30. Solo en la oscuridad

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Tomé su cuerpo y lo coloqué encima de mi regazo, acaricié su rostro y retiré varios mechones de pelo.

- No, no, no - chillé y mis ojos comenzaron a llorar -. Estarás bien, te llevaré con mamá y ella sabrá que hacer, no dejaré que mueras - hablé rápidamente con voz temblorosa -. Necesito que vuelvas, por favor.

Mis manos temblaban y mi corazón palpitaba en mis oídos.

- Tu estás bien. Necesito que despiertes - tomé su mano y besé su dorzo -. Esto no puede acabar aquí.

- Cinco... - la voz de Diego sonó a mi espalda.

- No debieron detenerme - musité perdido.

- Allison hizo lo que TN le pidió - contradijo -. Ella solo quería protegernos.

- La dejé sola.... y ésta vez no estuve para salvarla - chillé, acariciando su mejilla -. Lo siento, cariño.

- No es tu culpa, Cinco - la voz de Allison también sonó, pero está vez ya estaban frente a nosotros.

- Si lo fue. Si hubiera hablado desde un principio juntos hubiéramos acabado con Dalia. Pero callé, fuí un cobarde - maldije por lo bajo.

- No es cierto. Un cobarde no haría ni la mitad de las cosas que tú hiciste por ella - demandó.

- La abandone. Eso no es un héroe.

- Pero saltaste de un edificio solo para ir tras ella - comentó -. Si esa noche no hubieras saltado junto con ella, Cinco, hubiera muerto.

- Pero al final si lo hizo. Y está vez fue mi culpa.

- No puedes culparte por las acciones de otras personas, Dalia ocasionó esto - replicó Diego -. Fuiste un héroe cuando tenías que serlo, y no dudo que TN piense lo contrario.

- Todo héroe tiene su fortaleza, y a mi ya me arrebataron a la mía - susurré mirando su rostro.

Y mientras miraba cada parte de su cara, recordé la primera vez que mi corazón latió por ella.

Teníamos tan solo 6 años y yo estaba llorando en mi habitación porque papá me había castigado, recuerdo que esa noche se había ido la luz en la academia y a mí me aterraba la oscuridad. Lloraba como nunca en una esquina de mi cuarto mientras abrazaba mis rodillas, y en medio de la oscuridad y la llovizna, ella apareció con un paraguas.

TN se acercó hasta conmigo y en medio de la oscuridad se sentó frente a mi, tomó mis manos y encendió la lámpara que llevaba con ella.

Sonreí en medio del llanto y ella con una pequeña sonrisa secó mis lágrimas con su pulgar.

-Perdón por tardar-susurró.

-¿Cómo sabías que estaba llorando?

-Sé que le tienes miedo a la oscuridad, pequeño Cinco. Por eso mismo vine a pasar la noche contigo, para que no estés solo.

-Si papá te ve aquí igual te castigará-repliqué.

-No me importa. Nadie me impedirá que te acompañe en la oscuridad.

-Gracias, Ocho-sonreí y limpié mi nariz con el dorzo de mi mano.

-Ya no tendrás que llorar cuando estés en la oscuridad, porque ahí estaré yo para acompañarte, Cinco-musitó con su dulce voz.

-Te quiero, Ocho-la abracé sin tener la menor idea de querer soltarla.

Y ahí, en medio de la oscuridad supe que no estaba sola y que probablemente jamas lo estaría, porque la tendría a ella, acompañándome para que jamás volviera a estar solo en la oscuridad.

Mi corazón latía justo como ese día, y no latía rápido por miedo, latía rápido por amor, por tenerla frente a mi y sosteniendo esa linterna para que la oscuridad se fuera.

Ese día entendí que quería a TN de una manera muy diferente.

Volví a concentrarme en mi chica y contemplé sus párpados cerrados, ocultando esos hermosos ojos que por muchos años fueron mi salvación.

- Está oscuro - mi garganta dolía con cada palabra que salía de mi boca -. Y ahora sí estoy solo.

Mi pecho se comprimió.

- ¿Ahora quién me acompañará en la oscuridad? - pregunté tomando su mano -. Abre los ojos, solo quiero despedirme, decirte lo mucho que te amo y lo loco que estaba por ti desde los 6 años.

Respiré profundo y me relamí el labio inferior, el dolor en mi pecho solo crecía y con mi cuerpo tembloroso besé su coronilla.

- Te gano, yo muero por ti desde los 5 - su voz fue musica para mis oídos.

Alcé la mirada y sus ojos estaban medio abiertos, cómo si tuvieran sueño, pero me veían, podían observarme perfectamente.

- ¿¡TN!?

- Claro que soy yo, pequeño Cinco - su mano fue hábil para tomar mi pómulo y acariciarlo levemente con su pulgar -. Te dije que jamás estarías solo.

- Lo siento, lo siento, si hubiera dicho todo desde un principio no hubiera...

- Hiciste lo que creíste correcto, solo tratabas de protegerme y lo entiendo, porque te importo de la misma forma en la que tú me importas a mi, por eso mismo te pedí que te alejaras - musitó debil.

- ¡Estás bien! - la voz de Klaus sonó cerca de nosotros -. ¿Pero cómo? Papá dijo que tú...

TN se incorporó y con mi ayuda ambos nos pusimos de pie. Mis hermanos tenían una gran sonrisa en la cara y miraban a TN con ojos húmedos.

- Él dijo que si extraía toda su energía mi cuerpo no lo resistiría, pero el punto es que no la extraje toda - explicó TN lentamente.

- ¿Entonces Dalia aún tiene sus poderes? - preguntó Diego confundido.

- No, extraje su energía pero no la transmití a mi cuerpo, al menos la mayor parte.

- Bueno no importa, me alegra mucho que estés bien - Diego rodeó con sus brazos a mi chica y ella lo correspondió.

- Gracias, Allison, por alejarlos - habló TN una vez que se separó de Diego.

- No fue fácil, este idiota por poco se gana un golpe - Allison me señaló de mala gana -. Es imposible mantener a Cinco alejado de ti.

- Nadie podrá separarme de ti, no tengas duda de eso - le aclaré mientras mis ojos la miraban con cariño.

- Ya todo volvió a la realidad - habló TN y tomó mi mano con fuerza, sus ojos puestos en los míos -. Ya te liberé, ahora podremos estar juntos.

- No sabes cuánto deseo eso.

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Nuevo capítulooo

¿Cómo les pareció?

Y está historia llegó a su fin.

El siguiente capítulo será el epílogo.

Pero subiré extras, solo denme ideas de lo que quisieran que tratarán.

Nos vemos en el siguiente

Los amo.

Con amor, Esme

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