-Sí, la verdad, no sabía que actuabas, Danae-. Añadió Leo, mostrando sorpresa.

-Oh, sí. Ella actúa y muy bien-. Afirmó Abril con una sonrisa cómplice.

Danae se ruborizó levemente, sintiéndose halagada.

- Uh, chicos...no es para tanto. Solo me gusta...

A medida que pasaban los minutos, la charla se prolongaba entre Leo, Danae y Abril. La tarde avanzaba velozmente, y al dar las 5:30 de la tarde, Danae decidió romper la amena conversación.

-Oh, vaya... debo volver a mis ensayos, lo siento tanto-. Se disculpó Danae, ajustando con elegancia su cabello.

-¿Podemos ver?-. Interrumpió Leo de manera juguetona, sus ojos brillando con curiosidad.

Danae miró hacia la puerta del teatro, sopesando la idea. La invitación flotaba en el aire, y se preguntó si era una buena idea.

-Ya que...-. Sonrió Danae, aceptando la propuesta, y juntos entraron al teatro.

Al adentrarse en el recinto, Leonardo se sorprendió al notar el silencioso ambiente teatral. Las luces eran tenues, y el escenario se mantenía iluminado con una luz suave.
Las butacas eran de un terciopelo bordo que al mero tacto era agradable. El aroma era también peculiar, era...como si oliera a nuevo.

-Hoy haremos pruebas de vestuario, así que... díganme su opinión-. Anunció Danae con entusiasmo, sacando a Leo de su análisis al entorno, dejando su bolso de mano en una de las butacas, junto a él-.Sean sinceros-. Agregó antes de desaparecer tras el escenario hacia los vestíbulos.

Pasaron bastantes minutos sentados. Minutos que obviamente Leonardo no iba a resistir callado. De vez en cuando se giraba para hablar con las personas que tenía atrás, hasta que ellos se iban para evitar seguir la extensa conversación de él.
Y después de que no tuviera a nadie más con quién charlar, llegó a su lado Marilyn Woods.

- Buenas tardes-. Saludó educadamente, acomodando sus lentes en su cabeza-. ¿Eres nuevo? Nunca te he visto aquí.

Leonardo parpadeo varias veces antes de poder responder.

- Oh, ¿Yo? No, no. Yo no voy a esta escuela-. Dijo moviendo las manos ante ella para expresarse-. Solo vine a ver a una amiga, es todo.

Abril al escuchar su conversación, jaló a Leonardo de su hoddie.

-Leo! ¡Que crees que estás haciendo!-. Susurró Abril con molestia.

- ¿Que? ¿Hice algo malo?-. Preguntó sin enteder lo que decía su hermana del alma.

-Oh, amigo. Claro que hiciste algo malo!-. Agarró el rostro de Leo con ambas manos y la giró hacia la dirección de Marilyn para que la viera-. Ella es Marilyn Woods!

Leo volvió a pestañear varias veces.

-¿Y?

Abril suspiró profundamente.

- Oh, vamos! Marilyn Woods! Hija de Ethan Woods, reportero super conocido!-. Confesó-. Y...no se lleva bien con Danae. Digamos que tienen sus rencores-. Abril se encogió de hombros.

La tortuga de bandana azul abrió sus ojos con sorpresa, entendiendo la situación.

- Ah, eso es? No hay problema. No tenía intenciones de seguir una conversación, la verdad-. Sonrío de forma altanera, acomodandose en su asiento.

La morena de lentes rojos frunce el ceño.

- Si, si. Seguro.

En ese instante los reflectores se apagan para dejar a uno solo un reflector iluminado al escenario.
Ahí, desde aquellas cortinas de terciopelo rojo, se asoma una cabellera con rulos y de color naranja.

-¿Qué opinan?-. Preguntó Danae, girando para mostrar cada detalle del vestuario. Su ser transmitia tranquilidad y confianza, cosa contraria a lo que sentía pues se estaba muriendo de los nervios y la vergüenza.

Leo observó con asombro a Danae cuando salió al escenario. Vestía un delicado vestido azul pastel con corset, adornado con bordados de flores en el mismo tono. Sus ojos se iluminaron al verla así, como si el azul resaltara su esencia de una manera única. Una sensación parecida a un escalofrío recorrió su ser.

El vestido abrazaba la figura de Danae de manera elegante, realzando su belleza de una manera que dejaba a Leo maravillado. El azul, su color, parecía pintarla con una luminosidad especial, como si el escenario estuviera destinado a resaltarla a ella.

Los rizos naranjas de Danae caían con gracia sobre sus hombros, añadiendo un toque de encanto a la escena. Y sus pecas, pequeños destellos en su piel, parecían estrellas que adornaban el cielo de su rostro.

Leo se quedó sin palabras ante la imagen que tenía frente a él. Era como si el tiempo se detuviera por un instante, dejándolo atrapado en la belleza que Danae irradiaba en ese vestido azul pastel. Cada detalle, cada matiz, resonaba en su corazón, creando una conexión más profunda con la joven actriz que iluminaba el escenario con su presencia.

-¡Leo!-. Un grito de abril hizo que Leo saliera de sus pensamientos-. Oye, Leo. Danae te está hablando.

Leo miró a Danae nuevamente, aún con su boca ligeramente abierta.

- Oh...lo siento. Puedes repetir lo que dijiste?-. Preguntó recuperando su compostura.

La chica de rizos naranjos rió levemente ante el peculiar comportamiento de la tortuga de bandana azul. Se acomodó un rulito detrás de su oreja.

- Pues...te preguntaba si te gustaba. Abril me dijo que me veía bien, ¿tu que dices?

-Oh, ah..te ves bien-. Respondió Leo de la manera más rápida posible, para que no se le notará que se moría de los nervios.

Danae frunció los labios y se puso derecha.

-¿Eso nada más, Leo?-. Abril lo fulminó con la mirada. Leo no entendía.

- Eh..si. la verdad no le veo lo asombroso a ese vestuario.

Uis...

- Siendo sincera, no siempre comparto opiniones con amigos de Danae, pero siendo está, estoy de acuerdo contigo-. Opinó Marilyn con una sonrisa altanera acomodandose en su asiento.

Leo la miró y luego vió a Danae.

El rostro de Danae se tornó rojo. Pero no un rojo de vergüenza, si no, uno de enojo.
Ella infló sus cachetes, levantó un poco la falda de su vestido para poder moverse e irse del escenario.
El sonido del calzado de la chica fue lo único que se escuchó antes de que el teatro de quedará en silencio.

Un silencio incómodo y punzante.


Trazando Acordes Del Corazón (Rise!Leo x Reader)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora