When you took my heart

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—Vamos, a mi espalda.—Le dijo, logrando sonrojarlo.—En serio, no te quedes quieto. No quiero que te pase más nada.

El canadiense terminó acatando, siendo llevado en el resto del camino hasta el punto de camping. Allí les esperaba la coordinadora con la puesta para acampar, junto con la enfermera y el profesor de deporte. El camino fue por alguna razón, mucho más lindo gracias a ese detalle, todos los árboles de distintos tonos y algunos amarillos o rojizos. Hojas que caían, viento fresco, el sol fue descendiendo y los pájaros cantaron entre las copas durante un buen rato. Tan ameno fue el paseo que se quedó dormido sobre su hombro.

Cuando despertó todo estaba oscuro. Sintió la textura bajo la yema de sus dedos y era una especie de malla lisa. Un leve dolor le molestó en la parte baja de la espalda y allí volvió en sí, recordando su pequeño accidente. Con los ojos bien abiertos ahora podía darse cuenta que era una carpa, y eso quería decir que había pasado bastante tiempo inconsciente. Se reincorpora con una que otra mueca de dolor, viendo que era de noche por el pequeño hueco descubierto en la entrada. El cierre no fue subido del todo. La luz de la fogata se refleja sobre la tienda.

Bajó el cierre por completo, permitiendo ver el panorama. Algunas estrellas adornan el cielo, se ven más carpas ya puestas y se oyen unas voces a lo lejos. Se pregunta dónde estarán los gemelos, pero justo cuando recuerda a Jeno, este asoma su cabeza y se da cuenta que estuvo sentado ahí afuera mientras él dormía. Sus mejillas se calentaron y rascó su cabeza, preguntándose qué pasaría en todo ese tiempo.

—Umm, hola...—Saludó el mayor con timidez. Fue algo abusivo haberse dado el lujo de dormir mientras él cargaba con todo.

—Que bueno que despertaste, estaba preocupado.—Dijo, entrando casi con prisa cargando en su mano un pequeño kit.

—¿Q-Qué, por qué?

El menor se sentó a su costado, evitando pararse para no golpear su cabeza con el techo de la tienda.

—No pudimos atenderte por estar dormido. Solo dejamos que descansaras con cuidado de no infectarte, por lo que colocamos una pequeña tela a la altura de la herida.—Dice, abriendo el kit y dejando ver los implementos de asistencia médica. Había todo tipos de cosas ahí.—De hecho, no sabíamos dónde ponerte al principio por lo que la enfermera cedió su espacio para nosotros y yo monté mi tienda para ella.—Saca un ungüento junto a un rollo de vendas.

—¿Es en serio?...

Jeno paró y le dedicó una mirada confusa.

—Pudiste, digo... Perdón por todo eso. Fue demasiado, no pude ayudarte en nada, Jeno.

—Ahora puedes ayudarme dándote la vuelta.—Propone mostrándole el alcohol y el algodón.

Mark trata de sonreír pero se puede apreciar su desánimo por el dolor de tratar su cortada. Ya era suficiente con el natural.

—Si no te das la vuelta, te la voy a dar yo.

Se miraron y el rubor del mayor aumentó, provocando que se avergonzara de lo que dijo, enrojeciendo también.

—No puede ser tan malo, ¿O si?—Por impulso bromea, bajando la mirada y pasando a reírse de lo que dijo.

—Enhorabuena, sabes coquetear.—Se le han puesto los pelos de punta. Era muy joven para soportar esos comentarios sin sentirse pequeño en su lugar.— Pensándolo bien, es mejor que te acuestes boca abajo para que sea más sencillo.

Fue cambiando de posición para facilitarle la tarea. Ahí está su corazón de nuevo, poniendo a funcionar la química en él.

Jeno se esterilizó las manos con un poco de alcohol, para poder tomar el algodón y mojarlo a fin de limpiar la raya roja de nueve centímetros, que era más abierta de lo que hubiera preferido ver.

Love²/ NaHyuck- RenHyuckDonde viven las historias. Descúbrelo ahora