"Las locuras es mejor vivirlas acompañados, así quedarán recuerdos de las aventuras maravillosas que pasamos en compañía"
B.C
La mañana siguiente lo primero que hago al despertar es darme un baño, vestirme con algo casual unos jeans y una blusa con estampado de flores. Mientras amarro lo cordones de mis zapatos, considero la idea de bajar a desayunar y encontrarme con mi... sacudo la cabeza para alejar de una vez por todas la idea de llamarla por algo que ella no quiere, ni quiso ser nunca, así que por más que me duela debo llamarla por su nombre, como si fuéramos un par de desconocidas, al fin y al cabo eso es lo que somos.Un par de golpes se escuchan en la puerta y luego está es abierta por mi Nana que viene haciendo maromas con una bandeja llena de comida, me apresuró a ayudarla y dejo la bandeja en mi mesa de noche.
—Veo que estás despierta— dice con una sonrisa — creí que tendrías hambre, ayer no cenaste— dice haciendo un ademán hacia la comida.
—Gracias Nana— me acerco a tomar el peine de mi cómoda para desenredarme el cabello— lo cierto es que si tengo mucha hambre, pero no quería encontrarme con ya sabes quién.
Inmediatamente capta lo quiero decir pero esta vez, no trata de bromear o decirme algo para que ignore el hecho de tener a Selene ahora en casa, está vez ella se sienta en la cama y aprieta sus labios de esa manera que me hace saber que tiene un debate interno entre decirme algo y no hacerlo, así que sin más camino hasta ella para tomar asiento a su lado.
—Que sucede, Nana— tomo su mano y la entrelazó con la mia— sabes que puedes decirme lo que sea.
—Es que...— levanta la mirada para verme a los ojos y veo duda en sus ojos— escuché a tu mamá...
—No le digas así...
—Es lo que es, mi niña— niego con la cabeza—Si, lo es, por más errores que haya cometido, esa fue la mujer que te trajo al mundo.
No quiero llorar, no de nuevo, siento que ya lo he hecho demasiado, pero es que al escuchar eso no puedo olvidar recordar sus crueles palabras, las palabras que ella me dijo y me dolieron más que nada.
—Lo se, pero no es mi madre por elección— digo con tristeza—, porque la realidad es que ella no quería serlo, Nana— parpadeo para apartar mi lágrimas y cambiar de tema— en fin, ¿las escuchaste diciendo que me odiaba?, o no, ya se, la escuchaste diciendo que no debería llevar su sangre.
Niega y me mira como si quiera decirme tantas cosas, como si ella supiera algo que yo no, y eso me intriga un poco.
—No Luciana, ella no dijo nada de eso— dice poniéndose sería de pronto— aunque no lo creas, la escuché llorando en su habitación está mañana.
Frunzo el ceño,
¿Esa mujer llora?
«Me pregunto exactamente lo mismo»
—¿Qué?— pregunto por qué aún no puedo creerlo— ¿llorando?, ¿estás segura, nana?.
Ella asiente con firmeza.
—Hable con ella y no se...— suspira—creo que no está bien.
Enarco una ceja.
—¿Y cuando ha estado bien?— intento bromear pero ella no reacciona solo me mira como si yo estuviese muy equivocada.
¿Que le pasa?
—Creo que deberías hablar con ella— niego rápidamente— ¡Si!— levanta la voz para cortar mi negativa— debes hablar con ella, hay cosas que no me competen a mi decirlas, mi niña, quizás si hablan puedan...
ESTÁS LEYENDO
El Color De La Libertad
Short StoryActuar, fingir, mentir y perderse a si misma para complacer a su madre. Esa era la vida de Luciana, dirán que es normal en su entorno o que solo está exagerando, pero no. Luciana vive en un infierno tras esas cuatro paredes que llama hogar, por lo...