Los Niños De La Mafia

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El grito de una pequeña lo sacó de sus pensamientos, él no podía permitirlo, aún cuando estaba de encubierto no podía permitir que asesinaran  a aquellos niños.

Alzó su arma y apuntó a aquel sujeto, luego encontraría alguna escusa para justificar su actuar, ya estaba decidido.

—¿Piensas detenerme?—habló él sin darse la espalda—te vi venir a mí, lo primero que pensé fué que te unirías a la fiesta pero luego recordé con el asco que me miraste, incluso tus maldixos perros.

—Deja a los niños en paz Goshinki—si se revelaba ante un futuro cadáver no corría peligro.

—¿O que? Yo cumplo las órdenes de mis superiores, de mi hermano Naraku y de la pequeña reina, asesinar a mi gusto y no dejar a nadie con vida, incluyendo estos niños.

—Te arrepentirás de eso.

—¿Ah si?—se ríe—al fin muestras tu verdadera cara, siempre me oliste a perro, espera un minuto y te atiendo, primero van los niños—alzó el brazo dejando ver un bagh nakh de cuchillos largos como garras, estaba manchando en sangre así que era fácil saber su forma preferida de asesinar.

Sesshomaru apuntó al brazo y disparó.

—Aléjate de los niños he dicho.

—.¡Maldixo perro!—ahora si lo mira con furia —tendrás que matarme si quieres salir con vida.

—Esa es la idea—mira a los niños—largo—ellos no se movieron y lo miraron con terror a él tambien—¡Largo!—el mayor tomó a su hermana de los hombros y se la llevó de allí.

—¿Que diría la reina si supiera que su favorito es un infiltrado?

—No vivirás para contarle y tu muerte me dará estabilidad entre ellos—Goshinki ataca y cuando Sesshomaru fue a disparar fue sorprendido por una guadaña que su rival sujetaba con el otro brazo, esto en lugar de molestarlo lo hizo sonreír.

—Te diviertes ¿Que es tan divertido?

—Tú dándome ideas de cómo asesinarte—el enorme hombre vuelve a atacar y Sesshomaru lo esquiva, no huía, solo demostraba que sus ataques físicos eran muy lentos para él, el detective tenía no solo entrenamiento en armas sino también en defensa personal, era ágil y fuerte, su destreza en armas solo era una de sus cualidades.

—¡Pequeño escurridizo da la cara y enfréntame!

—¿Que te enfrente? Cómo gustes—nuevamente esquiva otro movimiento y le propina una patada en el estómago sacándole el aire, al dejarlo fuera de combate momentáneamente golpeó el brazo haciendo que soltara la guadaña, cuando Goshinki fué a atacar con el bagh nakh Sesshomaru tomó la guadaña y cortó el brazo de su rival desde más arriba del codo.

Un grito agudo y ensordecedor escapó desde lo más profundo de las entrañas del miembro de la familia del sur mientras el bagh nakh se clavaba en la tierra con el brazo desmembrado.

—¡Maldixo! ¡Mil veces maldixo!—se abalanzó contra el peliplata pero Sesshomaru estaba listo para aquel movimiento, la fuerza de la embestida y el filo de la guadaña ayudó en su cometido, la misión impuesta por la reina y su consolidación en la mafia estaba ejecutada, la cabeza de Goshinki ahora rodaba por el suelo desprendida del resto del cuerpo, la expresión de furia y sorpresa seguía impresa en su rostro congelado con una rigidez mórbida.

Sesshomaru miró el arma en su mano, un arma que había sido usada para asesinar a cientos seguramente y que no volvería a ser usada, no por su dueño.

—Vaya Yako, asesinando al personal de la reina ¿Eso no es traición?—frente a él, a unos metros se encontraba Kagura.

—La reina me ordenó llevarle la cabeza de uno de los Hitomi—la miró sin expresión, ante el comentario ella se sorprendió y luego sonrió disimulando.

Morir No DueleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora