Ella sabe como hacer caer a un hombre con facilidad.
Posee el encanto natural que cualquier mujer desearía tener.
Es hermosa, atrevida, sensual, cautivadora y sobretodo manipuladora.
¿Quién diría que terminaría relacionada con uno de sus pilotos fav...
Respiré cerca de su cuello y di pequeñas caricias en el con mis dedos.
—Sería una lástima alejarme de ti— dije con voz seductora y sonreí al darme cuenta que efectivamente tenía sus ojos cerrados.
—Alessa— abrió sus ojos y lo miré fingiendo tristeza.
—Debes ir a desahogarte con él si quieres besarme otra vez— me acerqué más a él —Si quieres tocar mi cuerpo— susurré y acerqué mis labios a su clavícula y comencé a rozarlos sobre su piel —Si quieres volver a escucharme gritar tu nombre mientras me corro por ti— mis labios llegaron a su mandíbula y sentí sus manos tocando mi cintura —Ve a decirle que cometiste una gran estupidez— me separé de él.
Un suspiro salió de él mientras abría sus ojos y me miraba.
Dio unos pasos acortando la distancia.
—No quiero hacerlo— susurró cerca de mis labios y pegó su frente a la mía.
—Entonces creo que esta es la última vez que tú y yo nos vemos— me separé un poco y lo vi con un poco poco de malicia.
—¿No tengo otra opción?— preguntó y yo negué.
—Ya sabes qué hacer, guapo— acaricié su mejilla y caminé a la salida.
Espero haya funcionado.
Cerré la puerta y me fui a ni habitación por algo de tomar, necesitaba calmar mis nervios.
Llegué a la suite fui en busca de un trago.
Los chicos se habían ido a cenar, me habían insistido pero les había dicho que no tenía ánimos y Josh dijo que me traería la cena hasta acá.
Caminé al mini bar que había y me serví un poco de whisky y me senté en la barra.
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No sabía qué hacer o decir.
Me había quedado sin palabras.
La mirada de Sainz estaba fija en la mía. Estaba segura que me mandaría a la mierda.
Tenía que reaccionar rápido o todo llegaba a su fin.
No podía permitir que todo se fuera a la mierda en cuestión de segundos.
—Te lo iba a decir— sollocé y me logré quitar de su agarre.
Le di la espalda y fingí otro sollozo.
Mierda, piensa en cosas tristes.
—¿Qué me ibas a decir? ¿Que te besas con mi amigo?— dijo detrás de mi.
Besar es un muy poco... mierda, concentrate.
—¿Que me beso con tu amigo?— me di la vuelta para verlo a la cara —¿Estás insinuando que esto ha pasado más de una vez?— dije viéndolo incrédula.
