negó, asintió débilmente, sirviéndose una taza para sí mismo.

—Definitivamente no. Estuve a poco de enloquecer si Seoyul no acababa su presentación final de la portada a tiempo. —De pronto, como si recordara algo gracioso, una sonrisa se impregnó en su rostro—. Es más, no tengo idea de por qué tuvo una crisis tan repentina. No puedo creerlo. Hasta su equipo quería arrancarse los cabellos de la desesperación. Bamgsun estaba por explotar, en serio. En nuestra última revisión, me repitió que todo estaba bien; incluso, me dijo que era probable que entregara todo antes de la reunión. Vaya que lo hizo, eh.

—Además, ¿no tiene como veinte para tener una crisis de la mediana edad?

Namjoon rio.

—Tú y yo sabemos que nunca es temprano para tener una crisis de la mediana edad.

Taehyung no podía estar más de acuerdo. Aún podía recordar aquella ocasión que casi arruinó un manuscrito importante por su indecisión, aquella ocasión en la que casi se quedó sordo. Era un novato. Tenía veintisiete y recién acababa de ser ascendido como editor en jefe; Kim Byeongok, director ejecutivo de la casa editorial y su tío paterno, no había dudado en confiar en sus capacidades y le encomendó un proyecto gigante que sería publicado a finales de año. Gracias a sus inseguridades e incontables vacilaciones que tardó en solucionar, el libro salió a la venta a mitad de enero.

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⏰ Última actualización: 4 days ago ⏰

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SUGAR RUSH 𝗜 kooktaeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora