40.Escapate conmigo

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—Upss creo que nos hemos quedado varados en medio del Llano Santos Sandoval, ahora que vas a hacer al respecto —María Teresa me observa desde el lado del copiloto mientras intento arreglar la camioneta, su mirada es retadora como cuando nos conocimos y se que se esta burlando de lo que sucedió no obstante hago lo propio bromeando para que mueva ese trasero que venga a ayudar un poco.

—Harvar, ¿Eres bruja o algo parecido? mira que de pronto dices que por ti nos quedábamos en medio del llano y tu presagio se ha cumplido —Su gesto cambia al de uno serio realmente le ha dado en su orgullo que la llamara bruja y se baja a toda velocidad para golpearme en el hombro.

—¿Bruja yo? mire Santos Sandoval que soy la madre de sus hijos y que me ofenda de esa manera es una verdadera falta de respeto —Si las miradas mataran la de ella ya me hubiera acribillado. estaría muerto y enterrado a tres metros bajo tierra y ese tono al hablarme de usted provoca cosas en mi y no necesariamente enojo es excitante, juguetón y me vuelve a enamorar como el primer día que me hablo de esa forma tan suya propia y autoritaria.    

—Ah con que volvemos a llamarnos de usted, mire señora Sandoval usted ha hecho que esto pasara  yo no se que hechizo ha hecho usted Harvar pero algo me dice que esto fue provocado por usted así que ahora nos vamos a quedar en medio llano a la espera de que nos coma un coyote o un lobo, las palabras tienen poder y la suya Harvar tiene demasiado poder en esos labios suyos hermosos —Intento besarla sin embargo me ha pegado, realmente me ha soltado un golpe en el pecho para apartarme a kilómetros de su espacio personal manotea como cuando la conocí y realmente es gracioso este momento en el que nos hemos quedado en medio de la nada  y casi que zapatea en el piso por la que he liado. 

—Es usted un bruto Santos un barbaján mire que llamarme bruja a mi, es que esto yo no se lo perdono de verdad que no ahora nos regresamos para la casa aunque sea caminando corriendo o trotando pero de que nos vamos, nos vamos seguramente esto es un plan suyo para tratar de espantarme pero le juro que no lo va a lograr —Cruza los brazos a la altura de su pecho, la hemos liado dejo escapar una sonrisa para hacerla sonreír y nos dejemos de boberías. dejo caer la tapa del motor de la camioneta y veo como salta del susto.

—Usted señora Sandoval, es una persona bastante terca y lo sabe de verdad ahora nos toca quedarnos en medio del llano a acampar y la idea no me parece tan descabellada —Llevo conmigo una frazada grande la llevo hasta un lugar con pasto comienzo a buscar algo con lo que poder hacer fuego mientras María Teresa observa cada uno de mis movimientos callada la verdad es que se ve hermosa enojada y hago lo propio con algunas cosas veo que no mueve un pelo y finalmente digo.

—María Teresa, ¿Es que usted no se va a mover de ahí? —Y comienzo a cantar —Y tu desperdiciando tantos besos y yoooo ahogándome del sentimiento y somos los que tiraron su suerte al viento sin un adiós me dejas en este tormento —El intento por ahogar la risa por la voz desafinada que tengo es casi evidente quiere reírse, sin embargo cambia de nuevo su gesto hago fuego con la magia de mis conocimientos campiranos y ya tenemos plan romántico pero si mi mujer no se pone en un plan mejor seguramente no pasara nada.   

—¡Que nos vamos para la casa dije! —Sigue en su idea de irse pero yo soy mas terco que ella así que voy directo hasta su dirección con pasos largos y seguros acechándola tratando de convencerla con mis toque seductores de todas mías, primero la atraigo hacia a mi con una mano y aunque quiere apartarse no lo logra, vuelve a golpearme pero esta vez ya ha perdido la batalla, para necios y tercos solo yo.    

—Que casa ni que nada usted se me queda aquí, conmigo a ladito mío Harvar no sea terca que para tercos solo yo digo desafiante —Con ambos brazos la cargo intenta bajarse de mi regazo patalea chilla, hace lo que quiere pero en un movimiento en falso ambos caemos sobre la frazada, tomo sus manos poniéndola detrás de su cabeza para besarla, al principio se niega a besarme pero en seguida se deja llevar por esa pasión salvaje que nace desde su interior y ya me tiene vuelto loco con ese arranque de enojo, me tiene a mil revoluciones, quiero tocarla deseo meterme dentro de ella y no salir jamás, brava, terca y salvaje una combinación perfecta deseo hacerle saber cuanto necesito tenerla entre mis brazos y volvernos uno, esta noche tan especial donde decidimos ser solo dos nuevamente.

Mi esperanza eres tú Donde viven las historias. Descúbrelo ahora