Le escuché reír y me reí aún más fuerte.
– Soy lo mejor que te ha pasado en la vida, nena.
– Ya... Bueno.
– Cuando encuentres a otro que con un simple toque o un beso te haga encenderte y querer entregarte a él, avísame.
Lo miré fijamente.
– Ambos sabemos que no has encontrado a nadie mejor que yo.– dijo mirándome.
– Tienes el ego muy subido estos días eh.
– Claramente. ¿Acaso me has visto?
Me reí y negué con la cabeza.
– Se me olvidaba que eres un chulo.
– ¿Y lo que te gusta este chulo?
– Cierto.
Me miró sonriendo y entonces bajó una de sus manos por mi espalda hasta llegar a mi culo.
Me aparté con una sonrisa.
– De eso nada.
Le vi reírse y caminé intentando ignorarle.
Intentando. Porque venía detrás de mí llamándome a voces.
Cuando llegué al coche me apoyé en la puerta esperando a que llegase.
Cuando llegó hasta mí me acorraló contra la puerta y me dio un beso que me dejó mareada.
– No vuelvas a huir de mí.
Se alejó para ir hasta su puerta y me apoyé en la mía intentando no caerme.
Nos montamos en el coche y encendí la radio.
Subí el volumen cuando reconocí la voz de Quevedo.
"Antes éramos desconocidos pero ahora
Dudas porque conmigo sientes cosas reales
Estás acostumbrada a tenerlos a pares
Él no la valora, me dio señales
Y entonces
Actué
Y me la llevé
Parece una modelo de TV"– Hacía bastante tiempo que no le escuchaba.– murmuré.
– Está sacando temazos últimamente.– dijo Pedri.
Asentí y lo miré fijamente.
Llevaba el pelo algo largo y lo tenía peinado hacia un lado, una camiseta negra y un pantalón blanco corto.
Estaba guapísimo.
Por no hablar de lo bien que olía.
– ¿Quieres una foto?
Pillada.
– ¿Tuyas? Por supuesto.– dije sonriendo.
– Creo que ya tienes demasiadas.– dijo mirándome durante un segundo.
No mentía. Me encantaba hacerle fotos a todas horas.
Tenía muchas de los entrenamientos a los que había ido a verle, de los partidos, cocinando, jugando a la play, en la piscina, con su hermano, con sus padres, en la cama...
Creo que no iba a cansarme jamás de hacerle fotos.
Cuando llegamos a casa me quité los tacones y subí para dejarlos en mi vestidor.
Fui hasta el suyo y me di la vuelta.
– ¿Puedes bajarme la cremallera?
Poco después sentí sus dedos fríos acariciar mi espalda y bajar la cremallera del vestido.
Cuando acabó le di las gracias y fui a dejar el vestido en mi vestidor.
Salí mientras me quitaba el sujetador y lo guardaba en el cajón.
Pedri ya se había puesto el pijama y se había tumbado en la cama.
– ¿Quien juega?– pregunté al verle poner la televisión.
– El Madrid, aunque va a perder.
Me eché a reír y me puse el pijama para tumbarme a su lado.
Cuando el partido empezó le escuché quejarse de todo y gritarle al árbitro.
– Cariño, no va a escucharte a través de la televisión.
El Madrid marcó y le escuché insultar a todo el mundo.
Sonreí y me acerqué a él.
Al principio se rehusó, pero después me dejó abrazarle.
Siguió despotricando durante todo el partido y cuando acabó empezó a refunfuñar.
– Cariño, enfadarte no va a cambiar nada.
Me miró fijamente y después me abrazó fuertemente.
– Te amo.– susurró en mi oído.
Sonreí acariciando su espalda.
– Yo a ti también, cariño.
Me miró sonriendo y me dio un beso.
Menos mal que se le había pasado el enfado.
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estos dos 🥹
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𝐒𝐔𝐏𝐄𝐑𝐍𝐎𝐕𝐀 +18 | Pedri
Teen FictionAlba y Pedri han sido siempre la dupla perfecta, se conocen más que a ellos mismos pero ninguno conocía los sentimientos del uno del otro y con la marcha de Pedri ese lazo que les une se vuelve más frágil.