Las bolsas que llevaba tenían montones de dulces y comida, tambie habían chocolates y frituras, incluso un libro.

Era hermosa la forma en que hacía las cosas para que yo estuviera bien. No, no me había equivocado con el.

Cuando comía me robaba pequeños besos de vez en cuando, me robaba besos en los labios cuando usaba su chamarra para taparnos para después reír como un niño que

Acaba de cometer una travesura, para después tomar mi mano entre la suya.

— Abre la boca — dijo y cuando lo mire el sostenia una uva, abri la boca y el sonrió dejandola en mi lengua para después robarme la mitad al unir nuestros labios. Un beso infiltrado para un robo

El se veía tan feliz, que a pesar de que yo me sentía tan mal no podía evitar sonreír con la misma intencidad que el. Yo lo amo, y el siempre ha tenido este efecto en mi desde que lo conozco

Sus cabellos castaños volaron por el viento, su sonrisa al mirarme y sus hebras tapando sus ojos mientras simulaban olas me hacía sentir encantado.

No pude evitarlo

Me acerque y bese sus labios como nunca antes los había besado, tóme su barbilla y abri mi poca pidiendo permiso para invadir la suya, la respuesta fue inmediata y sin saber cómo, comencé a recorrer su boca. El soltaba pequeños suspiros, otras veces pequeños gemidos que porvocaba cuando mordía su labio pero el se sonrojaba y se dejaba hacer

No me detenía, y me gustaba que no lo hiciera, solo se mantenía con las manos en el césped sosteniendose, y una mano en mi mejilla para equilibrarse.

Movi más mi boca y sus gemidos se volvían más constantes ante cada rose, no sé cómo lo hacia, pero era como si supiera que hacer perfectamente.

Me detuve cuando sentí algo entre mis piernas, mire abajo, su pantalón resaltaba y sus mejillas coloradas me parecieron adorables cuando se avergonzó

— No es justo — susurro en un puchero abrazandome más a él

— La vida no es justa — devolvi acariciando sus cabellos, mientras el se escondía en mi pecho

— Dime qué nunca me vas a dejar, me llevarás contigo siempre — pidió reforzando su agarre en mi cintura

Hace tiempo había perdido de peso, tanto que la panza que tenía había desaparecido y ahora solo estaba una figura delgada

Una que era suficiente para que el pudiera rodear entre sus brazos

No respondí, solo seguí acariciando su cabello. No podía hacerlo y tampoco quería ver sus lágrimas al decirle que no.

Si pudiera, te llevaría a todos lados conmigo, pero hay veces en las que no quiero que me acompañes

Aún si no vuelvo a sentir sus besos, su calor, su toque, aunque me tortura no poder ver su rostro y sus bonitas expresiones.

Los estragos que causo en el, y la forma en que me fascina ser yo quien lo haga

— Siempre te voy a amar, Hobi — dije a cambio

El se alejo abruptamente mirándome molesto

— Quiero que prometas que siempre me vas a llevar contigo, Tae —

No respondí, pero acalle sus palabras en un beso

— ¡Noooo, Hoseok! —

Recordé el choque, recordé el choque que tuvimos. El iba a mi lado, y yo iba conduciendo rumbo a la playa aquella donde le haría enfrentar sus miedos. El le tenía miedo a nadar, pero yo quería que se refugiará en mi cuando se sintiera en peligro, que sepa que siempre estaré para el.

Un auto nos embistió, yo recibí el golpe cuando lo protegí con mi cuerpo lo más que los cinturones de seguridad nos lo permitieron. El auto dió una vuelta en el aire, tenía miedo de que estallara en llamas, el desespero me hizo zafarme con brusquedad pero no podía.

Solo pude sacar su cuerpo y empujarlo unos centímetros.

— ¡Salvenlo! — suplique cuando unas personas corrieron tras el accidente, tal vez venir por un lugar muy transcurrido no era tan malo como yo pensé en un principio. Agradecí que Hoseok me haya convencido.

Eso fue lo último que hice antes de desvanecerme con medio cuerpo en la acera.

Y ahora probablemente estemos en el hospital, yo acabo de morir hace unos minutos. Los escuche desde la poca consciencia que me quedaba

Pero Hoseok aún vivía, y sin embargo, me pedía llevarlo conmigo. No podía.

— ¡Hoseok, regresa ya! — dije empujándolo

El nego, y se abalanzó a mi para besarme en el pasto, encima de las hojas de otoño

Sus manos descendían y se colaban por mi camisa. Debía de tenerme, las maquinas gritaban que el cuerpo de Hoseok estaba perdiendo signos vitales

Pero sus labios me apresaron, sus toques me volvieron loco. Y de un momento a otro estaba entre mis piernas, friccionando nuestros cuerpos.

— ¡Lo estamos perdiendo! ¡Aumenten la dosis!

— Te amo, Tae — susurro entre el beso, apretando mi trasero y sacándome un gemido

Mire sus ojos, me estaba perdiendo en ellos. El brillo que me mostraban era hermoso y su sonrisa me hacía concentrarme en el.

Beeeepppp

El sonido agudo y molesto se escucho cuando me deje hacer, y dejé de moverme o de intentar apartarlo.

Y encambio recorrí con mis manos su cuerpo que siempre me encantó.

El jalaba mis cabellos y yo volvía el beso uno salvaje.

Ya todo estaba perdido, pero ambos sabíamos que siempre estaríamos juntos.

— Nunca te dejare, Tae.













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Es capitulo único, aunque muy largo. Nuevamente lo siento por la demora.

Al rato subo otras historias.

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Atte: Jenever

One shots [Vhope]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora