Como si hubiera adivinado a los segundos se escuchaban ruidos de llaves en la puerta y supuso que la morena tenía otro juego de llaves. Se escondió detrás del sofá y espero que entrará la morena.

Jennie abría la puerta un poco cansada. El día había sido pesado y la cena con Mino donde tuvo que fingir todo el tiempo que se sentía cómoda la agotó.

Al entrar Jennie vio todo a oscuras, ella estaba segura que había dejado la luz de la sala encendida la última vez que estuvieron aquí, esa vez donde pasó todo con el ex novio de Lisa.

Camino palpando por la pared hasta encontrar el botón de la luz. La encendió y se asustó cuando escuchó un ruido detrás del sofá.

—¿Quien está ahí?— habló asustada. Vio como una figura con una capucha en la cabeza se levantó detrás del sofá y soltó un grito.

—¡Ahhhh!— grito y Lisa se quitó la capucha.

—Hola bebé— saludo Lisa como si nada.

—¡Dios Lisa me asustaste!— grito nuevamente Jennie, pero se relajo al ver a su pelinegra ahí y entonces ahí pudo notar todo el decorado de la sala, las flores y las velas.

—Esto es para ti mi amor— hablo Lisa señalando toda la sala.

—Es…es….— Jennie no podía hablar por la sorpresa —es hermoso.

—Como tú— dijo Lisa acercándose a Jennie y abrazándola por la cintura —te extrañe amor— dijo y tomó los labios de la morena.

Se besaron de una manera única, con una pasión increíble y Lisa sintió sus mariposas corretear en su estómago.

—También te extrañe— respondió un poco aturdida por el beso.

—¿Como estuvo tu día— hablo Lisa, no pudo aguantarse más, y escuchaba las palabras de Jisoo en su cabeza “ habla con ella, no la obligues”.

Jennie suspiro y miro a Lisa. Tomando su mano la dirigió hacia el sofá a sentarse.

—Mmm— dijo y Lisa la miro —mi día fue muy pesado. Mucho trabajo atrasado.

—Oh entiendo— dijo Lisa. Sabía que no debía obligarla, debía esperar que ella le cuente.

—¿Lili?— llamo sacando a la pelinegra de sus pensamientos —debo contarte algo. Pero te pido que no te enojes.

Lisa sólo asintió.

—¿Recuerdas que te avise que ya estaba aquí en casa?— hablo Jennie y recién Lisa se dio cuenta de eso —bueno, mentí porque estaba cenando con Mino— Lisa suspiro de tranquilidad, Jennie le estaba contando lo que vio —el me invitó y como tú me habías dicho que no podíamos vernos, no lo vi mal de parte de él— Jennie agarro la mano de Lisa que estaba con la cabeza hacia abajo —quiero que sepas que acepte sólo por agradecimiento por haberme dejado conservar mi trabajo— y levantó de la barbilla la cara de la pelinegra —sólo fue por eso. Y se que no somos nada pero te lo cuento para que veas que puedes confiar en mi y para que sepas que nunca te ocultaría nada, ni por mas mínimo que sea— finalizó la morena.

—Gracias— dijo Lisa y abrazo a Jennie –lo se porque te vi— y Jennie abrió sus ojos sin creer —te vi en el restaurante— y la morena la miro —no te dije nada porque quería que tu me lo contarás. Quiero que sepas que moría de celos cuando te vi, y que quería ir hacia tu mesa, pero Jisoo no me dejo.

—Lili yo…— pero la pelinegra levantó su mano parando a la morena.

—Te creo amor— dijo y beso los labios de Jennie — y confío plenamente en ti. —Jennie… tu quieres…—

—¡Si, Si, si,si!— hablo Jennie saltando y quedando sobre el regazo de Lisa —si quiero ser tu novia— y Lisa sonrió.

—No me dejaste terminar— le dijo Lisa —además ¿Cómo sabias que te iba a pedir eso? Pregunto con una sonrisa en sus labios.

—Es que eres muy obvia Lili— dijo y comenzó a besar a Lisa.

—¿Nini?— hablo Lisa.

—Mmm— contestó la morena mientras dejaba cortos besos en los labios de Lisa.

—Me imagino que no tienes hambre porque vienes de cenar— dijo Lisa y la morena negó.

—No, porque no comí nada— dijo juntando sus frente —sólo tomé un café.

—Entonces eso quiere decir que puedo cocinar para ti— sonrió Lisa levantando su mano y acariciando la mejilla que Mino también había tocado y lo hizo varia veces para borrar el rastro del moreno.

—Eso me encantaría— hablaba Jennie mientras metía sus manos bajo la blusa de Lisa tocando su espalda —pero lo que quiero comer no hace falta cocinarlo— dijo en tono seductor.

—Oh no— habló Lisa sacando las manos de Jennie de su cuerpo, a lo que esta formaba un puchero en sus labios —primero vamos a comer, después el postre.

—Esta bien—  dijo Jennie y se levantó del regazo de la pelinegra –¿que me harás?
—¿Que te parece si te sorprendo?— dijo Lisa.

—Después de esta hermosa sorpresa— señaló la sala —no creo que algo más me sorprenda.
—Estas equivocada amor— hablo Lisa tomando las manos de Jennie y llevándola a la cocina —aún no sabes de mis dotes de chef.

—Wow, eso no me lo esperaba— dijo Jennie y pasó la mano por la cintura de Lisa haciendo que está la abrazada por el cuello.

Y así caminaron abrazadas hacia la cocina.

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Unos cuantos capítulos más y esto se acaba.
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A escondidas (Jenlisa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora