-Quackity!!



Extendía la mano intentando alcanzar al joven que había soltado su arma al caer, que aún con un poco de irá en sus ojos perlados por lágrimas y apenas visibles facciones por la oscuridad busco también tomarle la mano.

La caída libre los estaba separando rápidamente, entre la oscuridad un suave toque evito que Luzu se perdiera...




-Luzu!!





Fue lo último que escucho, su mano fue soltada, el aire que hacía entender que seguía cayendo se detuvo gradualmente y con esto el castaño de camisa roja perdió la conciencia.














Frío...

Un olor conocido, tierra húmeda y pasto verde, un contraste total en su nariz que había pasado las últimas horas entre ceniza y pólvora. Con dificultad pudo abrir los ojos para toparse con un cielo atardeciendo, un hermoso color violeta rojizo que se tornaba en azul rey deslumbrando estrellas que de a poco aparecían, al menos es lo que se veía entre las ramas de aquel bosque. Sintió calma por primera vez en semanas, como si estuviera en un limbo, una paz pasajera, pero para el joven Luzu era una maravilla. 

Hasta que un grito llamándolo lo hizo levantarse, cual espejismo.

-Lusu!

Alterado se levantó del césped buscando a su enemigo, no había sonado cerca, pero estaba seguro de haberlo oído, hasta que recapacitó dándose cuenta de que no tenía sentido lo que estaba pasando. ¿Acaso había reaparecido en un bosque aleatorio en Karmaland? ¿Sería algún intento de Sapopeta para frenar los conflictos? Lo que tenía en claro es que sus heridas recientes estaban cicatrizadas, su mochila estaba a algunos metros de él y su contenido seguía intacto, en caso de encontrarse con algún revolucionario tendría munición lista... ¿Acaso no había usado todo contra Quackity?

Un aire frio recorrió el sitio haciendo estremecer al castaño, era el inicio de las nevadas en Karmaland pero no esperaba algo tan frio, no traía su saco para completar su traje. Entre las cosas de su mochila encontró de vuelta su antigua sudadera, tan pronto había llegado a la alcaldía estaba seguro de haberla tirado, lo más probable es que su Asistente la hubiera guardado. Tan pronto todo acabara sabía que debería hablarlo con él, pero ante otra brisa helada prefirió colocársela cubriendo por completo ese rojo vibrante de la camisa entre el oscuro chaleco.

Sacando una linterna se dispuso a caminar sin rumbo, las estrellas salieron totalmente haciendo que más dudas aparecieran en Luzu, el cielo que contemplaba cada noche era completamente distinto al que ahora lo cuidaba en su travesía de "vuelta a casa". Las estrellas estaban agrupadas de disntinto modo, las constelaciones parecían desperdigadas sin cuidado y la luna bastante grande, además que tardo un poco en notar lo limpio que se veía el cielo, debía estar bastante lejos.

Un silencio pesado, uno que otro zombie o crepeer que desaparecía con el roce de su espada, una noche demasiado tranquila para el mundo en él vivía. Los monstruos eran demasiado normales, si es que se podía decir así, ¿Que tan loco debía ser su hogar como para que lo raro fuera que fueran los comunes? Todo parecía no encajar, había caminado durante media noche y estaba seguro de que a este punto por lo menos vería su mapa, pero este no cargaba y hasta parecía corrupto. Sus coordenadas, las personas conectadas, el chat, todo estaba hecho añicos o salía con un error de 404 :) en letras verdes, además nunca tuvo el efecto de ser fantasma al morir... Esto debía ser una teletransportación, seguro un dios estaba detrás de esto.

Un haz de luz emergió en una de las recientes nubes que aparecieron en la fría noche, Luzu no podía evitar que el pensar en estar en casa lo hiciera feliz, aunque ya no tuviera nadie que lo recibiera... Otro haz de luz apareció, rotaban en círculos como si fueran el anuncio de un evento, esto nunca lo había visto en Karmaland, pero al caer la nieve no pudo pensar más que ir a resguardarse en lo que diablos fuera eso. 

Camisa Roja [Luckity]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora