Megumi se siente impotente de escuchar sus gritos sin ser capaz de ayúdala. Su hermana llora y el tampoco puede protegerla. Siente como su cabeza duele lo siguiente que escucha es el sonido de gruñidos. Dos lobos, uno blanco y el otro negro aparecen de entre las sombras y se lanzan hacia el falso Satoru. TN con la poca fuerza que le queda toma a los niños para alejarse de ese campo de batalla. Todo había Sido en vano, la deliciosa cómoda, los adornos que ellos tres habían hecho para la casa, el árbol de navidad; todo estaba siendo destruido. Aunque los lobos lograron distraer por unos segundos al hombre, rápidamente este los dejo fuera de combate y el tomo del cabello a la mujer quien soltó un fuerte grito al verse arrastrada lejos, los niños la miraban con terror, vieron con odio y miedo absoluto como el hombre se preparaba para cortar su cabeza. Ellos gritaron de terror, con miedo y viendo en cámara lenta como la chica les dedicaba una pequeña sonrisa tranquilizadora; incluso en aquella situación ella estaba buscando hacerlos sentir mejor. Ella cierra sus ojos, esperando el golpe, pero al abrir sus ojos mira con sorpresa como la espada queda a centímetros de ella. El hombre parece hacer un esfuerzo inhumano por avanzar que se ve frustrado por una capa invisible de infinito. El voltea para encontrarse con el real Satoru, que lo ve, no molesto; sino que furioso. Desde la partida de Geto el no se había sentido así de enojado y con odio hacia alguien más como en esos momentos. El había Sido detenido por un truco que aunque muy barato y débil, había Sido molesto y complicado. El tiempo suficiente que le tomo al impostor llegar hacia ellos. Al ver a la chica lastimada y herida de esa manera una furia incontrolable se apoderó de él. Más sin embargo ver a los niños sim rasguños había Sido la prueba de que ella se había sacrificado por ellos y eso le había molestado más. Quien sea que hubiese hecho eso, pagaría caro cada uno de los rasguños hechos en la suave piel de su chica.

TN no fue capaz de reaccionar mucho al verlo, a penas se podía mantener en pie. Satoru vio como ella lentamente comenzaba a desvanecerse. Antes de que su cabeza diera contra el suelo el fue más rápido y la tomo en sus brazos con delicadeza.

-. Duerme TN. Lo hiciste bien. Deja que me encargue ahora. - susurro el.

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TN abre sus ojos, se encuentra en un lugar desconocido para ella. Voltea y se encuentra con un par de ojos azules que le miran con preocupación. Ella salta de golpe, no sabe si lo que recuerda fue un sueño pero se sintió real y en ese sueño el había Sido el culpable de sus horrores.

-. Tranquila TN. Todo está bien. Estás a salvó. - dijo el. Al instante Shoko entra con dos niños quienes corren hacia la cama de la chica.

-. ¡TN! - dicen ambos y se lanzan a abrazarla, ella no sabe que está pasando pero las lágrimas salen de sus ojos al verlos a salvó.

-. ¿Ambos están bien? ¿No los lastimaron? - pregunta ella. Ambos niegan con lágrimas en los ojos.

-. No. Gracias a ti. - dice el niño. Ella niega y acaricia su cabello. Ella mira hacia Satoru con miedo y expectativas, esperando que el de una explicación. El peliblanco suspira.

-. Es una larga historia. - dice el.

Satoru le comienza a narrar de los hechiceros, de como funciona su mundo, para seguir relatando la historia de quién es Megumi en realidad y la razón por la cual el está con ellos, le comento que el es el hechicero más fuerte y que se encarga de sobresalvar a todos, le explicó que quién los había atacado era un cambiaformas que quería llevarse al niño con el clan Zenin y todo lo demás. TN lo escucho atentamente, sin interrumpir o preguntar nada. Cuando el término de hablar, el silencio reino entre ellos por unos momentos. Shoko hacia rato se había llevado a los niños para que ambos pudieran hablar solos, en especial porque Satoru le diría que la verdadera razón de acercarse a ella era porque el no confiaba en nadie y ella era una no hechicera sin conexión, que en realidad la había estado usando para su beneficio.  Pensó que ella estaría completamente indignada por ello, que explotaría de indignación y furia por ser usada así, pero la chica solamente se quedó en silencio por un rato..

-. Lo entiendo. - susurro ella luego de un rato. El miro hacia ella con su rostro lleno de sorpresa.

-. ¿No estás molesta? - pregunto el. Ella miro hacia el y sonrió, Satoru por primera vez en mucho tiempo sintió que su corazón dió un vuelco estrepitosamente rápido. Se sintió olímpicamente el peor idiota del mundo y la culpa comenzó a hacer mella en el. Lo cual empeoró cuando ella volvió a hablar;

-. Debe ser difícil llevar el mundo en sus hombros. No estoy molesta, entiendo sus razones y me alegra que siempre piense en el bienestar de los niños. Solo... Se siente un poco triste saber que... No importa. Nuestro trato no va a romperse por lo que paso. Aún estaré cuidando de los niños como acordamos. - dijo ella mientras sus ojos se apartaban de aquellas perlas azules. Satoru se sintió mal. Porque si, obviamente entendía que ella podría estar decepcionada ya que el había dado falsas expectativas acerca de la relación en general, cuando en realidad ella solo está siendo usada por el. Suspiro con cansancio.

-. Te dejare descansar. Debes estar cansada. - dijo el en un tono bajo. Ella solo asintió lentamente y se recostó en la cama.

-. Si. - susurro levemente. Satoru suspiro.

-. Gracias, por todo. -

Al final la cena navideña había resultado horriblemente arruinada.

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