— ¿De tu abuela? — preguntó confundido. — Pero dijiste que la casa donde vive tu mamá fue su herencia.
— Mi abuela paterna.
Junkyu se quedó igual de confundido.
— Tú... — Junkyu sacudió la cabeza, al principio inseguro, pero después confiado de lo que diría. — Dijiste que nunca conociste a tu papá...
— Es... complicado... — intentó excusar. — Mira, fue un arreglo tiempo después... nunca te lo conté porque no pensaba tomarla, pero tal vez sea una buena oportunidad para nosotros.
Junkyu soltó un suspiro dejándolo pasar. Tal vez incluso le había dicho antes algo al respecto y ya no lo recordaba. Realmente ya no quería más problemas, así que decidió ya no pensar en eso.
Por ahora.
— ¿Qué dices?
— No lo sé, Ruto. Esta casita me gusta porque la compré yo y... bueno... tal vez sea mejor.
Haruto sonrió involuntariamente al escucharlo aceptar.
— ¿Quieres que vayamos mañana a verla?
Junkyu asintió.
— Creo que tal vez pueda distraerme un poco de todo y...
— ¡Mami!
En ese momento, un alegre Junghwan llegó corriendo a los brazos de Junkyu, con dos helados en manos.
— Les taje helados. — dijo entregándole uno a Junkyu y otro a Haruto. — Es pada que ya no estén tistes. No me gusta vedlos así.
Junkyu sonrió un poco dejando un beso en la frente de Junghwan.
— Gracias, mi bebé.
— Mami, te quedo mucho...
Junkyu lo abrazó al escuchar aquello.
El japonés lo veía. Estaba tan feliz estando con Junkyu, no podía quitarle esa felicidad.
.
— ¿Estás seguro de que cuidarás a Mami? — condicionó Haruto al pequeño.
— Si. Yo lo hago. Voy a cuidad a Mami mientas no estás, Haduto.
— Ve tranquilo a tu operación. Ya haz faltado más de un mes al trabajo. — dijo Junkyu tomando su mano.
— Regresaré al amanecer, lo prometo. Es una cirugía larga.
Junkyu asintió, dejando que Haruto dejara un beso en su mejilla.
— Te amo.
— También te amo, Ruto... gracias por estar conmigo, de verdad, no sabes lo bien que me hace que estés conmigo en todo esto.
Haruto lo abrazó nuevamente, sobando un poco su espalda.
.
Haruto se puso la bata mientras entraba al cuarto de operaciones, el cual con un aroma repugnante guardaba restos de sus deudores, de algunos más que intentaron pasarse de listos... de algunos más que le llegaron a hacer algo a Junkyu.
— Aquí viene el paciente. — dijo Jeongwoo poniéndose el cubrebocas y después ajustando sus guantes.
En una camilla entró Jihoon, siendo llevado por uno de los hombres de Haruto.
En ese mes había permanecido sin algún tipo de aseo más que el de toallas húmedas que le había permitido. Lo envió a otro de los negocios de su padre, un negocio de prostitución, donde la cantidad que le hacía ganar no era la gran cosa realmente, a nadie le gustaba un alfa malhumorado que se la pasaba suplicando auxilio todo el tiempo, mucho menos que apestaba. En ese lugar, lo hacían hacer cosas asquerosas, odio desde el primer momento en estar ahí, cada día era el mismo infierno, saber que ya tenía clientes que atender y que debía portarse bien o sería azotado sin piedad alguno, sin importar incluso si se desmayaba, seguirían haciéndolo hasta saciar sus ganas.
— ¡Mi paciente favorito! — llamó con una gran sonrisa. — Lamento haberte tenido en lista de espera tanto tiempo. Tenía asuntos familiares que atender.
— Eres un infeliz...
— Lo soy. — respondió con una sonrisa. — Y hacer esta operación me hará muy feliz, por eso la hago.
Haruto se le quitó de enfrente, dejando al visto los planes de la operación.
Le iba a amputar las 4 extremidades.
— No... ¡No, no! ¡Estás loco!
Pero las ataduras a la camilla no lo dejaban huir,aunque tampoco es como que pudiera realmente.
— ¡¿Qué quieres hacer con todo esto?! — gritó desesperado. — ¡¿Crees que así Junkyu va a olvidar que fue mi puta por más tiempo del que lleva contigo?!
Haruto detuvo su actuar al escuchar aquello.
— ¡Nada va a cambiar todo lo que vivió conmigo! — gritó con una sonrisa al verlo molesto por lo que decía. — ¡Le quité a sus dos hijos y nada de lo que hagas se los va a devolver! ¡Fue mío desde que era un mocoso y no sabes cuanto lo disfrute, escucharlo llorar todos los días por casi 6 años! ¿Dónde estabas Haruto? Si tú jamás hubieras aparecido, tu maldita puta ya sería la perra de todo Corea y tal vez hasta tuyo.
El japonés volteó, luciendo como si no le afectarán aquellas palabras.
— Junkyu se va a enterar tarde o temprano que eres un maldito narcotraficante... y cuando lo haga te va a odiar... ¡te va a dejar como me dejó a mí para revolcarse contigo!
Jeongwoo preparó la anestesia, a punto de ponérsela, algo lo detuvo.
— No usaremos anestesia. — indicó Haruto, sacando algo más de un pequeño almacén.
Una droga poco conocida, que evitaba el movimiento y reacción del cuerpo, pero dejaba a quien la tomaba completamente lucido.
— Mi paciente estrella merece ver este gran momento.
— ¡Maldito, te vas a pudrir en el infierno!
— Nos veremos allá, entonces. — respondió mientras inyectaba de golpe la droga en el cuello de Jihoon. — Te voy a hacer sufrir diez veces más todo lo que Junkyu sufrió. Te voy a arrastrar al mismísimo infierno en carne propia. Vas a desear estar muerto, y es lo único que no dejaré que pase contigo, Jihoon.
Haruto se pusonlos guantes y sacó un visturi. Jihoon ya había perdido la movilidad, ni siquiera podía hablar, pero estaba consciente.
— Matarte sería tan fácil. Se me ocurren muchas ideas para una basura como tú, pero la muerte es demasiado bueno para ti y no te lo mereces.
Jeongwoo y Doyoung se acercaron, listos para comenzar con todo.
— A partir de hoy tu vida me pertenece. Yo decido sobre ti y elijo cuando vas a morir... pero ahora, tengo tantas cosas planeadas para ti...
Haruto formó una sonrisa en sus labios y se puso el cubre bocas.
— Descuida Jihoon, este sólo es el comienzo.
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Gone - [HaruKyu]
FanfictionJunkyu vive una relación de abuso por su actual pareja. Cada día suplica al cielo que alguien lo salve del infierno del que no podía escapar. Un día, un joven universitario se muda a la casa de al lado, escuchando todas las noches ruidos y gritos ex...
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