8. Those Eyes And Truth.

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—Jennie no se tiene porqué enterar —dijo con normalidad—. A menos de que tú le digas. Después de tanto tiempo, conozco a una chica que me gusta de verdad. Ayer cuando estaba comiendo con ella, su manera de pensar me atrapó y la forma en que expresa sus ideas.

Me mofe, —Ay, Momo, no sabes en lo que te estás metiendo.

—¿Qué?, ¿tiene novio o novia?, porque según yo, es soltera.

–Yo no he dicho lo contrario. Pero no creo que a Jennie le agrade la idea

—Ah, perfecto —rió con amargura—. Entonces, tengo que esperar que Jennie apruebe mis citas, por Dios. Que sea linda y me atraiga, no quiere decir que me vaya a meter con ella.

–No me interpongo en asuntos ajenos, ustedes sabrán como termina —dije con toda tranquilidad—. Después de todo, Lisa no se percibe como una mala persona, pero cuídate.

—Gracias, Rosé.

Levanté la mirada hacia aquel grupo, buscando indicios de Jisoo pero no la vi. Asimismo, busqué en toda la cafetería, pero ella ya no estaba ahí.

—Tengo... tengo que irme.

—¿A dónde?, la hora no se ha terminado, Rosé.

—Es que... tengo mucho trabajo. Adiós, Momo.

Salí de la cafetería y miré a los pasillos de la empresa. Buscando ese rostro armonioso y familiar, el cual pertenecía a Jisoo.

Se esfumó de mi vista en un segundo.

Maldije por lo bajo.

Pero no pasaron ni cinco segundos cuando la volví a encontrar, y la sonrisa en mis labios se ensanchó. La coreana por fin miró a mi dirección y elevó la mano para saludarme; yo estaba a punto de hacer lo mismo, pero en vez de eso, avancé hasta ella.

—¿Muy ocupada? —pregunté con una sonrisa.

—Un poco. Estoy terminando de unos archivos, no quiero dejar nada para después. Y bueno, deseo que estés satisfecha con mi trabajo —dijo.

Era una chica sumamente hermosa. Tenía ese timbre de voz cálido, el cual era refrescante para el sistema auditivo humano. No era molesto, ni chillón. Si esta mujer no era perfección, no sé lo que es.

—Lo estoy. No tienes que afanarte por eso —exhalé—. Luces muy hermosa.

—Muchas gracias. Tú también te ves bien —mis mejillas enrojecieron. Y desee no actuar como una adolescente la cual no tiene ni la más remota idea de nada, y es la primera vez que coquetea, cuando miles de veces he hecho esto—. Si me permite, tengo que seguir...

—Te invito a comer —Jisoo se detuvo—. Es que... bueno... si quieres. Mañana al mediodía, en tu hora de descanso.

Titubeó, —Yo... creo que sí. O sea... sí, acepto —me regaló una sonrisa—. Esperaré por ti mañana al mediodía.

—Perfecto. Espérame, no salgas con nadie más.

—No, tranquila. Adiós, Señorita Park.

—Adiós.

Y cuando Jisoo se fue, quise enterrarme a mí misma. Fui muy lenta, titubeé demasiado y encima, casi no se me entendió nada.

¿Saben que es lo peor?, que no sé el porqué actúo de esa manera. A mí jamás me había ocurrido eso.

 A mí jamás me había ocurrido eso

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The River. (Jenlisa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora