【𝘾𝙖𝙥𝙞𝙩𝙪𝙡𝙤 𝙄𝙓: мoтнer ĸɴowѕ вeѕт】

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Pasaron muchos días en el que le dimos el sustento necesario para que Julien no se muriera de hambre con abrazos y palabras de apoyo a espaldas de Skipper. Se sentía bien hacer lo correcto, pero también noté muchas marcas horribles en el pecho como la reciente cicatriz en el ojo que él lémur pudo ocultar bien. El lloraba en silencio por marca horrible que tenía en su mandíbula, y sus acciones eran muy evidentes hacia mí.

Me rogaba que no se lo contara a mi líder, que mantuviera esto en secreto y que lo ayudara. Sus ojos ya no tenían ningún brillo de esperanza y se aferraba a mí como si fuese la última vez que nos íbamos a ver. Estaba decidido, no vamos a dejar que alguien cómo ese rufián se metiera con Julien, si alguien quiere lastimarlo tendrá que pasar sobre mi cadáver. Le decía palabras bonitas, una más bella que la otra porque el estaba tan aterrado y asustado que lo único que hice fue acurrucarlo en mis brazos.

Lo que tenía presente es que apesar de hacer lo justo, te metería en graves problemas.

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El pingüino lunático sonreía al ver que Julien por fin se quedó dormido después de llorar y tranquilizarse con las caricias que Rico le hacía en la espalda, se encontraba recostado en su hombro con una ligera sonrisita en la comisura de sus labios.

De alguna manera amaba ver al lémur sereno y calmado que no era algo que se pueda ver todos los días, él llegaba con el muchacho ofreciendo comida junto con las charlas motivadoras que los alejaban de la cruda y triste realidad.

Había momentos en los cuales Julien se desmayó por las palizas de Skipper y el sociópata tenía que darle muchos dotes de ese amor que lo caracterizaba. Considera al rey cómo un hermano menor porque realmente había una clara diferencia de siete años, siendo el lémur el menor.

Quiro ue se'as, ue bien tú 'tarás y siera cer lo'uras con'igo.— Da una ligera risa de nostalgia. —Me gu'taría anto verte feliz y frutar bajo el sol ú añía sin dición.

Estaba seguro que iba a romperse y llorar pero de alguna manera pido contener la tristeza por el último recuerdo que tuvieron juntos cómo los mejores amigos del universo explotando algunos cohetes y charlando acerca de las libertades que ellos tenían sin que la madre naturaleza no los sujetara a sus hábitats naturales.

Yo lveré, y'a lo erás.— El lémur se despierta al recibir una cálida mano sujetar su mejilla con delicadeza. —Por tí vendré.

El pingüino voltea, ya era hora de salir de allí. Asegura volver a verlo y darle muchas dosis de amor fraternal que tanto Julien buscaba, le da un beso en la frente para salir corriendo de aquel cuarto sucio y húmedo con los trastes en las manos para que la oscuridad vuelva a reinar en esas cuatro paredes frías.

Rico cerró la puerta tras suyo encontrando con una desagradable sorpresa. Skipper esperando detrás suyo propiciándole un golpe certero a la cabeza y por la resistencia al dolor, el maníaco se cubre del golpe un poco tarde colocando su muñeca en la cabeza muy desconcertado y por la reacción dejó caer los trastos de vidrio, rompiéndose al impactar al suelo.

Vaya, creí que jamás saldrías— Comentó Skipper sarcástico.

¿Qué? ¿'ipper que ha'es a'uí?— Cuestionó el de cicatriz, se suponía que su líder no volvería hasta el día siguiente.

A ya sabes, sólo estoy viendo cómo me destruyes y traicionas al verte con ese adefesio.— Pronuncia la última palabra con veneno y asco.

"𝙈𝙮 𝙍𝘦𝘢𝘭𝘪𝘵𝘺" © [1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora