—Gracias.

Asentí y vi que venía el bus, me paré y este se detuvo cerca, cuando pagué y me senté en un asiento disponible, pude ver al chico que me pidió la hora subiéndose y seguido de eso sentándose a mí lado.

—Hace frío, ¿no crees?

Lo miré.

—Mh, si. —simplemente respondí.

—¿Por casualidad te conozco de algún lado? —enarcó una ceja.

—No lo creo. —respondí. —Yo nunca te he visto.

Simplemente asintió y me dediqué a mirar por la ventana.

+

Cuando llegué al apartamento, deje mi mochila en el sofá y me servi un vaso de agua.

—Bleu. —me giré, observando a April.

Ella se encontraba parada con un chico de cabello y ojos negros a su lado. Supe inmediatamente de quién se trataba.

—Hola. —susurré. —He llegado temprano, ¿comiste ya?

—Oh, mh sí. —dijo nerviosa, mirando de soslayo a Aiden.

—Que bien, dormiré un rato. Luego debo ir a trabajar.

—Yo me iré, nos vemos April. —por primera vez escuché la voz del chico. —Adiós Bleu...

Me despedí con la mano y el salió por la puerta. Me fui a sentar al sofá y prendi la televisión.

—¿Estás bien? —pregunto ella.

—Sí, ¿por qué no habria de estarlo? —pronuncié con desinterés.

—Oye... perdón, de verdad. Simplemente mamá queria que no te dijiera y yo tampoco quería preocuparte. Todas las noches llegabas cansada y sí te decia te pondrías mal.

—Como ahora.

—Exacto, lo siento.

—¿No te afecta? —pregunté.

—¿Qué cosa?

—Lo de las quimio. Leí que afecta bastante con la autoestima.

—Gracias a Aiden me siento bien. —se sentó a mí lado. —Mamá vendrá mañana con Chris, en la noche.

Enarqué una ceja.

—¿Para que vendrá?

—Para explicarte bien las cosas, Bleu. Quiero que estemos bien.

Asentí y me puse de pie, seguido de eso me dirigi a mi habitación y cerré la puerta.

+

—¿Hablaste con tu hermana de lo que sea que tuvieras que hablar? —susurró Hyden.

Nos encontrabamos en la bodega de vinos, Adam nos mandó a ordenar la nueva entrega que había llegado.

—No, no toqué el tema. —pronuncié sacando una botella de vino y dejandola en el estante ordenado. —Además mamá vendrá mañana. 

—¿Y te sientes bien con eso?

—Algo.

A pesar de que el no estaba enterado de nada de lo que sucedía en mi vida, agradecía que me escuchara y me apoyara. 

—¿Y tu, Hyden? ¿Que pasa en tu vida?

—Nada interesante. Me vine de Australia ya que mis padres me querían enviar a un internado de allá debido a mí rebeldía. 

BleuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora