𝕆𝕁𝕆𝕊 𝕀ℕℂ𝔸ℕ𝔻𝔼ℂ𝔼ℕ𝕋𝔼𝕊 || 𝒐𝒏𝒆 𝒑𝒊𝒆𝒄𝒆 ||

𝟗: 𝒑𝒓𝒐𝒎𝒆𝒔𝒂

- Soy un hombre. - Se defiende, completamente avergonzado.

- Adulto no.

- Soy más alto que tú - «Gran cosa» le debate Luscinda, logrando que Koby infle sus mejillas, pero eso no le impide a seguir luchando.- Tengo más experiencia en la marina, y estuve dos años en la pequeña escuela que enseñan a los aprendices.

- ¿Dos años? - Se burla Luscinda -, me gradué hace menos de dos semanas, y he estado solo tres meses en la marina.

- Vamos linda - Le pide una de las cocineras -, eres mayor que Koby, él apenas era un niño.

- Fue entrenado por Garp "el puño" - Debate Luscinda. La cocinera con la mirada le pide compasión -Vale, vale... - Le gusta molestarlo, pero se ha pasado-. Me hubiese gustado que Garp me entrenara...

- Dice que aún estás débil, no quiere lastimarte.

-Patrañas, no quiere entrenarme por la promesa que hizo hace unos años... - Oyen el chasquido de lengua y continúa - Sé que Akainu no quiere que la hija de una asesina se vuelva alguien prescindible de la marina.

Koby se mantiene en silencio, al igual que las cocineras. Todos sabían que la madre de Luscinda había asesinado a marines al igual que ella. Los marinos le tenían resentimiento, y sin embargo, no podían atacarla. Debido a lo pasado con Hellmes, Garp hizo amago a cualquiera que le hiciera daño.

Pero ellos no hablaban con ella, y Akainu lo hacía peor al comentar ese pasado madre-hija cada vez que se veía con la joven.

Es palpable el desagrado del almirante hacia ella, y es muy notorio el desprecio de Luscinda con aquel marino.

Pero ninguno daba el primer paso para una pelea. La razón de Akainu, era la amenaza abierta del mismo Garp y con Sengoku de testigo. Y por parte de Luscinda, le tiene demasiado respeto y admiración al vicealmirante (y abuelo de Luffy) como para ocasionar problemas.

Terminado la comida, ambos marinos se despiden de las señoras, agradeciendo la sabrosa comida y que en unas horas irían.

- No quería que recordaras lo del señor Akainu - Dice Koby -... El señor Garp...

- No importa- dice ella restando seriedad - después de todo, entiendo porqué no me quieren aquí. Y no me importa que el almirante de flota diga de mi.

- Linda...

- La única razón por la cual no golpeo a ese idiota y no me voy es porque estoy en deuda con Garp... y soy realista, sé que Akainu me mataría.

Luscinda se separa de Koby enviándole un beso al aire, con su dedo índice apuntándolo. A la aprendiz le gusta ver al sargento mayor ruborizarse, avergonzado de ese gesto.