La mujer que parecía con la mirada perdida simplemente miró hacia al frente incapaz de mirarme, tal como había sido en todo este tiempo, sus pensamientos parecían estar en cualquier otro lado.

Con una suave pero melancólica sonrisa, ella cierra los ojos mostrando su cansancio.

—Gracias por tu preocupación, aquel paseo puede esperar— Su voz saliendo en un hilo sonaba tan fría como una noche de invierno— De todas maneras, a esta vieja mujer le gusta estar en casa, leyendo un buen libro.

Mirando a la tía juguetear con sus dedos ansiosamente, noto como sus uñas rascaban los pequeños pellejitos hasta herirse en el proceso.

Con el movimiento nervioso de su pierna, el corazón se arruga en dolor. Tomándome una atribución que tal vez no me correspondía, acerco mi mano hasta la suya y con cuidado la tomo, mi intención es que no siguiera haciéndose daño.

Cuando sus ojos me observan, pesados y cansados, su sonrisa desaparece.

—Si a tía no le molesta, puedo traerle libros para que pueda leer— Digo con suavidad, mi mano cubriendo las de ellas la acarician con lentitud— Mis abuelos tienen muchos libros interesantes, escogeré los mejores.

La mujer se queda en un abrumante silencio, sus levemente hinchados y rojos ojos me observan brillando en contraste con la luz del sol que se cuela por la ventana.

Ella me observa casi con detenimiento, revisa mis facciones y todo lo que puede mirar de mí y aunque en un principio me siento nervioso, lo cierto es que cuando las esquinas de sus labios se elevan en una sonrisa más bien triste, no puedo hacer más que empatizar con el dolor que lleva guardando en lo más recondito de su alma.

Fue solo en ese instante en que su mano se aleja, en consecuencia va a parar al colgante en su cuello, parecía desteñido y el dorado de la pintura que se había descascarado mostraba el metal brillante.

Un dije cerrado, de esos en donde suelen guardarse pequeñas fotos fue apretado por sus manos ansiosas.

—Gracias...— Murmura— Eres muy amable.

Sonriendo para ella quien se notaba bastante afectada por mis palabras, me pongo a pensar en tal vez lo solitaria y triste que debió sentirse todos estos años, me pongo a pensar en que ahora más que nunca esta mujer necesita de un soporte y un consuelo, tal vez, sobrellevar las cosas es una carga pesada que sus hombros no pueden sostener por si solos.

Tomando una profunda respiración y en medio de la bruma de pensamientos no puedo evitar sentirme desolado y con un vacío ardiente en el corazón, no sé nada sobre mis padres, no sé nada sobre una madre en mi vida, aunque tan fervientemente quise saber y luché por entender creando más problemas en mi vida, sé en el fondo de mi corazón que mis abuelos simplemente no quieren contarme que sucedió, con los años que han pasado, con las enseñanzas que he adquirido, con la visión de la vida que tomé desde que salí de la casa de mis abuelos... Puedo entender tácitamente que la historia no es buena y aunque me sienta en el derecho de saber, simplemente decidí obviar el hecho de que tuve una madre y un padre.

Aún así, mirando el rostro abatido y conociendo las circunstancias de esta madre a mi lado, no puedo evitar pensar.

¿Que haría yo si mi madre hubiera pasado por todo esto? ¿Que puedo hacer por ella?

La dura melancolía de una vida sin una madre y un padre me abofeteo más fuerte de lo que pude aguantar.

—Tía...— Digo mirando al suelo, mis dedos golpeteando mis rodillas con tristeza, solo entonces con una sonrisa miro el rostro de esta bella mujer— Tu vestido es muy bonito, se ve muy linda el día de hoy.

Past Lives: Eternity || HopeVDonde viven las historias. Descúbrelo ahora