Un café frío

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    Hace muy poco, comencé una nueva vida. Ésta nueva vida, viene con nuevas oportunidades, bastante variadas respecto a mis gustos. Soñaba con algo así desde hace tiempo, es la vida monótona perfecta de la que no me aburriría.
Ésta es la vida que estaba buscando desde un principio, y llegó con un plus bastante bueno. Con algo que de un día para el otro, volvería mis fantasías en realidad.

Mi vida no era un ejemplo a seguir, de hecho, era todo lo contrario.  Lleno de tentaciones y pecados para los ojos de un moralista, tanto la moral como la perspectiva individual van de la mano.
Trasladaba droga en colectivos desde Buenos Aires a la ciudad de Rosario, manejaba una red sexual junto a una mafia china (la cual no era ilegal, solo transmisiones en vivo para china, donde se transmitía contenido explícito). Estaba rodeado de armas apuntando mi cráneo pero afortunadamente superé todo eso y lo dejé atrás para enfocarme en una nueva oportunidad que me llevaría a una vida completamente normal y monótona, pero con un plus. La habilidad de controlar mis sueños...

Todo empezó un 8 de octubre del 2023. Cuando conseguí trabajo de mozo en un bar de ibarlucea, un pequeño pueblo en las cercanías de rosario llamado Mayra Molaro.
Mi jefa y compañeras contenían una energía contagiosa, llena de color. Le sumo la estética del lugar, inspirador, con música de bossa nova de fondo, el cual es de los géneros más gustosos de escuchar.
Todo era perfecto, el trabajo, el sueldo, las compañías y la música.  Me sentí afortunado.

Esa misma noche al llegar a casa, tomé un té,  habré llegado entre las 01:50 y 02:00 am. Tarde pero lleno de energía aún.  Me acosté,  miré el techo y sin darme cuenta me dormí. Es aquí en donde comienza el suceso más fantástico que me podría haber pasado en éstos momentos...

El canto de las aves tan puro y claro, podía escucharse, no podía ver nada aún, pero las vibraciones que podía sentír comenzaron a volverse mas fuertes hasta volverse un pitido casi insoportable.

Uno, Dos, Tres segundos... Todo se apaciguó, lo negro se volvió blanco, las vibraciones pararon y de un segundo para otro, se creó, o lo creé. No entendí ni entiendo cómo se formó todo. Pero de la nada ahí estaba, en una calle desconocida, rodeado de casas normales y otras particularmente raras estructuralmente, casi desafiando las pocas reglas de la fisica conocidas por mi.

Parado, con una remera blanca lisa y unos jeans azules desgastados, toqué mi rostro como si de uno ajeno se tratase, y observe mis manos con detenimiento casi sin poder creer la sensación que recorría mi cuerpo. 

 - Estoy soñandoSusurré en lo más profundo de mi conciencia.

Volteé a ver el resto de las personas que caminaban como si no supieran ser parte de una extención de mi subconciente, me acerqué a uno de ellos. No esperaba que me diera una charla super extensa ni que me dé lecciones de vida, sólo me conformaba con que me escuche y pudiera responderme con un "Hola"El destino no lo quiso así, porque al momento de tocarle el hombro, dió media vuelta hacia mi, escaneó mi cuerpo y vestimenta hasta cruzarce con mis ojos. Pude verle el alma. No pensé que me impactaría tanto, se supone que está dentro de mi cabeza, pero aún así, sentí que estaba viendo a una persona completamente real.

Una mujer de cabello pelirrojo, labios carmecí que hacían juego con su playera negra que le llegaba hasta las rodillas, con una estampa de los Rolling Stone en medio de su pecho. Un colgante en el que podía apreciarse una piedra zafiro desgastada y una amatista que brillaba casi con la misma intencidad de sus ojos celestes. Parecía un angel, no me limité, y le pregunté;

- ¿Disculpe las molestias, podría decirme el nombre de la calle?  - Miró  nuevamente como era yo, y titubeando un poco respondió de la mejor manera que pudo hacerlo.

- Hola, si, ésta es la calle número 513 - Tenía noción de donde estaba, respondió de una manera infalible, convencida de ello. ¿Cómo podría saber eso? No podía dejar que crea que tiene el control de su mundo falso, creado por mi inconciente. No sería justo, le sonaría como un loco, o tal vez ella desaparecería y yo despertaría. Pero aún así, no podía permitír que ella, siendo tan bella no pudiera conocerla verdad.

- Estás en un sueño, y tienes que despertar - Las únicas palabras que pudieron salir de mi boca, no pude modularlas bien pero el mensaje lo recibió y procesó con gran detenimiento. Sólo se limitó a reír y a seguír caminando, mientras se alejaba haciendo burla me dió un mensaje.

- No, tú tienes que despertar, yo, no puedo hacerlo fuera de aquí - Soltó una carcajada y lentamente se perdió en la lejanía de mi retina. 

No evité que se fuera, no quería perturbar ese mundo, quería estar allí por más tiempo. Y así lo hice. Si bien me costó acostumbrarme a los movimientos que requerían un poco más de fuerza, me adapté y despues de un rato ya era como caminar en la vida real. 

Luego de estár varios minutos vagando por mi subconciente y recorrer varias calles, me entró una duda que no podría calmar hasta que vuelva a cruzarme con la misma mujer del principio, y me quedó dando vueltas su respuesta. ¿Por qué ella no podría despertarse aquí? O peor aún, ¿Realmente estará conciente de que es una creación mía de mi subconciente? Si ése fuera el caso, ¿Sentirá miedo de desaparecer? o ¿No es más que un pedazo de mi alma queríendo formar lo que llamo conciencia?

Debe ser aterrador vivír con ese tipo de incertidumbres sin saber cuando podrías desaparecer sin quererlo o tener elección de ello. 

Llegué a una playa, con un basto río que separaba unas islas al otro lado de donde estaba. El sol brillaba con una energía infinita, la marea estaba en calma, volví a escuchar a las aves que reposaban en los arboles para continuar su vuelo. Me acerqué a la orilla y toqué el agua, era tan real, estaba fría, cristalina, parecía carecer de intoxicaciones, tan pura. Volteé a ver a las personas que posaban en la arena, tomando sol, comiendo algo o simplemente ver a los padres de los niños tomar algo fresco mientras que sus progenitores chaspoteaban en las orillas del río.

Nadie sabía que yo estaba allí, nadie podía esperar que yo sea el detonante de su mundo, o de si quiera saber que su mundo era onírico. 

Estaba en paz y sentía la cerenidad por todo mi cuerpo exageradamente relajado. Solté cada músculo que albergaba en mi , y me dejé caér en la arena, para gozar la vista del cielo infinito rodeado de nubes con diferentes tonalidades.

No quería marcharme, no quería abandonar ése lugar, era mi cielo, mi mundo perfecto. Habrán pasado horas en ése lapso de tiempo en el que estuve tirado. Así que decidí que era tiempo de hacer algo interesante, probar las habilidades que podría llegar a desarrollar, pensé que sería difícil, pero no. Primero imagine una taza de café, con medialunas. La taza apareció como por arte de magia, pero el café no, las medialunas aparecieron, pero tenían formas extrañas. Luego de estár intentandolo por varios minutos, apareció mi primera recarga de café, pero estaba frío, al menos las medialunas ya salían bien. Supuse que manejaba mejor el estado sólido así que imaginé hielo dentro del café y lo volví un café helado con medialunas. Acepto que el "café frío" no estaba tan mal. 

A lo lejos pude divisar una tormenta, casi me toma por sorpresa, así que fuí tras un refujio momentaneo, decidí que ya era tiempo de despertar, cada segundo que pase allí dentro, haría que no extrañe el mundo real, incluso podría hacer locuras para intentar volver aquí, y no debo dejar que la experiencia me gane. Lo tomaré como un sueño que me entretuvo y seguiré como si nada hubiera pasado.

- Uno... - Estuvo lindo.

- Dos... - ¿Volveré algún día?.

- Tres... - Estaba bueno el café frío.

Despierta...

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⏰ Last updated: Dec 22, 2023 ⏰

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