Secó sus lágrimas con el pañuelo que su amigo le dio, tratando de calmar sus emociones para no seguir llorando como loco. Pero estaba tan aliviado de haber aprobado, pues significaba que sus semanas de insomnio y la constante preocupación de no poder aprobar se esfumarían a partir de ahora.

—Creo que deberías celebrarlo — el rubio aplaudió con emoción —¿Qué tal si vamos con Hyunjin esta noche? ¿Te parece la idea?

JiMin sonrió con timidez.

—Sabes que no me dejan — hizo un puchero —. Además, ese lugar me da un poco de miedo.

—¿Por qué? No matan gente... Bueno, sí lo hacen pero sólo si les hacen algo malo.

JiMin soltó una risita y asintió.

—Bien, pero no prometo nada. Sabes que mi madre no me deja salir de noche.

—¡De acuerdo!— canturreó el omega mientras se sentaba a lado de JiMin —. Tal vez te deje ir como recompensa por haber aprobado, estoy seguro.

—Espero que así sea. — murmuró JiMin, pensando más que nada en obtener unas cuantas palabras de ánimo por parte de su madre que un permiso.

Cuando la tarde llegó y su última clase terminó, se encaminó a casa mientras portaba entre sus manos el papel de sus calificaciones. Estaba nervioso y un poco ansioso por mostrarle a su madre los resultados de su esfuerzo, conociéndola, probablemente ella le daría unas cuantas palmadas en la espalda y le diría que puede comer una rebanada de pastel.

A veces, eso era más que suficiente para JiMin. Pues su madre no la persona más amorosa del mundo.

Cuando entró en su casa, subió rápidamente hasta su habitación para guardar su mochila y cambiarse de ropa para sentirse más cómodo. La mujer debía estar en la sala de descanso, pues seguramente ya había llegado del trabajo.

Tocó la puerta de aquella sala y desde afuera escuchó la voz de su madre, diciéndole que podía pasar.

Abrió y cerró tan rápido como pudo, se acomodó el pantalón que traía y peinó sus cabellos hacia atrás para que no se viera tan alborotado. Caminó hasta estar cerca de ella y dejó el papel sobre la mesita que tenía enfrente.

La mujer sólo desvió la mirada uno segundos y tomó aquel documento que contenía las calificaciones de su hijo. Observó todo detenidamente mientras le echaba un rápido vistazo a JiMin, quien desde luego se notaba demasiado nervioso.

—Obtuve el primer lugar con el mayor puntaje en los exámenes. — el omega dijo, dejando relucir su brillante sonrisa, sintiéndose bien consigo mismo.

—Oh... — la mujer sonrió forzosamente —¿Qué es ese 9 en cálculo? — la mujer se acomodó los lentes sobre el puente de su nariz —. Para lo próxima cambia ese 10 en danza a cálculo.

La sonrisa del menor poco a poco comenzó a desaparecer después de haber escuchado las respuestas de su madre. Apretó sus labios en una fina línea y se mordió la parte interna de sus mejillas.

—Honestamente no me sorprende, si estudiaste esto es lo menos que puedes traerme — la mujer dejó el papel de nuevo sobre la mesa —. Tienes que saber que estarás por entrar a la universidad dentro de un año, necesitas tener excelentes calificaciones. No quiero volver a ver un 9 en cálculo.

JiMin asintió, apretando sus labios con fuerza mientras sentía un nudo formarse en su garganta.

—Ahora vete, déjame descansar aunque sea un momento — la mujer le hizo una seña para que se fuera —. Pide lo que quieras de comer, pero no ordenes comida grasosa ni harina, últimamente te veo más gordo, así que no comas nada de eso.

HEARTLESS TRUTHS | YoonMin Where stories live. Discover now