Cuando sale de la habitación con el cabello húmedo el desayuno está sobre la mesa.
-Cuando seas un anciano tu cuerpo reprochara tanta azúcar-murmura
-También está en mis fideos-le digo haciendo un gesto de darle a probar
Frunce la nariz en disgusto y sacude la cabeza en negación. Después de eso comemos en silencio por varios minutos, pero no es incómodo ni estresante.
-¿Cómo está tu cuerpo?-pregunto después de un tiempo. Porsché no responde, sólo se sonroja y remueve incómodo como indicativo de los estragos en su cuerpo
Anoche fui lo más cuidadoso posible, trate de hacer todo placentero para mi pequeño amante; sin embargo Ché era virgen por lo tanto, aunque hubo preparación suficiente no es imposible que sienta incomodidad en su cuerpo.
-Cuando termines el desayuno puedes tomar algunos analgésicos
-mmm
-¿Quieres hacer algo en particular?-hago otra pregunta
-Vamos de paseo-responde
-Bien. Nos iremos cuando termine unos asuntos
-¿No vas a quedarte conmigo hasta entonces?
Sus brillantes ojos de ciervo se apagan cuando ve que abro la boca. Se que sabe la respuesta.
-Ché...
-¡No importa!-exclama sonriendo
Siento una sensación extraña en mi pecho al verlo sonreír y que no se refleje en sus ojos. ¿Acaso es... remordimiento? Podría ignorarlo si me apetece pero por alguna razón me siento como un cretino al pensarlo.
-Una hora-le digo-Solo demorare una hora y luego haremos lo que quieras
Sus ojos se iluminan de esa manera que lo hace más adorable, no evito caer por la tentación así que tomando su rostro beso sus labios y pruebo en el interior de su boca el dulce sabor del mango mezclado con la leche de coco en su postre.
-Una hora-murmuro sobre su boca antes de marcharme
Tal y como prometí a Ché me apresuro a revisar documentos y hacer las llamadas necesarias para movilizar un cargamento de armas, todo va bien hasta que la última llamada para coordinar el paso es con Tankhun. El bastardo siempre logra que termine con dolor de cabeza. Sin embargo, cuando salgo de la oficina y observó a Qué sentado sobre el sofá jugando con su móvil mi malestar se va.
Sólo observarlo es un bálsamo que alivia todo mi ser.
Sigilosamente me acerco hasta él, aprovechando su picision para apoyar mi cabeza en su regazo. Su mano echa hacía atrás mi cabello en una dulce caricia que me hace estremecer ante la sensación.
-¿Aún quieres salir?-pregunto sosteniendo su mejilla. Asiente en afirmación antes que mis labios busquen los suyos en un beso que nos deja sin respiración
Mientras caminamos por el centro comercial pienso seriamente que fue una muy mala idea. No se trata del miedo a ser presa del enemigo puesto que los hombres de mi padre se encuentran escondidos mientras me vigilan, sino al hecho de que la atrayente luz de mi amante atrae atención innecesaria. Le doy una calada profunda al cigarrillo esperando que disminuya mi molestia pero no funciona.
¡Mierda! Nada va a calmarme cuando está involucrado mi hombre.
Porsché asiente a lo que un tipo le dice mostrándole una camiseta. No me molesta que interactue con otras personas lo que me enerva es que esos otros pongan sus ojos en lo que es mio. Podría hacer una escena, ir hasta el tipo que le toca el pecho sin pudor a mi novio, darle un puñetazo y arrastrar a Ché fuera, o hacer que mis hombres le den una lección a ese tipo pero no lo haré. No quiero involucrarlo en mi violencia.
-Kim-Su voz se cuela en mis oídos como una un suave susurro
-¿Terminaste?-pregunto. El asiente y sacude las bolsas en sus manos.
Su sonrisa es brillante como la luz del sol y yo soy Ícaro persiguiendo el sol.
-Aquí no
Ché me empuja lejos de su boca con el rostro enrojesido y aunque eso podría molestarme no lo hace.
-Bien. ¿Algo más?
Su boca rosa se amplía en una sonrisa entusiasta que me acelera el pecho, señalando una tienda de fotos instantáneas.
Las horas que pasamos fuera del departamento fue una maldita tortura , teniendo que contenerme cada que alguien veía a mi amante con más allá de un interés comercial. Evitando hacer una escena cada vez que lo veían con el mismo deseo que yo.
Y en este momento en que mi mano juguetea con su húmedo miembro y mis caderas impactando contra sus glúteos le provoca ansiosos jadeos liberó toda la ira acumulada durante el día.
Sujeto su cadera con fuerza cuando su interior se aprieta ante el orgasmo arrastrándose con él.
Respira con dificultad y a la vez alivió.
-Aún no termina cariño-le advierto -¿Q-qué?
Sin una protesta más lo llevo al sofá, sujetando su tobillo para anclarlo a mi cadera gruño en deleite ante el calor de su interior. Mi cuerpo continúa golpeando el suyo sacándole gemidos deliciosos y haciendo que su cuerpo brille más con la humedad de nuestro sudor mezclado.
-Phi... ¡ah!... be...bes-o
Enredo mi lengua en la suya, saqueandola. Devorando cada uno de sus gemidos.
-¡Si! ¡Más! ¡Ah! ¡Phi, ahi!
La última súplica muere en sus labios, su cuerpo se arquea y libera su deseo manchando mi abdomen mientras me libero en su interior con un último beso.
Es sabado por la noche, son casi las diez y tras el ventanal de cristal de mi oficina la ciudad iluminada por las luces artificiales de las farolas en las calles y edificios muestran su inigualable esplendor; sin embargo, el paisaje no me parece ni uno por ciento interesante como la magnífica obra de arte frente a mis ojos. Porsché con el cuerpo húmedo en sudor, ojos lloros y rostro sonrojado, su cuerpo cubierto de pies a cabeza de marcas y las piernas abiertas de par en par mientras mi semen se desliza entre ellas. Me lamo los labios con deseo ardiente ante la perfección de Porsché.
Todo él es mio.
Tom Kha Khai: es una sopa caliente picante. Esta sopa se hace con leche de coco, galanga, hierba de limón, hojas de lima kaffir, y pollo.
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