—Porque no pasa nada —concluyó Alex.
Asher entrecerró los ojos al momento de poner sus brazos en forma de jarra. Parecía una señora.
—A mi no me engañan, tortolitos. Y no se confíen, que estaré atento a cada uno de sus movimientos —amenazó, y Alex, muy lejos de preocuparse por sus acusaciones, arrojó una almohada que le dió justo en el centro de la cara. Reímos, excepto el atacado.
—Ya vete, pesado.
—¡Traidor! ¡Antes de que llegara ella te encantaba pasar tiempo conmigo!
—Ashe...
—Hoy me pides que me vaya, ¡¿y mañana qué?! ¡¿No querrás ver más Cars conmigo?! ¡¿Dejarás de dirigirme la palabra?! ¡¿Eh?! ¡Traidor, desleal, infiel! —exclamaba.
—Te golpearé hasta que cierres la boca.
—¡Lo ves! ¡Ya no me quieres! ¡Desleal, Judas, trai...! Espera... ¡AHH! —chilló cuando Alex se levantó de la cama y lo empujó fuera del cuarto. Mientras tanto, yo observaba la escena acurrucada entre las sábanas de la cama con una sonrisa.
Alex cerró la puerta en su cara y volvió. Aproveché los segundos de su desconcentración para contemplar su torso desnudo mientras caminaba. Si mi abdomen mañanero me gustaba, no se querrán imaginar lo que me parecía el suyo.
Desvié la mirada cuando se sentó en la cama y me miró. Rió.
—¿Qué? —pregunté.
—No vayas a disimular tanto —ironizó.
—No te estaba mirando.
—Nunca lo mencioné —respondió, con una sonrisa burlona. Me había mandado al frente yo solita. Perfecto.
—¿Quieres bajar a desayunar? —me apresuré a cambiar el tema de conversación.
—O... podríamos ir a trotar.
—¿Con este calor? ¡Ni loca!
—Floja.
—No soy floja, Alex, no quiero morir de calor. ¿Y si muero ahogada de sudor? ¿Tú podrías vivir con mi muerte a tu concien...?
—Por favor, eres más pesada que Asher —interrumpió. Fruncí el ceño.
—¿Me estás comparando con Asher?
—Claro que no, él es más bonito que tú.
Esta vez, la que atacó con un almohadón fui yo. Por supuesto, Flash logró dominar sus reflejos y atraparla antes de que lo tocara. Me la lanzó de vuelta. Y otra vez, por supuesto, me dió en la cara.
—Asher no es más bonito que yo.
—Hasta Gami es más bonita que tú.
Evité sonreír por oírla llamarla por su nombre. La perra dormía en el pie de la cama, no parecía tener intención de levantarse, siquiera por los gritos de antes.
—¡Pero ella es hasta más bonita que tú!
Alex sonrió.
—¿Me estás llamando bonito? Olvídalo, ya respondiste con lo colorada que te pusiste. —Sonrió.
Ya, no podía seguir negándolo.
—Si, lo admito. ¿Y qué? Conozco muchos chicos que son bonitos...
Pero no me animé a tanto. Ups.
—¿Como quién? ¿Ese tipo de gafas que va a tu clase?
Sonreí.
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Viviendo con 5 idiotas [COMPLETA]
Teen FictionCuando uno de los hermanos Davies, Nicholas, cumple los quince años, se va a vivir a la ciudad donde su padre vive, Londres. Luego de inscribirse en el instituto, a los dieciséis años decide mudarse con sus amigos a una fraternidad. Dos años después...