—Mi niño, regresaste.

El pelinegro rodeó el cuerpo de su madre suavemente regresandole el abrazo.

Minutos después se separaron y una gran sonrisa estaba plasmada en el rostro de la señora Jeon. —Estoy tan feliz de que estés aquí. —La señora Jeon miró a Francis. —Francis puedes ir a guardar el auto, muchas gracias.

Francis hizo una pequeña reverencia. —Con su permiso. —Miró a Jungkook, quién aún lo miraba intrigado por aquella posición rígida que el pelirrojo presentó después de ver la fotografía. —Bienvenido, joven amo.

Jungkook estaba sumamente confundido. —Gracias Francis. ¿Podemos hablar más tarde?

—Patrañas. —Expresó su madre. —Tendrán mucho tiempo para hablar. —Jaloneó a Jungkook hacia la mansión. —Debes instalarte, cariño, tu hermano vendrá a la hora de la cena.

Jungkook sonrió, había extrañado mucho a su hermano. —Él dijo que tenía algo importante que decirme.

Repentinamente su madre se tensó y desvío la mirada. —T-tu padre está arriba, ve a saludarlo. —Cambió el tema.

Jungkook ignoró por completo aquella extraña actitud y como se lo pidió su madre subió las escaleras rumbo al estudio de su padre.

Tenía mucho que hablar con él.

Realmente estaba feliz de regresar y sabía que su felicidad aumentaría cuando viera a Taehyung, su hermoso Taehyung.

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


El exquisito aroma inundaba todo el lugar, una sonrisa se dibujó en su rostro, se levantó del sofá y caminó hacia la cocina pues de esta provenía tal aroma.

Un dulce tarareó se escuchaba en todo el lugar, se acercó lentamente quedando detrás de aquel hermoso rubio, rodeó su cintura con sus brazos y apoyo su barbilla en su hombro. —¿Que cocinas, mi ángel? —Bogum dejó un beso en el hombro del rubio. —Huele delicioso.

Taehyung sonrió y siguió mezclando la salsa. —Es la salsa de la lasaña. —El rubio miro a Bogum mientras le sonreía, le extendió la cuchara para que probará y este lo hizo. —¿Que tal está, cariño?

Bogum besó los labios de Taehyung haciéndolo reír. —Delicioso. —Volvió a besar sus labios. —Pero, no tan delicioso como tus labios.

—¡Se están besando! —La pequeña vocecita de Nari se escuchó en la entrada de la cocina, la pequeña niña se cubrió los ojos.

Aunque ahora estés con él || KookV.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora