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──En realidad, ya había empezado por mi cuenta...

──¡Hay un cuarto de Ramshackle lleno de sus anotaciones, ¿Sabes?!

──¡¿De verdad?!

Evey se rascó la mejilla avergonzada.

──Es solo que no sé cuánto tiempo estaré en Twisted Wonderland, y me gustaría ser capaz de hablar con ustedes sin el traductor mágico de la isla.

Ace le desordenó el cabello.

──Mirate, corazón de pollo. Eres tierna cuando haces el intento.

Evey intentó morderle la mano, así que tuvo que retroceder entre insultos.

──Puedes contar con nosotros para ayudarte. ──aseguró Deuce. ──En el País de las Rosas, el sapiens es la segunda lengua. Es natural para nosotros saberlo, ya que nos lo enseñan en la primaria.

──¿Y cuál es su idioma madre? ──indagó con curiosidad.

──El carroll. ──respondió el del corazón escondiéndose detrás de Deuce, no fuera a ser que a Minnie le naciera pegarle otra vez.

La chica, en cambio, miró los libros pensativa.

──Hay tantos idiomas....

──Buenos días a todos. ──el profesor Trein entró al salón con Lucius en brazos. ──Disculpen la tardanza, tuvimos inconvenientes con la torre de la escuela.

Los jóvenes se miraron.

La noche anterior, antes de retirarse, Divus Crewel le había dado la reprimenda de su vida al director debido al incidente de Octavinelle, y cuando éste intentó defenderse, el profesor se enfadó tanto que lo colgó otra vez de la punta de la torre, y se marchó sin decirle a nadie qué hechizo había usado.

Así que Crowley pasó la noche colgado de la capa sin poder moverse.

──Pero ya está resuelto. ──siguió Mozus acomodando sus cosas en la mesa. ──Asi que saquen sus cuadernos. Corregiremos los deberes.

La mandíbula de Evey le cayó al suelo.

──¡¿Cuáles deberes?! ──chilló entre susurros.

──Aah, ¿No que muy estudiosa? ──el pelirrojo esquivó un golpe al pecho.

──Los dejó el jueves, creo. ──intentó recordar Deuce. ──Sobre la cultura occidental, ¿Verdad? Había que armar un cuadro.

La rubia se llevó las manos a los costados de la cabeza, horrorizada.

──¡Me concentré tanto en el asunto del trato que me olvidé de hacer la tarea!

──...Bueno, solo porque nos ayudaste. ──Ace le pasó su cuaderno. ──Puedes copiarte de la mía.

──¡¿Y yo para que quiero tu tarea de cuarta?! ¡Si jamás las haces bien! ──exclamó enfadada.

──¡Oye, muestra un poco de respeto a tu salvador, bruja!

──¡Tu tienes menos de salvador que los Leech! ¡Oh, espera! ¡Y aún así caiste en su trampa!

──¡¿No vas a dejar pasar eso?!

──¡Claro que no! ¡Me lo llevaré a la tumba! En mi lápida dirá: Muerta del cansancio por salvar el trasero de tres estúpidos todo el tiempo.

──¡Oye, yo no hice nada! ──se quejó Deuce indignado.

Grim, en cambio, aprovechó el frenesí del momento para acostarse debajo de la mesa y dormir una buena siesta matutina.