—¿Hola? —ingresó la dueña del lugar, topándose con la menor nerviosa y rendida—. ¿Joy? ¿Todo bien? 

—N-No... No, no, no, Irene —respondía por lo bajo, mirando con timidez a la mayor, deshaciendo su anterior postura. 

Irene sin una pizca de sorpresa en su rostro, divisaba a la menor en dicho estado, confirmando sus ideas sobre la respuesta de Joy ante ese trabajo. Definitivamente, podía notar que la joven no estaba preparada para algo así; sin embargo, ella no iba a regalarle cualquier beneficio solo por causar algo que desconocía. 

—¿Te hicieron daño? 

Park decidió no responderle más en alusión a lo ocurrido, solo quería irse de ahí. 

—Mhm, dame un momento —le dijo a la menor por más que no estuviese habiendo alguna plática con ella solo para atender la llamada de su mejor amigo—. ¿Si?... Oh, ¿me necesita? —sonriendo por dichas palabras, decidió prestar suma atención—. Ok, perfecto, ahora mismo voy. 

Cortó la llamada y regresó su mirada a Joy. 

—Más suerte para tus siguientes clientes, querida Joy. Estoy segura que te volverás un éxito aquí. 

Cerrando la puerta, partió de ahí directamente a la zona donde Wendy aguardaba por ella. Así que, apenas se volvieron a encontrar, Seungwan decidió realizar su movimiento para no perder la oportunidad de volver a toparse con aquella "novia". 

—Quiero trabajar por un tiempo indefinido con usted, Joohyun-ah. 

Y en base a dicha solicitud, se vinieron más días de trabajo para Seungwan en dicho lugar, topándose de vez en cuando con aquella pelinegra, que miraba más apagada conforme los días transcurrían. 

Wendy trataba de llegar, en algunas ocasiones, un poco más antes de lo que Irene le pedía. Solo para poder encontrarse con Joy, pero era casi imposible; aunque para las veces que podía verla por ahí, no sabía como acercarse a ella para una sencilla plática, solo optaba por mirarla y admirarla a distancia, soñando con las conversaciones que ella podía ofrecerle con tal de iluminar su mirada. 

—Maldita sea —se quejó la canadiense al leer el reciente mensaje que uno de sus clientes le había enviado, todo en relación a la paga de éste para la cantante—. No puede ser tan descarado... —comentaba en voz baja, bebiendo un poco del trago que había solicitado.

—¿Algún problema con tu novio? 

Escuchó Seungwan a su lado, deleitándose de una melodiosa pero desconocida voz. 

Despegando su mirada del móvil, volteó su rostro extrañada para rechazar la posible plática con esa extraña persona, pero su plan se vio cancelado cuando identificó a la perfección la identidad de la chica que había decidido sentarse a su lado. Wendy con un nerviosismo similar a los de sus primeros encuentros, no supo como responderle a Joy. 

—U-uh, eh-.

—Disculpa por entrometerme, es que hace días que no tengo una charla... trivial con alguien —le comentó con una apagada y pequeña sonrisa, manteniendo su mirada igual de muerta sobre la canadiense. 

—... No te preocupes —pudo responder finalmente la mayor, volviendo a beber con necesidad de ese trago amargo, provocando una mueca divertida en su rostro. 

Joy rio por el gesto de Seungwan. 
Wendy se sintió maravillada con tan dulce vista. 

El corazón de la canadiense volvió a latir con una prisa alarmante, pero sabía que era por causa de esa mujer. 

—No se trata de mi novio, yo... Yo no tengo uno —respondió tardíamente en lo que salía de su trance, dejando el vaso lleno de trago aún, queriendo concentrarse en Joy—. Es mi cliente, hace unos días di una especie de presentación en su fiesta de cumpleaños y ahora quiere pagarme menos de lo que habíamos quedado. 

—Oh, ¿cantas fuera de este club? 

—Así es —asintió orgullosa y sin demora alguna—. Yo canto en eventos, cumpleaños, fiestas privadas, bodas... —quedándose en blanco por decir lo último, y quizá alarmar con eso a la meretriz, decidió proseguir—. Y ahora trabajo para Irene, veo que la paga es buena y necesito ahorrar más de lo que puedes imaginar. 

Joy sonrió de una forma vaga, comprendiendo a lo que la mayor se refería. 
De momento, ignoraba de donde la había visto u otra cosa que la ligara a ella.

—Disculpa, ¿cómo te llamas? —preguntó Joy en su torpeza, avergonzándose por haber tardado en consultarle algo básico. 

—Soy Son Seungwan, aunque también me suelo hacer llamar por Wendy, que es mi nombre americano —comentó sonriente, haciendo rebosar sus mejillas. 

Una nueva sonrisa se iluminó en el rostro de la joven, haciendo sentir de esas mariposas en Son. 

No obstante, en ese mismo momento, Joy irrumpió su pequeña sonrisa por una mueca de extrañeza al ver algo distinto en Wendy. En el cuello despejado de la de melena corta, se vio una marca rojiza, una muy exagerada que apenas había logrado ver. Parecía que la mujer se había hecho daño o le habían tratado de ahorcar. 

¿Cómo puede ser eso posible? 

—¿Todo bien? —consultó preocupada a la menor, inclinándose un poco hacia adelante para sacar a Joy de ese trance. 

—Tu cuello está... rojo...

Señalándola e intentando acercar sus dedos a Wendy, la mayor fue más rápida y retrocedió, apartándose asustada de que esa sensación que había estado sintiendo antes haya retornado pero ahora de su forma más visible. Posando una de sus manos a su cuello, se frotó un poco para tratar de identificar algún dolor ante ese roce, pero no había ninguna pizca de malestar. Ni siquiera una interna como antes. 

Entonces, ¿cómo es que Joy pudo notar algo que no había percibido?
Ni siquiera Seulgi pudo identificar marca alguna de ese enorme dolor que sintió esa primera vez.

Mientras Son trataba de esconder lo que Joy había descubierto, no se dio cuenta de las lágrimas que la menor había empezado a derramar sin quitarle la mirada. Un pequeño dolor en la meretriz fue lo que provocó sus lágrimas, y todo por ver el daño aparente de la cantante, el cuál hasta sentía suyo o como si lo hubiese visto mucho antes. 

—Oh... Sooyoung... 

Wendy intentó quitarle sus lágrimas con delicadeza, extendiendo su diestra a ella pero la menor fue más rápida en bajar del asiento con vergüenza al identificar la humedad en su rostro. Estaba a punto de irse corriendo, pero se detuvo al entrar en razón sobre algo. 

—Tú... —volteó sorprendida, mirándola con cierto temor—. ¿Cómo sabes que ese es mi nombre? 

reincarnationem | wenjoy au +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora