Cap9. ¿Qué me ocultas?

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Observé entonces a los candidatos a archiduque. Algunos estaban sentados junto a sus esposas. La casa archiducal era en verdad muy grande. Me recordó a las familias reales de mis días como Tetsuo.

Observé entonces a la mayor de los hijos de Aub. Este sería el último año de Lady Georgine como una candidata a archiduque de Eisenreich, ya que se mudaría a Ahrensbach tras su matrimonio con el siguiente archiduque de dicho ducado el próximo mes.

Según me habían dicho, los matrimonios entre candidatos solían realizarse en la soberanía en tanto la ceremonia era guiada por el Sumo Obispo Soberano, pero debido a la guerra, la ceremonia de matrimonio sería en la frontera con Ahrensbach oficiada por Lady Rozemyne.

Fue en ese momento que noté la mirada nerviosa en el rostro de los hermanos mayores de mi señora. Ellos me hicieron un gesto para que me acercara. Antes de poder hacerlo la puerta se abrió y entró el Aub junto a su primera dama, Lady Verónica.

"Las corrientes puras de Flutrane, la diosa del agua, han arrastrado a Ewigeliebe, el dios de la vida, y ha rescatado a Geduldh, la diosa de la tierra. Bendito sea el derretimiento de la nieve", Declaró el Aub, marcando el inicio de la fiesta. "Primero, anunciaré a nuestros estudiantes de honor", continuó Lord Adelbert.

Paseó sus ojos por la sala observando con una sonrisa a los nobles presentes, deteniéndose en mí un momento antes de dirigir sus ojos a sus hijos, volviendo a mí. La confusión se mostró en su mirada solo un segundo, tan rápido que dudé de mi vista.

"Este año fueron treinta y dos los hijos de Eisenreich que se ganaron los elogios y reconocimientos como estudiantes de honor, ¡El triple que en años pasados!", celebró el Aub "Además, mi hija mayor, Georgine, fue declarada como la mejor del curso de candidato a archiduque, mientras que Ferdinand obtuvo el mejor entre los estudiantes de primer año."

Sentí mis orejas calentarse cuando los reunidos celebraron mi logro y el de Lady Georgine. Mis padres me instaron a no quedarme atrás. Mis hermanos habían sido estudiantes de honor en sus respectivos cursos.

Los eruditos otorgaron regalos a los estudiantes de honor, en tanto Lady Verónica le entregó a su hija una feystone de todos los colores del arcoíris.

"Felicidades, hija mía. Pronto partirás a mi antigua Geduldh que pasará a ser tu nueva Geduldh. Espero que este regalo te resulte útil."

"Gracias, madre" creo que nunca había visto a Lady Georgine sonreír tan suavemente como en ese momento "¡lo atesorare!"

"Ferdinand, creo que no hay mayor logro que el tuyo. Pese a tus circunstancias únicas obtuviste un gran honor. Felicidades. Que este regalo te sea útil" me felicitó la primera dama, obsequiándome una piedra igual a la que recibió Lady Georgine.

"Se lo agradezco, Lady Verónica. Es un honor recibir un obsequio como este."

"Talentos como el tuyo son importantes. Escuché que muchos alumnos obtuvieron reconocimientos y mejoraron sus puntuaciones gracias a tu guía. Mi hija Constance y mi hijo Sylvester fueron dos de ellos. Tienes un gran futuro, Ferdinand."

Me sentía feliz y avergonzado en partes iguales, pero también un poco triste debido a la ausencia de mi señora. No pude evitar preguntarme porque no estaba aquí. Mis pensamientos comenzaron a desviarse trayendo con eso muchos escenarios que no me gustaron nada.

Apenas la fiesta terminó, regresé al templo con un mal presentimiento, encontrándome con la ausencia de Lady Rozemyne.

Sus asistentes grises estaban en la oficina junto a sus asistentes azules. Les pregunté por el paradero de nuestra señora. No me gustó nada que intercambiaran miradas sin responderme.

El ascenso de un científico loco, ¡Descubrire como funciona el mundo!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora