- Bien, gracias Kun.

Estás reuniones después del trabajo se estaban saliendo de control, claro que porque el término "después del trabajo" era muy diferente para ellos, algunas personas salían a las cinco, ocho de la noche, no como ellos que su tiempo libre empezaba a las cuatro de la mañana. Los dos le insistían a Kun en verse antes de abrir el club, pero el chino trabajaba a esa hora, y decía que no tenía ningún problema en verlos por la madrugada, aunque recién al ver su rostro sabían que esto no era cierto.

Su abogado también había pasado por unos días duros últimamente, de repente su asistente que era de mucha ayuda Yuta, también dejó el barco y consiguió un trabajo más serio en otro lugar, y el proceso de buscar uno nuevo y trabajar con otros cinco negocios y empresas más hacía de sus días muy largos y cansados, revisando papeleo tras papeleo y recibiendo llamadas constantes de asesorías de sus clientes.

No queriendo cansarlo mucho más de lo que ya estaba continuaron con algunas indicaciones de la administración del dinero recibido y de su renovación para la licencia de vender alcohol y terminaron con la sesión.

- Bueno, si no tienen otra duda que pueda ser contestada, es tiempo de que me retiré, por fin hoy no tengo reunión temprano así que dormiré un par de horas.

- Está bien, ve, ve. No te detenemos, sueña con los angelitos.

- Gracias, adiós.

Kun guardó algunas carpetas en su maletín y salió del establecimiento bostezando y con los pies temblando. Las sillas ya estaban acomodadas, el piso barrido y los vasos sucios limpios gracias a Mark y Seulgi en su esfuerzo grande para mantener todo en orden.
Taeyong veía su teléfono y Mark dormía cobijado en la recepción, confirmando que el menor no escuchará Doyoung tocó el brazo de su novio, moviendolo un poco para llamar su atención. El rubio lo volteo a ver sorprendido y apagó su celular rápido sin dejar que el otro revisará la pantalla.

- ¿Estás emocionado por los nuevos trabajadores?

- Algo, sí - contesta desorientado - es demasiado trabajo que siento que estoy a punto de explotar, por suerte la próxima semana será un día feriado y podremos descansar una noche, pero Doyoung... me duele todo el cuerpo, siento que no estoy haciendo un buen trabajo para ayudar a facilitar el esfuerzo de los chicos....

- No, no, no - el pelinegro se colocó frente al otro, descansando sus brazos sobre los hombros dándole un pequeño masaje, tratando de proporcionar confort - tú estás haciéndolo perfecto, cuando todo esto termine estaremos bien, no habrán más cosas pesadas por completar y será mucho más fácil administrar el club.

- ¿Eso crees?

- Por supuesto, lo creo.

Taeyong asiente sonriendo ahora dejando mostrar sus dientes blancas y las contracciones hermosas de su cara que su novio tanto ama, todas esas pequeñas sonrisas y risas que salen de su ser le calientan el corazón y le recuerdan cuando conoció a aquel chico despistado que tenía tan buenos movimientos para las fiestas y era misterioso no dejando ver su vida privada.

Estos pequeños momentos eran los que amaba de un viaje largo de cinco años, casi seis estando juntos y siendo parte de la vida del otro, dando una ojeada más a Mark que descansaba placenteramente con la piernas enrolladas con la cobija se acercó a Taeyong y lo beo con fervor como solían hacer por las noches, para nunca dejar ir esa pasión y amor con locura de sus años de juventud juntos. El rubio correspondió el beso, dejándolo ser pequeño por el cansancio que llevaban en su cuerpo y las condiciones en las que estaban.

Así acurrucados en medio de la madrugada en el club frío Doyoung dejó salir un suspiro de alivio, podían pasar por altos y bajos pero seguía amando mucho a su líder menso y desastroso pero tan brillante y respetuoso, que se preocupaba de todo a su alrededor y se aseguraba de que todo estuviera en perfecto estado.

NCT'S VALHALLA || NCT FanficDonde viven las historias. Descúbrelo ahora