Una cena antes de volver al país tricolor basto para que los rizados quedarán enamorados de los otros greñudos.
El resto es historia.
Esa barriga llena de vida hacía que Leo no parará de sonreír, el sueño de ambos estaba por cumplirse, ese bebé estaba en el horno y ya quería ver cuándo saliera de ahí.
Su esposo era lo mejor que le pasó y ahora tenía que compartirlo con toda Italia y Salerno en especial.
Eso no venía en el contrato.
Nunca imaginó que su Guille terminaría en un equipo salado, luchando por alejarse del descenso.
Que sorprendentemente estaba salvandose muy rápido.
Y ahora era llamado el equipo fénix.
Renaciendo desde las cenizas.
—Te amo, te amo, te amo, amo estar con vos, amo que vos seas la madre de mis cachorros —descanso en su barriga pequeña
—Ay mi Leo pendejo, te amo mucho —le acarició el cabello mientras se dejaba tocar por esas manos tan suaves el vientre
Todos la cagamos a veces, no importa si sos el campeón del mundo, lo importante es que aprendas que con un bebé mágico y con el destino no se juega.
Y mucho menos si un omega de apellido Hernández manifiesta pura pendejada desde el 2014.
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Al despertar en los brazos de su alfa, Guillermo notó que su cuello estaba de vuelta a la normalidad, la marca azul había desaparecido y con ello la comezón y el dolor que había sentido.
Sin querer ambos habían salvado a Mateo de una desgracia.
El bebé estaba feliz de que el amor de sus padres se sintiera en el aire.
Los ojos del portero brillaban más que de costumbre, su cabello estaba rebelde y muy esponjado.
Se sentía bien, se sentía seguro, ya no desconfiaría tanto de ese francés.
Mbappé le había confesado estar enamorado del portero Martínez, que no pudo con él en esa final.
'Nunca vería a Lionel de esa manera, es el tipo más enamorado y celoso que he conocido, tú eres perfecto para él, el único que puede controlarlo y amarlo, por ustedes creo en el amor '
Estaría vigilandolo desde lo lejos. Nomás por si las dudas.
—Buenos días galletita —la voz grave y ronca de Messi en la mañana era la debilidad de Guillermo
—Buenos —sonrió tranquilamente y dejó salir su aroma por completo a Galletas
—Me encantas —nunca se cansaría de esas galletas María
