Wes alzó las cejas, tan solo segundos, con sorpresa.
—¡No tocamos a la señora Norris! —dijo Harry con voz potente—. Y ni siquiera sé lo que es un squib.
—¡Mentira! —gruñó Filch—. ¡Seguro Black le contó! ¡Él vio la carta de Embrujorrápid!
—A mí me importa un diablo si usted es Squib, mestizo o una ballena! —bramó Wes, molesto al notar las insinuaciones de Filch, sintió a su estomago dándole un revoltijo enfermizo.
—Si se me permite hablar, señor director —dijo Snape desde la penumbra, y los dos chicos vieron temerosos al profesor, no creyendo que diría algo positivo para ellos—, Potter, Black y sus amigos simplemente podrían haber encontrado en el lugar menos adecuado en el momento menos oportuno
—¿Qué rayos? —murmuró Wes, pegado a sus amigos.
—Sin embargo, aquí tenemos una serie de circunstancias sospechosas: ¿por qué se encontraron en el corredor del piso superior? ¿Por qué no estaban en la fiesta de Halloween?
—Hable muy rápido —dijo el pelinegro.
Enseguida, Ron, Harry, Wes y Hermione se pusieron a dar explicaciones a la vez, hablando de la fiesta de muerte.
—... había cientos de fantasmas que podían testificar que estaban allí.
—Pero ¿por qué no se unieron a la fiesta después? — preguntó Snape. Los ojos negros le brillaban a la luz de las velas—. ¿Por qué subieron al corredor?
Ron, Wes y Hermione miraron a Harry. Laurie seguía en silencio, vagando en su propio diálogo interno.
—Porque..., porque... —dijo Harry, las palabras torpemente atropelladas por los nervios—, porque estábamos cansados y queríamos ir a la cama —dijo.
—¿Sin cenar? — preguntó Snape. Una sonrisa de triunfo había aparecido en su adusto rostro—. No sabía que los fantasmas dieran en sus fiestas comida buena para los vivos.
—Bueno, tenemos dulces de Halloween —dijo Wes.
—Y, de todas formas, no teníamos hambre —dijo Ron con voz potente, y las tripas le rugieron en aquel preciso instante.
Ahora Wes le quería dar un golpe detrás de la cabeza.
La sonrisa de Snape era más grande y desagradable.
—Tengo la impresión, señor director, de que no están siendo completamente sinceros —dijo. Los dos chicos se vieron incrédulos—. Podría ser una buena idea privarles de ciertos privilegios hasta que se dignen a contarnos toda la verdad. Personalmente, creo que deberían ser apartados del equipo de quidditch de Gryffindor hasta que decida no mentir.
—Francamente, Severus —dijo bruscamente la profesora McGonagall—, no veo razón para que los muchachos dejen de jugar al quidditch. Este gato no ha sido golpeado en la cabeza con el palo de una escoba. No tenemos ninguna prueba de que Potter o Black hayan hecho algo malo.
Wes ocultó su sonrisa, agradecido de que McGonagall estuviese de su lado. Ignorando la mirada inquisitiva de Dumbledore, Wes se devolvió a sus amigos, sintiéndose como examinado.
—Es inocente hasta que se demuestre lo contrario, Severus —dijo con firmeza.
Snape parecía furioso igual que Filch.
—¡Han petrificado a mi gata! —gritó. Tenía los ojos desorbitados—. ¡Exijo que se castigue a los culpables!
—Podremos curarla, Argus —dijo Dumbledore armándose de paciencia—. La señora Sprout ha conseguido mandrágoras recientemente. En cuanto hayan crecido, haré una poción con la que revivir a la Señora Norris.
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SIGN OF THE TIMES [Harry Potter]¹
FanfictionDebes conocer de donde vienes para saber a donde vas. Quien no conoce la historia está condenado a repetirla. Lamentablemente, ellos no conocían los rastros que dejaron las personas que les otorgaron un legado ha través de los pasillos que recorería...
VIII || La inscripción en la pared
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