—¿Panquequitos, má?
—¿Quieres panqueques, bebé? ¿No te llenaste con el desayuno?
Eider sonrió de forma inocente, a sabiendas de que el desayuno había sido completo y jugoso pero los famosos panqueques de su mora de su madre siempre rondaban por su cabecita.
—Lleno.
—Mhm, eso me parecía. Mañana podremos desayunar panquequitos de moras, bebé. Vamos a quitarte la pijama y a dar una vuelta por el huerto, tenemos unas zanahorias para transplantar.
Dicho y hecho, Harry le colocó un pequeño overol de mezclilla pero dejó sus piecitos descalzos para que pudiera sentir el césped completamente. Decidió ir combinado, optando por un overol parecido junto a una camisa blanca y un gorro de paja. También dejó sus pies libres para brindarle a su lobo la satisfacción de estar más conectado con la madre tierra.
Eider adoraba pasar tiempo con su mamá y mucho más si era al aire libre. El delicio aroma de la miel se mezclaba con los naturales haciendo a su lobito sentirse feliz y jocoso. Harry lo dejaba corretear entre los canteros mientras trabaja en sus plantines.
—¡No te alejes tanto, bebito! —llamó cuando dejó de divisar la cabeza del menor entre los altos arbustos de bayas.
—¡Aquí estoy! ¡No fui, má!
Eider volvió corriendo a su lado entre pequeños jadeos antes de dejarse caer al suelo de rodillas. Hundió sus manitos en la tierra suelta y rio cuando su mamá estornudó apenas por el polvillo.
Entre los dos se llevaron la mañana en cuidar la granja en general. Le dieron de comer a los animales, terminaron de transplantar, regaron todo y prepararon los establos. Finalizaron tan agotados que apenas puedieron llegar a la cocina.
Harry preparó su famosa limonada y llenó un vasito entrenador para Eider. Luego, mientras bebía su propio vaso, se dispuso a preparar el almuerzo. La verdad era que no solían comer demasiado cargado ni con agregados, habían optado por dejar atrás todo tipo de comida grasosa y frita como naturalmente comían en Nueva York y decidieron apegarse a lo local. Por lo tanto, el menú del día era un salteado de verduras al vapor, arroz integral y pescado fresco.
—¡Yummy, mami! —Eider chilló desde la mesa.
—Me alegra oír eso, bebé.
Cuando estaba terminando de cocinar todo, una cantarían risa y varios pasitos retumbaron en el salón.
—¡Mami, mami! ¡Jardín es genial! —Asher llegó alegre a su lado.
—¿Cómo te fue, Ashi?
—¡Bien! hice amigos, mami, y la maestra Luisa es am-ma-¡amable! y, y, y...
—Que bueno, mi amor —Harry apagó la estufa y se agachó para poder besar las mejillas de su cachorro y marcarlo con su propio aroma para desaparecer cualquier otro— ¿tienes hambre?
—Mucha.
—Bien, ve a lavarte las manos mientras preparamos la mesa y me sigues contando de tu día. ¿Podrías ayudar a Eddie a que lave las suyas?
—¡Claro, mami! vamos, hermanito.
Harry sintió un súbito dolor nacerle desde el pecho hasta expandirse por todo su cuerpo. Su lobo estaba gimoteando de forma acelerada y llamaba a su alfa sin cesar. Terminó deslizándose por el gabinete bajo de la cocina hasta dar con el suelo de sentón. Estaba a punto de ceder cuando Louis entró en escena.
—¿Amor? ¿Qué sucede? —inquirió mientras fijaba sus ojos celeste en los contrarios.
—Ellos... alfa... ellos están creciendo. Ashi fue a su primer día de jardín maternal y está tan feliz —se abrazó al cuerpo más grande mientras sollozaba suavemente— en poco tiempo ellos no necesitarán más de mi. Me duele alfa. Mi lobo duele.
—Tranquilo, omega, respira junto a mi —Louis lo cubrió con sus feromonas mientras siseaba suavemente— un hijo siempre necesitará de su madre y aún más de una buena madre como tú lo eres. No te desanimes, ellos necesitan crecer pero nosotros estaremos a su lado en cada paso. No será fácil, mi vida, pero siempre está la posibilidad de tener más cachorros.
—¡Alfa! —rio con suavidad ya más tranquilo— nunca reemplazaría a mis bebés.
—No los estamos reemplazando, simplemente estamos creando más vida. Somos jóvenes, nuestros cachorros son pequeños, ¡Eddie aún no cumplió ni los dos años! pero siempre es una buena oportunidad llenarte de mis bebés.
—¡Ya! alfa tonto... —tomó su rostro entre sus manos y lo besó con dulzura— gracias por consolarme.
—Siempre, mi amor, siempre.
—Ahora ve a lavarte las manos y diles a los niños que dejen de jugar con el jabón. Serviré el almuerzo.
Y la comida transcurrió entre charlas y anécdotas animadas sobre lo que había acontecido en el primer día de clases del mayor. Harry replicaba y asentía contagiado por la emoción de su cachorrito y entre todos elogiaron lo bonitas que habían quedado las zanahorias recién plantadas.
El lobito de Harry estaba melancólico pero más que seguro de que su alfa sabría como arreglar las pequeñas crisis de mamá gallina que solían atacar de repente a la parte humana.
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nuestros bebés están creciendo muy rápido 😭😭😭 todavía no supero los primeros capítulos.cómo siempre digo, no sé cuanto le queda a esta fic pero cada vez tengo menos ideas. No digo que de vez en cuando no me lleguen ráfagas de inspiración... sin embargo, no garantizo muchos capítulos más. Desde el principio se sabía que sería cortita y soft.
gracias por el apoyo constante. Pueden dejarme sus sugerencias o pedidos de capítulos nuevos (ideas) en este apartado --->
que tengan linda semana <3 cuidense.
nos leemos pronto ❤️
A.
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The family's farm
FanfictionLouis y Harry se conocieron años atrás en una circunstancia demasiado diferente a la de hoy en día. Sin embargo, ahora, siendo alfa y omega, se establecieron en una bonita granja a las afueras de la ciudad mientras cuidan de sus dos cachorritos. ¿P...
|Capítulo 15|
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