- En serio?

- Si, he comenzado en los míos y la verdad están siendo aceptados, pero los puntos estrategicos los tienen ustedes.

- Ya veo... Tengo que consultarlo con Andrew, para poder tomar una desición.

- Si, entiendo. Mira en esta carpeta está todos los beneficios que ofrecería y los porcentajes.

- Bien, la revisaré con calma.

- Excelente. Por mi parte sería todo, toma mi tarjeta, no dudes en llamarme si tienes algún problema.

- Te agradezco tu preocupación, pero si llegara a tener algún problema mi esposo me ayudaría.

- Es lo más lógico, pero... Cuando el no esté no dudes en llamarme.

- El siempre estará para mí.

- .... "No lo creo, Andrew ha cambiado, el no es el mismo; siento que algo pasará con Yelena y no lo permitiré. Aún si tengo que matarlo para protegerla lo haré, Yelena tiene que despertar"  Si, después de todo es tu esposo no?

- Así es.

- Me dio gusto verte de nuevo, cuídate.

- Tu también.

Ambos se dieron la mano para despedirse y una pequeña descarga atravesó sus manos, los dos se miraron extrañados pero no le dieron importancia.
Gabriel salió de ahí con una extraña sonrisa.

- "Si, es ella, Descuida Yelena pronto estarás donde debes, yo te ayudaré"...

Yelena creía que todo iba mejorar pero lejos de ello todo se fue desmoronando cada vez más. Un noche mientras Andrew se preparaba para dormir Yelena lo sorprendió con una sexy lencería, Andrew solo reaccionó por impulso y tomo a su mujer pero no lo hizo como otras veces, no, esa noche solo fue sexo para él.
Yelena se dio cuenta de ello pues sus caricias eran frías, su besos eran secos, no había amor en su mirada, el cuerpo de el reaccionaba solo por la estimulación pero no habia nada de sentimientos por parte de el y entonces Yelena comprendió que ese amor que el le tenía se había terminado.

A partir de ese momento ellos dos se distanciaron, aunque dormían juntos, comían juntos, trabajaban juntos, ya nada era lo mismo pues él le era indiferente. Esa situación atormentaba a Yelena tanto que ella comenzó a bajar de peso por depresión, todos podían notar que el brillo en su ojos se había apagado en cambio Andrew se notaba igual, seguía con esa energía, con ese ánimo, se veía feliz.

Y un día llegó lo que tanto temía Yelena.

- Yelena, se que las cosas han sido diferentes entre nosotros dos, por eso creo que lo mejor para ambos es darnos un poco de espacio.

- Que quieres decir?

- Yo necesito pensar las cosas, no lo tomes a mal pero creo que debemos dormir en habitaciones separadas, solo por un tiempo.

- Entiendo... Si... Creo que sería lo mejor...

Los días siguieron pasando y Andrew cada vez estaba más distante, las cosas no mejoraron y no lo harían.

Una tarde Yelena se quedó de ver con Gabriel para cerrar el trato de los vinos, por lo que se reunieron en un restaurant en la zona alta de la ciudad.

- Y como puedes leer los porcentajes son más que beneficiosos, será un ganar para ambos lados.

- Si, es lo que veo... Me parece muy bien, entonces firmaré. Ella tomó la carpeta y la firmo brindaron con una copa de vino, Gabriel noto en ella un aire de tristeza y la cuestionó por ello.

- Está todo bien Yelena?

- Claro porque no lo estaría?

- Una mujer no debe tener lágrimas contenidas en sus ojos... Ni un nudo en su alma... Puedo sentir que no eres la misma, algo en ti se apagó. Que es?

LOBO MAGNATE 2: MOONFIRTSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora