—¿Qué me dices, Ryd? —le tentó Hillary—. ¿Una peleíta tras tu desayuno de niño grande?
—Tengo la agenda libre, disponible para ti.
En cuanto Ryden terminó de desayunar y él y su prima se cambiaron, se las vieron en la antigua sala de entrenamiento. Poco se hablaba de que aquella tenía casi 40 años.
Ryden no solo había aprendido de los mejores; era hijo de la poderosa vidente del siglo XX: la Bruja. Tenía poder de sobra, desde luego. Era un gran oponente. Hillary siempre disfrutaba con una buena pelea.
—Me gusta esto de volver a tenerte en casa —Aurora sonrió en la lejanía.
—¡Mamá, Hillary hace trampa! —expuso Ryden.
—No hay normas en la batalla —Hillary repitió las leyes de Aurora.
—Exacto —corroboró Regulus.
—Yo quiero probar —pidió Annabeth, que cogió su varita y dio un paso al frente.
Anna y Hillary se lanzaron en una pelea mientras los Cazadores originales que estaban allí corregían y juzgaban los movimientos. Hillary no era demasiado dura con su prima ya que ella era un poco novata.
Ryden se sentó en las gradas. Su padre se deslizó un asiento a su lado.
—No tienes muy buena cara, Ryd —comentó Sirius.
—Estoy cansado —murmuró.
—Eso no es todo.
—No quiero hablar de ello.
Ryden se levantó y salió de la sala de entrenamientos. Aurora se acercó a Sirius.
—¿Qué le pasa?
—No lo sé —admitió—. No quiere hablar de ello.
Aurora suspiró.
—Intentaré acercarme luego. Le dejaré su espacio.
•••
Un día más terminado. Hillary seguía entrenando con valor y fuerza. Marlene y Edward iban todos los días a entrenar.
Era hora de dormir. A Hillary le gustaba leer un rato antes y poner algún programa en su nueva tele para tener algo de sonido. La puerta de su habitación seguía abierta cuando vio pasar a Ryden, algo enfadado.
—¡Ryden! ¡Ryd! —lo llamó.
Su primo se cruzó de brazos y la miró fríamente.
—¿Va todo bien? ¡Anda, ven aquí!
—¿Por qué no se lo pides a Anna? —le echó en cara.
Hillary cambió su expresión.
—¿Qué te pasa?
Ryden entró y cerró la puerta enojado.
—Cuando era niño, mamá y papá siempre estaban con los Cazadores, con la Orden y con temas del Ministerio —dijo él—. Y yo estaba contigo. Daba igual que estuvieras preocupada, triste o cansada; siempre tenías tiempo para mí. Y ahora que eres mayor y yo también y podemos hacer mil cosas juntos, solo quieres entrenar ¡con Annabeth!
ESTÁS LEYENDO
Primos Potter: los Herederos de la Magia
FanfictionLIBRO 3 🔴Este libro no se centra en un romance de la tercera generación, continúa con Draco y Hillary años después🔴 Han pasado 20 años desde que la Segunda Guerra Mágica tuvo lugar; 20 desde que el d stino arrancó a Hillary Potter de los brazos de...
27. El mejor verano
Comenzar desde el principio