Me senté en mi cama, mirando la puerta cerrada de mi armario. ¿Qué me pondría en una cita con una chica? Normalmente me vestiría informal, tal vez ni siquiera pensaría en lo que llevaba puesto. Sólo toma algo y vete.

Este era Tweek. Esta no era una chica a la que apenas conocía y que no me importaba. Es Tweek, él sabe cómo me veo en mis mejores y peores momentos. No importa lo que decidiera ponerme, él no se sorprendería. Entonces, ¿por qué me siento tan nervioso?

-Craig -, dijo Ruby, entrando casualmente a mi habitación como si fuera la dueña del lugar. -Llévame a casa de Karen.

La miré fijamente.

-¿No estaban ustedes dos peleando?

-¡Por eso voy a ir a su casa!

Ruby puso los ojos en blanco.

-¿Pedir disculpas? -cuestioné.

-Para poner huevos en su casa -, corrigió Ruby.

-No tengo tiempo para esto, Ruby -, suspiré, levantándome para finalmente buscar en mi armario. Sólo tenía treinta minutos más para recoger a Tweek. Entonces me di cuenta... Nunca le pregunté a mamá si podía llevarme el auto...

-¿Qué estás haciendo? -preguntó Ruby, cruzándose de brazos.

Sacudí la cabeza y tiré la ropa que no quería en todas direcciones. ¡¿Qué se suponía que debía usar?!

-¡Craig! -Se quejó Rubí.

Le di la espalda, luego suspiré y me volví hacia ella.

-Si puedes convencer a mamá de que me deje quedarme con el auto por la noche, está bien.

Ruby sonrió, luciendo satisfecha. Ella se dio la vuelta y salió corriendo de mi habitación. Podía oírla llamar a nuestra madre, pero no me preocupaba en absoluto lo que tenían que decir. Toda mi ropa parecía tan aburrida de repente.

¿Tweek estaba teniendo la misma lucha que yo?

-¡Craig, date prisa! ¡Mamá dijo que podías! -Dijo Ruby mientras corría hacia mi habitación. Estaba saltando sobre sus pies con una mochila colgada sobre sus hombros. Suspiré y miré hacia el reloj. Tenía un poco más de tiempo, así que continué buscando entre mi ropa. -Date prisa", repitió, enfadándome. Le devolví el dedo medio y luego agarré un par de jeans negros y una camisa blanca.

-Sal de mi habitación -, le dije, -saldré en un minuto. -Suspiró pero hizo lo que le dijo y cerró la puerta detrás de ella. Me puse el traje que llevaba y luego tomé una de las muchas chaquetas que había desechado antes. Era de cuero, con una capucha de color azul medianoche. Me lo puse y subí la cremallera hasta la mitad, asegurándome de que mi gorro estuviera bien colocado en mi cabeza antes de salir de la habitación. Luego me detuve y suspiré, volviendo a entrar. Olvidé ponerme los zapatos. Simplemente me puse un par de botas de nieve negras con cordones azules y me fui, sin importarme mucho mi aspecto. De todos modos, era demasiado trabajo.

-Por fin -, murmuró Ruby. Ella me estaba esperando en la puerta principal.

Agarré mis llaves y mi billetera, luego me detuve y la miré por un momento. -Ruby, dame tu mochila.

-¿Qué? ¿Por qué? -preguntó ella a la defensiva. Levanté las cejas y ella de mala gana me la entregó. Abrí la cremallera y saqué un cartón de huevos, luego volví a mirarla. Se cruzó de brazos y frunció los labios. -Te dije que iba a hacerlo...

-¿Cuánto tiempo llevan ustedes dos peleando? -Pregunté, caminando hacia la cocina para volver a guardar los huevos en el refrigerador.

-No lo sé, ¿por siempre?- Ruby puso los ojos en blanco y me siguió lentamente.

Muérdeme •Creek• (Traducción)Where stories live. Discover now