—yeii. —fingí a alegría

—willow, yo quería darte algo—luz se dirigió a willow, camino para entragarle un papel—es un pase, para que puedas ver a hunter, y puedan no sé ¿Tener una cita? Yo, bueno, nosotras te debemos una grande y quiero recompensarte con algo.—

Los ojos de willow brillaron—¿no me estas jodiendo verdad?—luz negó—¡por dios! ¡Gracias gracias gracias! —abrazo a luz, mi chica sonrió con satisfacción

Era mi hora de joderla—no te diviertas demasiado, willooooow~—

—no te preocupes, tomé de los condones de tu maleta por si me llego a divertir de más. —sentí mi saliva escaparse por mal caminó en mi garganta amenazando con matarme, luz corrió a ver si me encontraba bien, willow rio—te crees demasiado astuta amity blight. —

Golpeé mi pecho—jódete, eso pudo haberme matado ¿sabias? —willow se encogió de hombros.

—deja de ser tan dramática.—

La puerta se abrió y bria llego con sus brazos llenos de pudin, y una sonrisa más que grande en su rostro

—¡saqueé el congelador!—tome cinco de las latas en sus brazos para más tardé, y ella sonrió feliz de haberse quedado con las otras cinco.

Luz cogio mis maletas y dio aviso a que era hora de irnos, me despedí de bri y willow, y antes de salir de la habitación sensurada willow susurro en mi oído.

—no te diviertas demasiado, amityyyyy~—mierda.

¡Mierda!





Habían tres problemas, el primero ¿como Carajo haré para sobrevivir en este viaje? Si bien estar sin amity es menos  tortuoso qué estar con ella, mi amiguito pronto iba a quedarse así para siempre de ¡tanto que lo hacía!

El segundo, ¿como lo disimulare? Quiero decir,  no puedo ducharme cada quince minutos sin que amity sospeche algo,  y por supuesto conociendola como la conozco, ¡querrá seguirlo provocando hasta que ya no exista autocontrol para mí! ¡Y ella se aleje y me deje para siempre cuando le dé asco mi yo sin nada que lo cubra!

Y tercero, ambos teníamos nuestras mentes conectadas, hace exactamente una hora me debati sobre si debía llevar los preservativos qué me dio mamá búho, y ¡solo los tomé! Ahora co existen en mis bolsillos ¡nisiquiera se usarlos! Además de todo, no sabía si me tranquilizaba o me aterraba la idea de que ella también tuviera en su maleta

—¿por qué haces muecas extrañas? —amity comía su pudin en el asiento del copiloto mientras me miraba entre divertida y confundida—¿en que pensabas san Flanders?—

No en porque llevas preservativos en tu maleta—¿nada? —respondí, mi voz salió medio quebrada por los nervios, ¡Tonta luz!

Amity rio—¿sobre lo de los condones?—¿por qué siempre es tan honesta? Tome el volante con más fuerza y me force a no mirarla—pff, los usaremos si quieres usarlos. —no de nuevo, rayos...

Suavemente sentí su mano en mi pierna, ella sabía lo que hacía, era una provocadora, se apoyo en su mano para levantarse y dejarme un beso en la mandíbula—me harás chocar. —y volvió a reír

Como si nada hubiera pasado volvió a su puesto—¿Quieres pudin? —Negué, odiaba esa cosa, era dulce y empalagosa—más para mí, de todas formas tengo dudas entonces más te vale hablar, ¿que hiciste en ese viaje? ¿Que pasara en nueve meses? ¿Que haremos en el "campo"?—

En Casa SantaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora