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El mundo y el milenio de plata estaban a salvo una vez más, había sido una de las batallas más duras contra la oscuridad, pero una vez más serena o más bien, la princesa Serenity y sus sailor scouts habían dado todo de sí para que los ciudadanos del planeta tuvieran una larga y hermosa vida.

La princesa tenía un gran poder, uno hermoso, que también conllevaba una gran responsabilidad.

Habían pasado ya varios años desde que se habían conocido y enterado de que eran la reencarnación de las guardianes de la luna, al principio fue algo fuerte para todos, incluso alguna dudó y quiso renunciar, pero fue serena, su amor y brillo que las hacia unirse una vez más por el bien de la humanidad.

Serena estudiaba licenciatura en música y danza, era feliz el tiempo que podía asistir a la universidad, reconocía que tenía que posponer algunos semestres ya que tenia que ausentarse mientras estaban en una pelea contra el mal y más aún, de lo que nadie hablaba.

El tiempo que le tomaba a serena recuperarse después de utilizar casi toda su energía vital, los huesos rotos y los golpes que recibían.

Todas salían afectadas, pero sin duda la rubia era la que resultaba más herida y agotada. A veces quería una vida normal, como todos los demás, pero luego se preguntaba...

"¿Que sería del mundo sin ellas?"

Sonreía y seguía hacia adelante, tenía un destino que cumplir por el bien de ella y los demás, además tenía el amor de su prometido Darien Chiba, él hombre que amaba y ella estaba segura que la amaba.

O sea desde siempre estaban destinados a unirse, en todas las vidas existentes y ella estaba feliz con ello, no podía pedir más.

Hasta que se dio cuenta que las cosas no eran como ella pensaba...

-¿cuando va a despertar?, ya tiene una semana en cama, ¿hasta cuando se va a quedar ahí?- la castaña gruñó molesta, mientras Amy tomaba la presión arterial de la rubia en la cama, que poco a poco empezó a escuchar pero prefirió quedarse ahí escuchando un poco más, no podía creer lo que escuchaba. ¿Sus amigas se estaban quejando de ella?.

-Lita- le respondió Amy quitando su estetoscopio y colocándose de pie. -ya lo hará pronto. Serena sintió una suave caricia en su mejilla pero aun así no despertó.

-ya me tiene harta, ¿por que tuvo que ser ella precisamente la princesa?, yo soy la líder y es obvio que sin mi el grupo ya se hubiera venido abajo, es mejor si ya  se muere y no despierta mas nunca- Amy solo negó con la cabeza mientras miraba a  Mina caminar por la habitación hasta salir dejando un portazo a su paso, mientras Lita le seguía los pasos.

-voy a salir a calmarlas, creo que deberían ser más pacientes, serena  hace todo esto por nosotros, siempre da su vida por nosotros, esta no es forma de pagarle, si no fuera por ella no estuviéramos aquí- la peliazul salió detrás de sus otras dos compañeras echándole una última mirada a su amiga antes de salir de la habitación.

-Estoy cansada de todo esto Darien, siempre es la misma historia, y al final Serena queda como la heriona, ¿y nuestro esfuerzo?- se quejó Reí, cruzándose de brazos.

-ya te lo he dicho muchas veces cariño- Darien se acercó haciendo girar a la pelinegra para que quedara frente a él y dejar un beso en los labios de la chica.

-es parte del destino, no la puedes dejar, no puedes alterar el orden universal de las cosas bla, bla, bla, vamonos lejos de aquí, lejos de todos ¿acaso no me amas?- se quejó.

-sabes que te amo, que todo este tiempo juntos es lo que me da fuerzas para seguir, pero tengo esta misión, no puedo hacer nada, lo único que te pido y perdóname por set egoísta, es que no te vayas de mi lado Reí.

Serena suspiró pesado y en silencio, abría entre abierto los ojos justo en el momento en que su amado le dió un beso a una de sus mejores amigas.

¿En que momento había pasado todo esto, como es que no se dio cuenta de lo que pensaban sus amigas?

Ella realmente se había esforzado siempre para que todo estuviera bien, siempre daba todo por los demás, incluso si tenía que arriesgar su propia vida por esas personas lo había hecho muchas veces.

Dolía, dolía tanto que sentía que se ahogaba, que la falta de aire le estaba torciendo los pulmones y su corazón latió lento, tan lento que sentía que moría.

¿Y si mejor moría?.

No, aún tenía una misión y destino que cumplir para que la humanidad estuviera en paz, si tenía que sacrificarse por los demás, ella lo haría.

Parpadeó un par de veces para sacudir las lágrimas traicioneras y suspiró ahora más fuerte haciéndose notar, para que la pareja frente a ella tuviera tiempo de disimular.

Ahora entendía por qué Darien siempre fue tan frío con ella, él no la amaba con ella a él, y ella sentía que su cuerpo se quemaba del dolor por saber la verdad.

Abrió los ojos y hizo lo que mejor sabía hacer.

Sonrió.

-serena, que bueno que despertaste- Reí le devolvió la sonrisa de manera hipócrita. -iré a avisar a las demás que ya estás bien, me alegro que estés con nosotros de vuelta.

Serena realmente quiso reaponderle, pero las palabras se rehusaron a salir de su garganta que permanecía cerrada. La pelinegra salió de la habitación a buscar las demás.

-amor, que bueno que ya estás bien- Darien se sentó en el borde de la cama y dejó un beso en la frente de la rubia, pero esta vez serena solo sintió frío en su corazón, su cuerpo se estremeció pero esta vez de miedo y dolor, ¿como podía ese hombre que le juró amor eterno que conocía cada parte de su cuerpo y de su ser mentirle de esa forma tan cínica?.

Ella quiso gritar, pero el amor por los demás, por los animales y las plantas la motivaban a soportar y continuar.

-estoy bien- respondió quitándose disimuladamente las manos de su prometido de encima. -sólo quiero darme un baño y comer algo, ya sabé bien.

Las demás chicas entraron y Amy la abrazó, ambas se abrazaron y serena entendió que en medio de todo el caos, Amy sentía algo de cariño por ella.

Les pidió a todos que se fueran a descansar, que ya la habían cuidado lo suficiente y que ellas merecían descansar también.

Luego de despedirse de todas y verse sola, entró al baño y lloró, lloró por horas tratando de drenar ese dolor tan intenso que la estaba consumiendo lento.

Ni en todas sus batallas había sentido tanto dolor e impotencia, sus amigas, sus compañeras, las que eran sus guardianas la odiaban, querían que se muriera cuando ella nunca pidió ser la princesa de nada, tuvo que aprender sobre la marcha.

¡NO era su culpa!, así lo quiso el destino, ella solo quería lo mejor para todos.

Pero ahora podía entrar en su mente y regresar al pasado, dándose cuentas de pequeños detalles pero que ahora eran obvios para ella.

Las veces que no la invitaban a salir, alegando que ella nunca podía, cuando siempre quería compartir con ella.

Cuando la ignoraban en el grupo de WhatsApp.

Cuando, no contestaban sus llamadas.

O cuando Darien decía que estaba ocupado en turno en el hospital.

La molestia eterna de Reí hacia ella.

La amistad de Reí y su prometido.

Y serena se sintió estupida y culpable por todo lo que estaba pasando.




Primer capítulo, quiero mucho amor, likes y comentarios, sus opiniones son muy muy importantes para mi

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