Prólogo: Viejo traicionero

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Pero mantener esa figura le costaba el módico precio de matar demonios, ganar una miseria, ser explotado y engañar o estafar a la gente, solo así se pudo mantener en forma.

Nos encontramos en la misma vieja choza donde el chico descansaba junto a sus dos amigos: el demonio bolsillo apodado Jean y el demonio motosierra apodado Pochita. El gusano dormía en el bolsillo del pantalón desgastado de Denji, pues gracias a su habilidad su cuerpo se había reducido al tamaño de una canica, y Pochita dormía en el pecho del rubio.

Pero esa paz sería interrumpida por el tocar de la puerta desgastada del lugar al cual Denji llamaba hogar.

— Mocoso, surgió un trabajo de Devil hunter — dijo la voz algo cansada del viejo Yakuza que tenía como un perro a Denji.

El chico se despertó y respondió con una voz somnolienta — Ah... ¿Cuánto hay, anciano? — pregunto mientras ponía a un lado a Pochita y se estiraba.

— Lo de siempre, el 10% para ti y el 90% para mi — dijo un tanto irritado.

El chico suspiro, pues no tenía de otra — Está bien, ya voy, dame 5 — dijo para levantarse.

— Te espero en el auto, no tardes o si no solo tendrás el 5% — dijo el viejo para irse del lugar.

— Fuuishh... Levanta Pochita, hay que trabajar — dijo el chico para que el perro motosierra se levanté un tanto somnoliento.

El chico se quitó el pantalón para ponerse su uniforme: una camisa negra de mangas cortas, un pantalón holgado de color blanco, un cinturón negro y unas bailarinas negras.

Ya vestido el chico tomo a Pochita y lo llevo con el a su trabajo; fueron rápidamente al auto donde le esperaba el viejo y dos lacayos de este.

Al llegar saco una bolita morada de su bolsillo — Es hora de trabajar, Jean — dijo Denji a lo que la bola morada se transformó en un gusano.

— Eso no lo había visto — dijo el viejo, el cual veía como el gusano se enrollaba en el cuerpo del rubio.

— Si, le enseñe a hacer eso — dijo el rubio mientras se subía al carro del viejo para poder ir a cazar a ese demonio.

El auto arranco, dirigiéndose a su destino y en el camino, Denji, pregunto una cosa mientras veía por la ventana junto a sus dos amigos.

— Por cierto, anciano, ¿Qué demonio debo cazar? — pregunto si despegar su vista de la ventana.

— El demonio de los Tomates — dijo sin más el anciano.

— Ok... — dijo el chico un tanto decepcionado y con un poco de gracia pensó "Temerle a los tomates... Jajajaja, que estupidez".

Al llegar al lugar, la cacería fue extremadamente aburrida a palabras del rubio y su paga no fue del todo buena.

Ahora el chico se encontraba en el pueblo cerca de donde vive el jefe Yakuza.

— Con esto nos alcanza para comer por una semana... O para comer como dioses por dos días — dijo el chico mientras contaba el dinero y era visto por Jean y por Pochita, el cual se limito a ladrar.

— ¿Qué dicen? ¿Comemos pan y leche por una semana? O ¿Comemos como dioses? — pregunto el chico a sus dos amigos — Dos Wouf para si y uno para no —.

Pochita dió dos ladridos y Jean dijo en un tono suave y animado — Si... Si... Dioses — mientras bailaba de emoción.

— Bien, entonces comeremos como dioses — Denji dijo para dar un salto de emoción, lo que fue repetido por Pochita, mientras Jean seguía bailando.

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