—No, ¿cómo?—preguntó este, a nada de patear.

—Lewandowska— respondió mientras atajaba la pelota y se tiraba a reír en el suelo,abrazandola. Por alguna razón los que estaban cerca también rieron.

—¿Cómo creen que nos irá mañana?— habló el huevo, cambiando de tema como la absoluta nada.

—No sé , si ganamos mejor ¿no?— dijo Montiel con obviedad, el resto asintió.

Curiosamente, las horas decidieron pasar de una manera rápida y poco vueltera. Gracias a mucho entrenamiento y gracia, en segundos ya era treinta de noviembre. Toda la Scaloneta llena  de ilusión y de energía.

El estadio estaba repleto de Argentinos, como siempre, Argentina destacando sobre toda las cosas. Ver a tanta gente alentando por ellos, alegró mucho a Juli. A todos en general, pero más a él.

El primer gol fue de Alexis, en el minuto cuarenta y seis , generando un gritó de parte de la hinchada impresionante. Y el segundo, como una esperancita de luz, fue de Álvarez.

De la alegría, Enzo había ido corriendo de nuevo a sus brazos. Con fuerza y con poca intención de soltarse.

Esto le había llenado con más energía, aún no comprendía sus sentimientos pero ese tipo de contacto empezaba a ser precioso.

El partido lo terminaron ganando dos a cero. Argentina se había levantado del todo ante su primera derrota ante Arabia. Había renacido nuevamente.

—¡¿Quien está en Octavos?!— gritó en los vestidores Lisandro.

—¡Está claro qué México no!— respondió el Dibu en forma burlona.

Muchos dirían que había sido una falta de respeto ante otro país y malos ganadores, pero los mismos jugadores eran concientes de todo el hate recibido por parte de la otra selección. No de los otros futbolistas, de su gente. Los habían menospreciado.

—¡Muchachos!

—¡Ahora nos volvimo a ilusionar!

—¡Quiero ganar la terceraaa!, ¡quiero ser campeón mundial!

Y así , estuvieron cantando por un buen rato. Con una felicidad genuina.

Ya en los dormitorios, todos estaban limpios y llenos. Habían hecho un buen festín así que solo faltaba recargar sus energías durmiendo.

—Hoy estuviste genial, Ju.— comentó Fernández mientras se daba la vuelta para dormir.

Juli sonrió como niño, mirando el techo. Tenía las mejillas un poco rosas.

—Gracias. Tu también.

—Lo sé, lo sé — dijo moviendo la mano y acomodando estas debajo de su cabeza, como posición cálida para descansar.

Hubo un silencio de un minuto. Alvarez estaba sobrepensando mucho, pero sacó al habla el tema más presente.

—Enzo.— el nombrado abrió un ojo.

—¿Qué?

—Será...¿qué ganaremos?—preguntó con una sonrisa angelical, muy ilusionado.

—Si llegá a está estar destinado a suceder , claro que así será.

—Sería un sueño que lo fuera.

—Sí.

—Sí llegamos a ganar, tomaré cinco vasos de Fernet.— afirmó inocentemente, no era un chico que tomará mucho, por ende esto era extrañamente difícil que sucediera.
El veinticuatro rió.

—Si eso llega a pasar, te cómo la boca.— comentó acomodándose de nuevo—Ahora déjame dormir que tengo sueño

Julián quedó en silencio, observando su buen amigo el techo. Sabía que el contrario bromeaba, normalmente sus comentarios constantes eran así.  Pero la duda llegó sin mucho problema a su mente, ¿qué se sentirá besarle?

La imagen mental se borró al instante, repitiéndose así mismo "Diablos Julián, ¿en qué carajos te encuentras pensando?"

—Dev

Muy Gay para Qatar┋ꫀׁׅܻꪀׁׅzׁׅ֬ᨵׁׅ᥊ׁׅյׁׅυׁׅᥣׁׅ֪ꪱׁׅáꪀׁׅDonde viven las historias. Descúbrelo ahora