𝕾𝖊𝖈𝖚𝖊𝖘𝖙𝖗𝖆𝖉𝖆𝖘 𝖕𝖔𝖗 𝕬𝖘𝖊𝖘𝖎𝖓𝖔𝖘

𝔈𝔩 𝔠𝔬𝔪𝔦𝔢𝔫𝔷𝔬 𝔡𝔢 𝔩𝔞 𝔱𝔯𝔞𝔤𝔢𝔡𝔦𝔞

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Íbamos de camino a una excursión del club de Voley para tener un encuentro amistoso con otro equipo llamado Las Guerreras, el nombre del nuestro era Unión Máxima de Voley.

Sí lo sé, unos nombres muy originales, pero así está bien.

Eramos un grupo de 8 chicas las que iriamos al encuentro, sin contar a las 2 entrenadoras, a este encuentro amistoso solo nos tocaba asistir a las de mayor rango, osea las chicas con más habilidades, experiencia y potencial en torneos.

Los nombres de las chicas son Laura la más joven, Kamila la segunda más joven, después le sigué Ana, Luna, Stella, Nicolle, Maribel y por ultimo yo, _____.

Durante todo el trayecto del viaje estuve muy aburrida, ya que no era de relacionarme mucho con las chicas, no me llevaba mal con ninguna pero tampoco teniamos una relación muy cercana que digamos, por lo menos de mi parte ya que ellas se tienen mucha confianza entre todas, con la que mejor me llevaba era con Laura, gracias a que es alguien muy energética y le gusta mucho hablar conmigo a pesar de que yo no fuera de muchas palabras.

Pero en cambio tenía una muy buena relación con las entrenadoras, la primera se llamaba Katherine y la segunda Michelle. Ellas eran con las que mejor me llevaba ya que las conozco desde pequeña y con el tiempo desarrollamos una buena amistad maestro-alumno.

La encargada de conducir era la entrenadora Michelle, y para cuando ella quisiera tomar un descanso sería el turno de la entrenadora Katherine de conducir.

Las chicas desde el comienzo del viaje se habían mantenido charlando sobre temas al azar entre ellas, donde de vez en cuando me incluían en la conversación o pedian mi opinión sobre el tema y yo sin problemas les respondia, igual mantenia pequeñas pláticas con las entrenadoras que se encontraban al frente y yo en el asiento despues de el suyo.

Ibamos atravesando una carretera en la cual al lado de esta se encontraba un inmenso bosque, con arboles de gran tamaño y de aspecto algo sombrío, la verdad era que ese bosque me causaba algo de inquietud y no puedo imaginar lo tenebroso que debe verse en la completa oscuridad de la noche.  

Mi mirada estaba concentrada en aquel bosque cuando por un momento me pareció ver una sombra parada a las cercanias de la carretera, creí que mi mente me estaba haciendo una mala jugada por lo que parpadeé un par de veces y volvi a mirar a donde había visto la sombra pero esta ya no estaba, así que no le dí importancia y me concentré en seguir mirando el bosque. 

Me encontraba tan sumergida en la inmensidad del bosque que no pude evitar sobresaltarme cuando de repente escuché a una de las chicas gritando, advirtiéndole a la entrenadora Michelle que tuviera cuidado al frente, ocasionando que las otras gritaran igual.

Inmediatamente miré hacía el frente para saber el motivo de sus gritos, notando de inmediato a un chico parado a muy pocos metros del mini bus en el que íbamos, todo pasó tan rápido que solo tuve tiempo a cubrirme con mis brazos en un reflejo por protegerme.

El chico estaba parado justo en medio de la carretera como si quisiera evitar a toda costa que pasáramos, todo pasó tan rápido que la impresión provocó que la entrenadora no pudiera reaccionar a tiempo para pisar el freno.

Al final terminó ocurriendo lo inevitable y el mini bus impactó fuertemente al chico mandandolo a volar unos pocos metros lejos de nosotras, el choque del impacto fue lo suficientemente fuerte como para hacer que nosotras por igual saliéramos casi volando dentro del bus, provocando que impactaramos con los asientos y ventanas, gracias al cielo el bus se detuvo segundos después, por lo que no pasó a mayores.

El susto que nos llevamos fue tan grande que guardamos silencio unos segundos tratando de estabilizar nuestra respiración y recuperarnos del impacto.

Pasaron unos segundos más hasta que por fin una de las chicas decidió romper el silencio.