-Eso... eso es genial linda –le dijo besando su frente –yo... ahora tengo que salir, te quiero. –casi corrió del lugar, no podía ponerse a llorar frente a ella de nuevo. Pero en su camino chocó con alguien conocido.
-¿Sam? ¿Estás bien? –la voz de Amber lo distrajo.
-Sí, no te preocupes –dijo sin ánimo. Ella lo detuvo cuando el se disponía a pasar.
-No te creo, has estado raro... y quería pedirte disculpas por lo del baile, fui una estúpida cariño, no sé porque lo hice, me sentí celosa –dijo. Sam creyó que estaba hablando enserio, pues su sonrisa no era falsa.
-Disculpas aceptadas –dijo Sam
-Ahora las chicas y los chicos tenemos una fiesta en mi casa, ven conmigo, te llevo en mi auto –Sam dudó -¡vamos Sam! Olvidemos las cosas malas por hoy, quizás necesitas una distracción.
-Está bien –dijo Sam dándose por vencido
-Ryder y Finn no podían venir, pero estará Puck, Oliver, Robert y Paul –dijo Amber alegre. Los otros chicos eran parte del "grupo popular" también. –y estará Bree, Ariana, Santana la novia de Puck, y Polly –dijo mientras le agarraba la mano para dirigirse a su auto. Sam se sentía tan mal que realmente se dejó llevar.
Llegaron a la gran casa de Amber, sus padres eran ricos y le permitían hacer lo que quería. Así que entraron, y allí estaban los chicos. Puck lo miró sorprendido, pero aún así le sonrió. Le presentó a Santana, su novia. Sam le sonrió como pudo.
Luego de un rato de bebidas alcohólicas, risas, bailes y distorsión, Sam ya estaba lo bastante borracho. Puck lo observaba, notó enseguida que algo le sucedía a uno de sus mejores amigos.
-¿Pasa algo amigo? –le preguntó
-¡No! La vida es bella, hay que disfrutarla –balbuceó. Estaba bastante borracho –permiso, iré a bailar con las señoritas –se acercó a Bree y a Amber. Las tomó a ambas por la cintura, mientras se reían.
-Sam peleó o algo así con Quinn -le aseguró Puck a su novia
-¿Por qué lo dices? –preguntó ella con dulzura
-Míralo, no hubiese venido de otra forma, luego de lo que Amber le hizo a Quinn -dijo Puck convencido.
-Creo que tienes razón, quizás deberíamos llevarlo para que no haga alguna estupidez –aseguró Santana. Su novio asintió.
-Sam –Puck se acercó a él. Sam lo miró con una estúpida sonrisa en el rostro. –vámonos, es tarde.
-No me iré –dijo Sam riéndose como weon.
-Sí, te irás –dijo Puck arrastrándolo, pero el se soltó.
-Veinte minutos y te juro que me voy contigo –Puck lo miró con desconfianza pero aceptó. Sam siguió bailando con Amber, quien estaba disfrutando de esto. Su plan salía a la perfección, sabía que Sam estaba enamorado de Quinn, luego de la fiesta, así que ahora que estaba indefenso pues Brody y ella eran novios, podía volver a atraerlo para ella.
-Mhm no has perdido el ritmo, Sammy –le dijo mientras se acercaba más a él.
-Claro que no –dijo él, aunque le costaba mantener el equilibrio.
-Espero que tampoco hayas perdido otras capacidades –le susurró al oído. Sam sintió la excitación recorrer su cuerpo, pero era por la borrachera, cualquier chica lo hubiese llevado a la cama en ese estado. Amber puso sus manos en el estómago de Sam, acariciando su fuerte abdomen. Sam suspiró, mientras ella miró sus pantalones. Estaba lográndolo. Miró a que el amigo de Sam, Puck, no los viera y lo acorraló contra una pared que quedaba fuera de la vista de todos.
-No he perdido capacidades –susurró Sam sensualmente. Abrió la puerta del baño, y se encerraron allí. Amber reía tontamente. Ella se subió sobre el lavabo. Se besaron con pasión y casi violentamente, inmediatamente Sam bajó sus pantalones mientras ella se desnudaba para él. A pesar de su borrachera, Sam estaba consciente. Necesitaba borrarla de su ser, necesitaba olvidarla.
-Vamos, hazme gritar tu nombre –le dijo Amber sensualmente al oído mientras arañaba su espalda. Sam sonrió tontamente. Y por un momento, se imaginó así pero con ella... con su Quinn, así que mientras ella terminaba de quitarse la ropa, Sam con desesperación entró dentro de ella. Por cada movimiento, intentaba borrar cada punzada de dolor cuando Quinn le decía que quería a Brody. Cada caricia a la chica con la que estaba intentaba olvidar esa fiesta, los besos que ella no le daba a él. Con cada beso, intentó borrar el día en que la besó, ese día que quedó marcado en su piel.
-¡Sigue, Sam! –gritó ella. Entonces se percató que ninguna de esas chicas sería como Quinn, nunca jamás. Cuando terminaron y Sam se vistió, se sentía aún peor. –mi amor, te veo otro día –dijo cuando el chico se acercó a Puck para irse. Le besó los labios frente a todos.
-¿Qué fue eso? –preguntó Puck luego. Sam evantó los hombros confundido, no tenía idea que pasaba, pero no se sentía bien. Lo dejaron en su casa, luego del regaño de su madre, se recostó totalmente borracho y comenzó a llorar otra vez, como cada maldito día.
Capitulo 17: 'De mal en peor'
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