—No, solo que- es un omega.

—Sí, supongo que no tenemos buena experiencia en esto. Pero te prometo que mantendré una distancia, además, quizás tenga pareja, no todos los omegas me desearán por ser un alfa, ¿verdad? Puedo parecerles feo a muchos. —Jimin ríe ante aquello, como si fuera la mejor broma que haya contado.

—Me conseguí al alfa más apuesto que pudo existir, creo que estamos en problemas, hyung. —Sonríe mientras acaricia sus cabellos. Los rizos comienzan a sobrar en su mano, cada vez estando más largos.

—Y yo al omega más hermoso. Para tu suerte, creo que uno solo lleva un lindo anillo en su dedo, ¿verdad? —Pregunta, besando el dorso de su pequeña mano, donde el anillo plateado brilla en la oscuridad.

—Si no nos preña no cuenta. —Finalmente o lamentablemente, la voz de JiJi surge en su cabeza.

—¡JiJi! —Gruñe el rubio, luchando en vano por no enrojecer. Su lobo parecía estar en celo cada día de su vida.

—¿Qué dijo ahora para que lo regañes? 

—No te importa, vamos a dormir. —Simplemente corta, acurrucándose contra el alfa en busca de calor y sus feromonas bajo su nariz.

—Está bien. Buenas noches, amor, descansa bien. —Murmura de forma ronca.

—Buenas noches Yoonie.

En la mañana siguiente, podría decirse que el caos azotó el edificio

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En la mañana siguiente, podría decirse que el caos azotó el edificio. La gran mayoría había despertado al rededor de las nueve de la mañana y estaban organizando con SeokJin su salida al supermercado y shopping más cercano. El científico había logrado recolectar algunas billeteras antes de abandonar las cabañas, lo que les dio más posibilidades a algunos de los omegas.

YoonGi terminaba de arreglarse, lo más que podía con los pocos recursos que tenía, frente al espejo. Jin le había comunicado que ambos deberían ir a ver al presidente porque había solicitado su presencia, la de Min más que nada porque deseaba terminar de cerrar su propuesta de trabajo. Asique intentaba estar lo más presentable posible.

La presencia del omega no se tardó en mostrar, sus pequeños ojitos cerrados haciendo el intento de ver algo por la luz y su somnolencia. A duras penas llegó hasta su alfa, abrazándolo por la espalda, queriendo ansiadamente su contacto.

—Hyung...¿por qué me quitaste tu remera? —Pregunta con un pronunciado puchero, jalando de la tela, queriéndola de vuelta en lugar que la suya propia.

—Tengo una reunión con el presidente por el trabajo, amor. Iré con SeokJin mientras tú vas con la manada a comprar ropa y cosas para la casa, te recomiendo vestirte. 

—¿Tan temprano? —Protesta, —¿con qué compraré si no tengo dinero?

—Toma. —El mayor sacó de sus bolsillos su billetera y le tendió una de sus tarjetas que aún tenían sus ahorros del trabajo en el hospital de Paradise. —Cosas para el baño, de limpieza, un poco de comida y abrigo para ti, ¿mh? —Ahora, a comparación de hace veinte segundos, los ojos del omega se habían expandido en grande mientras sujetaba la tarjeta en su mano.

Revolución Omegaverse [YM]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora