XXI - Mansión Hwang.

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— ¡Hyunjin! — su garganta se rompió al gritar el nombre de su novio, sus ojos no daban crédito a lo que veían, las lágrimas no le dejaban ver con claridad y estaba demasiado herido como para correr más rápido de lo que lo hacía, su pulso se disparó y las lágrimas le congelaban el rostro...

Tres horas antes.

Luego de dejar a los chicos y Ryujin quienes marcharían camino al estadio para el partido inaugural ellos se aparecieron cerca de los terrenos en donde se encontraba la mansión Hwang. Estaba anocheciendo y a pesar de que era invierno y el frio era natural había un particular ambiente gélido cubriendo toda el área, un hielo que se calaba en sus huesos, muy a lo lejos vieron una gran sombra negra sobrevolar el bosque en el que se encontraban.

—Dementores... — susurro el pecoso sabiendo lo que eso podía significar, era seguro que Azkaban enviaría a sus centinelas a buscar a todos aquellos que habían escapado de la cárcel pero no esperaba que tan pronto. — Hyunjin... — una preocupación vino sin ser invitada — ¿sabes cómo hacer un encantamiento patronus?

—Amor, ¿crees que hasta ahora tuviera un pensamiento feliz con el cual realizarlo? — alzo su mentón mirando esos hermosos ojos castaños — pero ahora tengo muy claro en lo que pensare si debo conjurar uno. — El pecoso quiso hablar pero lo cayo con un beso — pensare en ti, eres la fuerza de mi corazón y mi motivo para no morir, puedo luchar contra cien dementores si para ello solo debo pensar en ti.

—Eres romántico en el momento menos adecuado — era cierto, estaban a punto de literalmente entrar a la mansión del terror y allí estaba el azabache siendo el ser más enamorado de la tierra.

—Felix hay algo que debes comprender antes de nos adentremos allí — el rubio escucho atento — estas personas son especialistas en jugar con tu mente, no creas en sus palabras y por sobre todo jamás dejes caer tu escudo de Oclumancia.

—Estoy seguro de mis habilidades de defensa mental, ¿tu estas bien con las tuyas? — Felix sabía que las cosas podrían haber cambiado en la mente del azabache, después de todo cuando le había ensañado Legeremancia, Hyunjin aún no sabía que Sam había muerto, no tenía certeza de Yeji siendo un obscurus y no sabía que Irene no era su madre biológica.

—Sé que las cosas cambiaron, pero ahora más que nunca tengo un gran muro instalado en mi conciencia, debo proteger mi mente y los recuerdos que tengo sobre nosotros para que esas personas no lo ocupen en nuestra contra, así que prométeme Felix que no creerás en nada que no puedas comprobar.

—Lo prometo — apretó sus manos en señal de confianza — ¿Tu, prometes que pensaras en tu defensa y no en la mía?

—Lo prometo, ya sabemos... — el pecoso se unió a su voz para el siguiente recordatorio que casi se había transformado en su mantra estos meses — Astutos, temerarios y valientes.

La entrada a los terrenos de los Hwang fue demasiado fácil, era claro que los esperaban o al menos a Hyunjin. Tres brujas fueron las primeras en salir tras ellos, el trio invocaron al mismo tiempo el maleficio imperio para tratar de tomar control acerca de la voluntad y el cuerpo de la pareja.

Salvio hexia conjuro Hyunjin haciendo que el maleficio no tuviera efecto pues el escudo estaba hecho para desviar magia oscura — Son las madres de Kim, Bang y Seo — susurro el azabache mientras su novio ya se encontraba varita en mano.

Immobulus — las tres mujeres estaban allí sin poder mover ni un musculo mientras Felix se acercaba a ellas conjurando después — Incarcifors — una gran jaula dorada cayó sobre ellos apresándolas — suerte deshaciéndose de ambos hechizos... señoras. — expreso con desprecio hacia las tres que gritaban malas palabras contra el pecoso.

Teatro de Sombras. - Hyunlix.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora