Una hora, o talvez dos

Comenzar desde el principio
                                    

Y parece que en algún momento se asfixiaria porque aún no paraba.

Fueron bruscos los reflejos de Ratoo para patear por detrás a Narinder quien después yacia trapeando el piso con su rostro por el impacto.

Todo quedó en su mismo lugar aún así, pero fueron unos segundos para que luego sintiera algo caliente corriendo de su nariz.

Sangre, o eso suponía, pero está era de un negro.

Si los adeptos de la secta que había mandado a crear lo vieran ahora mismo en esta condición, seguro echarían a correr o vomitar.

O talvez cualquiera lo haría, pero ni Ratau o su hermano lo hicieron, solo fueron por un botiquín de primeros auxilios.

Y con un algodón sumergido en agua destilada Ratau jalaba del mentón de Narinder para proceder a desinfectarlo.

El sangrado paró rápido y ahora solo se limpiaba los restos de sangre que quedaban.

Ni las ratas se habían percatado del color de aquel líquido, solo miraban escépticos.

A fin de cuentas solo querían ayudar

Y Narinder no sabía que hacer exactamente para que dejaran de mirarlo con lástima, se sentía patético.

Volteó su mirada a otra parte de la cabaña mientras seguía limpiándose la nariz con aquel algodón, mientras la pena lo arrastraba a lo más profundo.

Hasta que sintió como esa calida mano le tomaba del hombro, el felino con las orejas gachas lo observó un momento.

Y ahora estando más cerca juzgaba con la mirada cada facción de aquella rata, su ojo faltante era el que más resaltaba.

Caminar en una tierra tan infestada de alimañas le dejó así, y el lo sabía.

La sangre de su nariz ya no escurría pero sentía como ahora su rostro hervía en frustración.

El vaso frágil de vidrio tuvo una grieta, aún puede hacerse añicos.

Pero finalmente, si, una pequeña lágrima cayó de su ojo izquierdo, y aunque solo fue una pequeña gota.

Bastó para que el gato se frotara efusivamente con su mano con tal de que parara.

Estaba haciendo eso que los adeptos también, llorar.

¿Cómo salió eso de el?

Creía que la gente lloraba solo cuando se lastimaban, gotas de lágrimas que solo eran superficiales para dar lástima, emociones mal colocadas en seres que parecían solo animales de laboratorio.

¿Eso significaba que el también lo era?

No, eso jamás, este estúpido cuerpo en el que reencarno era producto de aquello.

Debía ser así ¿No?

Por supuesto, que aunque solo fue una simple lágrima que brotó de el, lo sentirse patético no se le quitaba.

Ratau quién aún sostenía su hombro, ahora le ponía en la cabeza una corona de origami.

Le regaló una sonrisita a Narinder mientras lo hacía y Ratoo solo observaba desde su lugar.

N[] €ontadø (Cult Of The Lamb)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora