Capítulo 2. Inefable.

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La alfa entendió que era una Beta que estaba cargando con una gran frustración, aunque también era notable por su forma de hablar y su comportamiento. Liebe tiene a una persona que, fácilmente, daría la vida por él. Su madre.

― Con palabras, no puedo afirmarlo. ― dejó la taza vacía en la mesa ― Júzgueme.  

Licita sintió  su cuerpo con más ligereza. 

― No quiero decir que eso me calma. ― Licita trató de sonreír, aunque fue un fallo rotundo. ― Noelle, no es un buen momento momento para tener esta conversación que es muy importante, lo siento, yo no me siento lista. Espero y compre-

―  Oh, Hola... ¿Quién eres? 

Asta había ingresado a la casa, estaba con el cabello mojado y era notable que acababa de llegar de un tipo de entrenamiento físico. Una toalla le rodeaba el cuello, short hasta las rodillas y un polo holgado blanco. 

Lo primero que notó el ojiverde es a la persona sentada frente a su madre, una chica de cabello corto y de porte elegante, también que era una persona alta, al menos debería ser más alta que toda su familia. De cierta manera, le llamó la atención, porque no sabía por qué esta persona estaría en su casa. Él es una persona que tiene una personalidad que podría caerle bien a cualquiera, amigable, caballeroso y empático, así que sí, el hijo mayor de Licita está criado con buenos valores; sin embargo, ver a su madre darle una sonrisa fingida con los ojos tristes, volvió  a mirar a la persona desconocida, entendiendo las cosas mal por ser precipitado.

― Ma, ¿Qué es lo que está sucediendo? ¿Quién es ella y por qué te está haciendo sentir mal? ―  cuestionó acercándose peligrosamente sin medir sus actos. 

― A-Asta... ella es el alfa de Liebe.  

Él no pudo evitar mostrar su asombro, fue tanto, que el silencio consumió el ambiente. Entonces, lo primero que le vino a su cabeza, fue el rostro de su hermano.

― Liebe, ¿Dónde está? ¿Está bien? ― volvió a cuestionar. ― Está en su cuarto, ¿cierto? Debo ir con él, me necesi-

Un gruñido feroz se escuchó en la casa, poniendo alerta a Licita y Asta que miraron asombro a la chica que mantenía la mirada en suelo. 





















Un alfa es protector, incluso, se volvía más gradual al momento de tener a su pareja. La sensación de protección era natural en ellos y ninguna ciencia podía suprimirlo. Cuidar, velar y estar a lado de su omega le era primordial, un deber. En tiempos pasados, el propio alfa perdía la conciencia y actuando si ninguna razón, solo haciendo caso a su instinto, pero eso, en la actualidad, era controlable. Pastillas, no cualquiera, si no las que las farmacias daban de manera gratuita por orden de un papel sellado por algún médico. 

Pero esto era para los alfas comunes, no para el variante.

Existe el alfa puro, la persona que sufre el triple. 

Un alfa puro es primitivo, por lo cual, no ha evolucionado hasta la actualidad. Son pocos, pero existen, pues todavía el gen de ese género perduraba, al menos hasta unos años hasta su completa desaparición. Normalmente, no encontraban a su pareja, de hecho, las investigaciones mantenían un porcentaje de éxito en un 0,0001%. Entonces, esto tenía una razón. Su pareja también era puro, primitivo. Un omega y Alfas puros, son casos extremos, significa que ellos no solos pueden cuidarse ni de ellos mismos, porque en su etapa de pubertad solo le dicen si son omegas o alfas, no puros y solo para saberlo es cuando se encuentran, teniendo que aprender más sobre ellos.

Era la información menos conocida en la sociedad.

Y la vida te vuelve a dar otro gran cambio con nuevos obstáculos.























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