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-Pero Papii... contigo todo es especial. -El menor retiro lentamente sus manos de su rostro, viendo fijamente esas gemas negras, brillando tan solo para él, le acarició suavemente la mejilla, sintiendo la pequeña capa de barba que crecía en el rostro del moreno.

Off besó lentamente los labios del doncel, recordaba aquel pequeño que con dieciceis años ya sabía lo que quería.

Gun rodeó sus brazos en el cuello del mayor, sintiendo como éste lo tomaba en brazos, levantándolo del columpio, en el aire.

-papii, puedo caminar.

-Pues no, ahora te aguantas. Has salido a la calle con esa ropa y ahora yo te llevare a casa, antes de que te resfríes.

El menor no pudo evitar el rubor en sus mejillas, ocultando su rostro en el cuello del mayor, sintiendo como éste lo apresaba con fuerza, pero sin lastimarlo.

Gun pudo sentir como algo frío caía sobre su nariz, abrió lentamente sus ojos, distraídamente de sus recuerdos.

-¡Está nevando! -El menor salto del columpio y al instante se sintió sumamente mareado.

Instintivamente llevo sus delicadas manos, sobre la tela de su abrigo, soltó una delicada sonrisa. Pero casi al instante se borró al leer el mensaje que le había mandado su novio a su celular.

Amor, llegaré un poco más tarde de lo programado.

Te amo

Un poco antes de que el invierno empeorara, empezaron los exámenes finales de la universidad.

Los días de clases se minimizaron en tan solo horas de exámenes. Los alumnos se escondían en las bibliotecas o en sus habitaciones a estudiar, mientras que los profesores se encargaban de crear los exámenes más difíciles para sus alumnos.

Cuando las horas de trabajo terminaron, Jumpol ingresó al departamento, dejando su bufanda y su abrigo sobre el perchero de la puerta, caminó despacio al ver la luz de la cocina prendida, encontró al menor sentado en la pequeña mesa de la cocina, rodeado de varios libros.

Reprimió sus ganas de soltar una pequeña risa al ver la notoria molestia del castaño en su bello rostro.

-¿Qué pasa, amor? ¿Sigues con los malestares?

-No... Bueno, un poco.

-¿Has comido algo?

-No, bueno solo unas galletas. -El menor sintió, la caricia sobre sus cabellos y el beso suave que dejó el moreno.

-Iré a preparar una sopa. -El menor asintió despacio, dejando que el moreno se encargara de la comida, mientras él volvía a meterse en su libro.

El moreno aseguró la puerta principal, apagó las luces del departamento, y siguió la suave luz ámbar que salía de su habitación. Sonrió despacio al ver a su doncel notablemente abrigado con todas las mantas de la cama.

-Papii. ¿Qué haces hay parado? Ven y dame calor. -El menor quitó las mantas del espacio izquierdo donde dormía el moreno, mostrándole una hermosa sonrisa, apenas off se acostó, gun le cubrió con la manta, mientras que él se envolvía con el cuerpo del mayor.

Antes de que sonara el despertador, off escuchó como la cadena del retrete era jalada por tercera vez en menos de un minuto, pasó sus manos sobre sus ojos, quitando la pesadumbre de sus cansados ojos, fijó sus ojos en el cielo aun oscuro, prendió la luz de su celular viendo que aún eran las cuatro de la mañana.

Lentamente se puso de pié, sintiendo el frío del suelo bajo sus pies desnudos y caminó hasta el baño, la luz blanca se reflejaba por la pequeña rendija de la puerta, coloco suavemente su frente sobre la fría madera de la puerta.

Eres mío papii •Off-Gun•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora