—Eso lo dices porque no te has enamorado, Cu-cu —espetó Miles haciendo alusión a su apodo—. El día en el que babees por alguien, cambiarás de opinión.

—Es decir, nunca, ¿verdad? Yo no caigo fácil en esos juegos y nunca lo he hecho.

Zails cerró la puerta del hogar luego de despedirse de los integrantes. Su objetivo principal solo se podía llevar a cabo si no era Scourge quien abría la puerta de la casa, lo cual debería resultar evidente, ya que también lo podía imaginar como un vago que luchaba contra todo para tomar un control remoto en lugar de usar las piernas para caminar.

Cruzó la pista y anduvo por senderos estrechos, los prefería más que las veredas junto a las vías principales, ya que eran más silenciosos y lejos del humo de los carros que solían molestarlo. Además, ir por pasajes garantizaba ver jardines y balcones, que le habría gustado tener en su casa, pero que no podría instalar a menos que tuviera otra o los árboles pudieran crecer en el tercer piso. Lo sorprendente era que la dirección que Miles le dio llevaba por una serie de residencias así, que amaban el color de la vegetación.

—Verde.

A todo eso, Rosemary decía que no se quede atrás. Zails no lo entendía, cuando era niño lo orientaron para enfocarse en sus estudios, en inicial siempre era "agarra un cuento", cuando ingresó a primaria y secundaria todo era "agarra un libro y no mires al lado", pero ahora que estaba en la universidad y era un paso importante, era "¿para cuándo la boda?".

Zails, en realidad, siempre fue desapegado a los sentimientos de las otras personas, difícilmente sentía cariño o lástima, a menos que se tratara de sus hermanos, por lo que la idea de "compartir la vida con alguien más", para él era "perder el tiempo compartiendo la vida con alguien más", y la pérdida de tiempo era lo que quería evitar.

Era inmune a enamorarse, podía jurarlo, y le encantaba ser así.

Sin embargo, se arrepintió el día en el que tocó la puerta de la casa de Scourge.

Zails subió las bajas gradas para llegar a la puerta de madera oscura y tocó, primero con tranquilidad, luego con insistencia, no había timbre alguno para presionar. Al cabo de unos minutos, escuchó un grito y un plato rompiéndose, hecho que lo hizo pensar que llegó en un mal momento, pero no podía irse para atrás, debía proteger los sentimientos de su hermano y ponerle un alto a la situación en la que se encontraba sumido, porque Miles recibía un tratamiento para eso, pero definitivamente no tenía un progreso si insistía en estar con Scourge, quien lejos de ser la pareja que lo ayude a salir adelante, era la pareja con la que era mejor morir.

Puso su mejor gesto de molestia cuando alguien tomó la manija del lado opuesto, pero estuvo seguro de parecer un niño cuando vio a la persona allí.

Era similar, sino igual, a Sonic. Tenía un porte más severo, tal vez por el traje rojo y dorado fuera de lo común, aunque era más bajo que el zorro, quien no supo de qué manera reaccionar o iniciar el motivo por el que llegó, que el otro haya tenido que levantar la mirada, y aun así seguir siendo tan imponente, calentó algo muy pequeño que nunca había sido tocado en la mente de Zails, algo que le dijo: "Él es", él es quien le hizo tragarse sus palabras y sacudir su moral intacta.

Por el otro lado, Zonic acababa de consolar a su madre por tener un hijo rebelde.

Zonic tenía tres hermanos: Scourge, el mayor que irritaba los nervios de Aleena, su madre, y el carácter de Jules, su padre, también estaba Sonic, menor que Zonic pero mayor que Amy, quien apenas cursaba los importantes grados de primaria con sus poderosos ocho años, de los que presumía mucho cuando veía a los demás como ancianos.

Scourge era la personificación de todo lo que no quieres ver en una persona, Sonic era la personificación de que detrás de nubes oscuras puedes encontrar lo opuesto con diversión y Amy era la personificación de la alegría y las travesuras en su totalidad. Zonic era nada.

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