~Capítulo diecisiete~

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—¿Quieres uno preciosa? —yo asentí con una sonrisa. —Pues todo lo que quiera mi niña se lo cumplo.

Por Dios, ¿este hombre podría ser más perfecto? Bueno, podría llamarse Tom Kaulitz. No, no, no. Emily, ya basta de pensar en el idiota cabeza de fregona. Peter es una persona maravillosa.

Peter apareció con un algodón de azúcar gigante sacándome de mis pensamientos.

—¿Te encuentras bien? tienes mala cara —preguntó preocupado mientras me entregaba el algodón de azucar.

—Si, estoy un poco revuelta de la montaña rusa. —mentí.

—Bueno, podemos irnos ya a casa si quieres. —yo asentí.

Caminamos de vuelta al coche, Peter me abrió la puerta para que me pudiera montar en el lugar del copiloto. Dió la vuelta al coche y se montó en su sitio.

—Bueno pues, vamos a casa. —sonrió mirando en mi dirección.

—Oh se me olvidaba, ¿puedes dejarme en casa de Niky? —pregunté y me miró dudoso. —Dormiré allí con ella. —aclaré. Su cara cambió a un gesto serio y asintió.

El camino a casa de Niky fue silencioso, Peter se notaba tenso mientras conducía. Yo me comía mi algodón mientras le echaba alguna mirada de vez en cuando. Llegamos a la casa y yo me giré a mirarle.

—¿Ocurre algo? —pregunté preocupada. —te has puesto muy serio. —Este suspiró.

—Mira Emily, te voy a ser sincero. La verdad no me hace ni puta gracia que duermas en la misma casa que Tom. —me miró a los ojos.

—Tom y yo solo somos amigos. —sonreí —No debes preocuparte. —acaricié su cara.

—Esta bien. —se acercó para besarme.

Fue un beso corto de despedida. Bajé del coche, cogí los regalos de Peter y cerré la puerta del coche despidiéndome de él con una sonrisa.

Al darme la vuelta en dirección a la casa me quedé estática. Tom estaba en la entrada, fumando un cigarro mirando hacia nosotros. Nuestras miradas se conectaron, pero su gesto no cambió. Tenía el ceño fruncido mientras pegaba una calada a su cigarro, apoyado en la pared de la casa con una pierna cruzada delante de la otra.

Caminé hacia la casa y escuché el coche de Peter marcharse detrás de mi. Toqué el timbre, Tom seguía en la misma posición.

—Vaya, parece que el principito intenta comprar tu amor. —habló mientras soltaba el humo.

Something about you ; TOM KAULITZ(+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora