Solo entonces fue que se dio cuenta de la seriedad del asunto, su Gavi, su pequeño cachorro tímido, había encontrado a un Alfa y tenía a una hija.

Se encontraba tan confundida, pero una parte suya sentía como si su alma estuviera en paz.

Gavi ya no estaba solo, tenía a ese hombre su lado, podia sentir sus aromas mezclados, estaban enlazados y lo miraba tan maternal con la pequeña, como si fuera su hija de verdad.

-Quiero que me lo cuentes todo, decime cómo fue que empezó y de quién es la cachorra.- Gema no quería ser mala, no lo era, pero necesitaba detalles.

Gavi  miró a Pedri  sonrió un poco avergonzado y después volvieron su vista al frente.

El castaño empezó a narrar cómo se habían visto por primera vez en la guardería, la vez que había ido a cuidar a Sofia en la casa del mayor, con vergüenza y todo, pero le dijo de cómo su cuerpo se había adaptado para alimentar a la pequeña.

Contó los problemas que habían aparecido cuando el abuelo de Sofía llegó, y desde cuando estaba marcado.

Obviamente no dió muchos detalles sobre eso pero le dijo lo necesario.

Gema escuchaba todo, miraba al Alfa, quien a veces hablaba también, sintió pena por él cuando contó sobre cómo la madre de Sofia los había abandonado.

Se sintió como un deja vu, ella también había sido abandonada por su Alfa, pero al menos él no había formado un lazo.

En algun momento había cargado a la cachorra en sus brazos, la pelinegra jugueteó con sus mejillas y esta sólo rela, tal vez era por el hecho de que su aroma era parecido al de su hijo. por eso ella se sentia cómoda.

-Me hubiera gustado saber esto con más anticipación- la mujer dijo al final mirando a la pequeña en su regazo, Sofía tenía agarrada una de las mano de la mayor y miraba curiosa sus dedos

-Perdón por eso, mama, pero pasaron tantas cosas en estos últimos meses, creo que se me pasó.- Gavi se rascó el cuello avergonzado pero después tomó la mano del pelinegro y entrelazó sus dedos con ella.- aunque, estoy feliz con mi decisión.

-Señora...-habló el Alfa. tomando su atención,- su hijo está en buenas manos conmigo, es un Omega maravilloso y me tiene loco por él. prometo que siempre lo voy a cuidar y haré lo posible por hacerlo feliz.-

El menor se sonrojó hasta las orejas, cuando Pedri queria, podia ser muy cursi, pero sabia que hablaba en serio, era alguien de palabra.

Gema le sonrió, ella sabía que su hijo había encontrado a alguien que lo amaba de verdad y lo quería con el alma, estaba agradecida con eso.

-Te encargo a mi hijo, Pedro.- fue como si un peso se liberara de los más jóvenes, tenían la aprobación de la madre del castaño, también de los padres del otro.

El Omega no podía estar más feliz por eso, tenía una gran familia maravillosa, siempre velando por su bienestar.

"Gracias, mamá"

Para cuando la visita a su madre terminó y volvieron a casa del Alfa, Gavi parecía estar sobre una nube, la cena con su progenitora había sido mejor de lo que había planeado.

-¿Sabes? Tu mamá es como la versión mujer tuya, tienen la misma capacidad de llorar a mares.— Gavi hizo un puchero, antes de irse, él se había despedido de su madre, hubo algunas lágrimas en ese procedimiento.

-Yo podría decir lo mismo de vos y rosy, son iguales.- si Pedri quería jugar, él también lo haría, el más bajo acarició la espalda de su pequeña, Sofía estaba medio dormida a su lado.

-Pero ¿Qué estás diciendo? Yo no me parezco en nada. -gruñó el contrario, tomando su mano entre sus dedos y la apretó un poco.

Gavi se rió, quizás él otro lo negara, pero sabia que queria bastante a su madre.

Se levantó y fue a dejar a la pequeña en su cuna, habían hecho un cuarto para ella, le faltaban algunas cosas pero después las comprarían.

Pedri llegó atrás del Omega y lo abrazó por la cintura, llevó su boca hasta el oído de éste y dejó allí una pequeña lamida, Gavi tembló en sus brazos, sabía lo que significaba eso.

-Vamos Gavi, tenemos que seguir trabajando en los hermanitos para nuestra bichito.- el menor soltó un pequeño jadeo, se dejó llevar por el Alfa y fue tumbado en su cama, quería darle hermanitos a su pequeña, así que no había problemas en trabajar en ello.

Pedri y Gavi estaban agradecidos con la vida que tenían ahora, una linda familia.

Ya no estaban solos, cada uno hacía sentir al otro completo, como si el vacío de antes nunca hubiera existido, y era lo mejor del mundo.

Ya no había nada que los hiciera más felices que tenerse uno al otro y estar juntos.

¡Fin!

I love you mom PEDRI Y GAVI Donde viven las historias. Descúbrelo ahora