Capítulo 2: ¿Qué mal hicimos?

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Eso hacemos, sentadas en las bancas, nos empezamos a quejar entre nosotras mismas, es una desgracia.

—Ese profesor definitivamente odia a sus estudiantes —se queja Dani para después tomar un poco de agua—, está loco —pone los ojos en blanco.

—Seguro lo dejó la esposa y está pagando su enojo con nosotros —dice Nati sarcástica.

—A lo mejor la luz ya le está afectando el cerebro —me burlo y reímos.

—Voy a fallecer, me duelen las piernas —Isa se tira a mi lado en la banca.

No nos ha ido tan mal desde que llegamos, creo que nos estamos adaptando poco a poco. Jimena y Camila nos han mostrado cada rincón de la universidad, ya que cuando la directora nos dio el recorrido solo nos mostró unos pocos lugares y la biblioteca.

Aunque me pasé temprano por allá y todos son libros escolares, nada muy interesante, así que tengo que seguir leyendo en Wattpad, y a quien engaño, si a mí me encantan las historias que leo ahí.

La bibliotecaria me dijo que posiblemente la próxima semana o quién sabe cuando, va a llegar una colección de libros como los que yo leo, pero por ahora no hay ninguno.

Si no fuera pobre o mi sueldo —que no es mucho, pero de algo sirve— me alcanzara, podría comprarme mis libros favoritos, pero la triste realidad es que no puedo. ¡Qué desgracia!

«Lloremos, hermana».

—Muy bien, arriba todos, dejen la pereza y acérquense, basta ya de descanso —ahí está de nuevo el profesor— como ya les dije, yo escogeré las parejas, así que no quiero quejas ¿Entendido? —todos asentimos— perfecto. Madison tú harás equipo con… —pasea si mirada por todas partes— Con Ian.

Pongo una mueca al instante, tiene que estarme jodiendo. En realidad me odia.

«Tu karma por burlarte».

—¿Qué? No puede estar hablando en serio profesor —se queja Ian con desdén.

—Hablo en serio, Ian, harás equipo con tu compañera —asegura el profesor.

—Pero mírela es… Bueno, lo que sea —dice señalándome y pone los ojos en blanco.

—¿Qué te pasa? Tampoco es que me haga gracia hacer equipo contigo —protesto.

—¡Silencio estudiantes! Ahora júntense… sin más protestas —dice él como advertencia.

Después de anunciar las demás parejas nos juntamos y miro al chico desde mi estatura, mordaz, la verdad es que me humilla con la suya. Él me devuelve la mirada, pero con algo de diversión bailando en sus ojos esmeraldas.

Por otro lado, Nati no parece muy cómoda con el chico que tiene al lado, quien se llama Damián, Dani e Isa, por el contrario, se ríen de algo que los chicos que están con ellas les dicen, uno se llama Rafael y el otro Carlos. Sé sus nombres porque Connor me lo dijo.

—A ver, el ejercicio se llama: el caballo de madera, consiste en que la persona de abajo está en cuclillas y extiende los brazos, formando una “taza”. La otra persona se coloca en la taza, es decir, deja las piernas sobre los brazos y deja las manos en las caderas del otro. El “caballo” sostiene al otro y este tiene los pies apoyados en el suelo —todos escuchan atentos mientras el profesor explica—. Esta es una posición de equilibrio y es un ejercicio muy bueno para la coordinación, fuerza y armonía entre los dos participantes. Deben durar en esa posición cinco minutos, así que comiencen.

Como ha sido siempre.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora